Renato Tapia no olvida su paso por Celta de Vigo. Fueron cuatro temporadas con altibajos en Balaídos. Su salida, sin embargo, se resolvió de una manera que lo dejó inconforme y de la que quiso hablar largo y tendido en contacto con La Voz de Galicia.
”Creo que no se me valoró como persona, no ya como jugador. El míster podía no tenerme en sus planes, o todo se dio para que no esté, y es fútbol. Pero no solo los compañeros y el staff, sino la gente que rodea al club y los dirigentes saben cómo soy”, reconoció.
A Tapia se le ha señalado, de manera injusta según ha indicado, como un interesado por el aspecto económico. Bajo ese argumento, la directiva del Celta pasó de él creando una figura suya distorsionada, algo que ha golpeado en sus fueros internos.
”Solo los compañeros y el staff, sino la gente que rodea al club y los dirigentes saben cómo soy. Siempre traté de dar cariño, enfocarme muchísimo en ayudar. Me duele que se me haya puesto esa imagen de que preferí el dinero a otra cosa, no fue así”, admitió Renato.
La definición por su renovación con los celtistas fue un prioridad total para Tapia. Siempre estuvo predispuesto a cerrar un nuevo contrato ubicando por encima el amor a la primera institución que le abrió las puertas en España.
”Nunca conversé con ningún club porque esperaba al Celta, pero porque ellos me habían dicho que me iban a ofrecer algo. No significa más dinero, porque mi arraigo al club no era por dinero, era sentimental. Tengo unos años donde me he ganado un respeto y no se me valoró de la manera que pensaba que se me debía valorar. Sabían cómo soy yo, lo veían en el día a día; si no, no tendría que esperar nada a cambio”, estableció el peruano.
Amor desinteresado
Renato Tapia, más allá de cómo se fue del Celta, conserva gratos momentos vistiendo la camiseta celeste. No duda en reconocer que se enamoró del escudo vigués y que hizo grandes amigos.
”El club me dio muchas amistades, mucho amor desinteresado. Me voy con grandes enseñanzas de jugadores a los que veía por la tele y con los que tuve la suerte de jugar, como Jeison Murillo, el mismo Iago Aspas, Nolito”, dijo.
Por otro lado, Tapia aún se siente inquieto por lo que pueda pensar el aficionado celtista luego de marcharse en medio de mucho ruido. No tiene miedo en reconocer que se hagan ideas equivocadas sobre su persona.
”Siento que se me pueda juzgar desde la desinformación. No creo que me hayan querido poner a la gente en contra, pero sí que se contaron las cosas distorsionadas. Siempre me porté bien y lo di todo. Recibo mucho cariño de la gente del Celta cuando visito a mi hija en Vigo, hasta me piden que vuelva; eso me satisface y me llena. No guardo rencor, tengo mucho cariño al club y siempre estaré agradecido”, sumó.