Si hay un futbolista que puede dar ejemplo de resiliencia ese es Óscar Vílchez, quien pese a las graves lesiones que sufrió durante su carrera, supo sobreponerse y convertirse en uno de los mejores volantes de Alianza Lima y el fútbol peruano en los últimos años. Infobae Perú conversó con el popular ‘Neka’, quien rememoró su carrera, sus mejores y peores momentos, así como sus seres queridos que siempre lo apoyaron e inspiraron para convertirse en el jugador que logró ser.
- ¿Cómo te iniciaste en el fútbol?
Porque a mi papá y a mi hermano les encantaba . Ellos jugaban bastante seguido y yo por un tema de monería, de estar detrás de ellos, comencé también a jugar. Para ser sincero, nunca fue mi pasión, fue más un gusto por estar con amigos, familia. Recién cuando fui creciendo, se fue desarrollando el talento que tenía y terminé haciendo de esto mi trabajo
- Eres hermano menor de Walter Vílchez. ¿Cómo fue su relación en esa etapa? ¿Cuánto influyó en tu decisión de jugar al fútbol?
Él desde un principio sí tuvo esa pasión por ser futbolista. Yo le seguí los pasos como todo hermano menor, éramos bastante competitivos, cada vez que jugábamos en contra, nos agarrábamos a patadas, nos jalábamos, pero una vez que estábamos en la casa ya era distinto.
- Eres de Chiclayo y de joven viniste a Lima, pero inicialmente no para jugar fútbol, sino para acompañar a tu hermana, Marjorie Vílchez, que jugaba vóley...
Jugué primero en Defensor Cabrera, una academia que estaba por mi barrio, después pasé a Estrellas de América. Mi hermana jugaba vóley, llegó a jugar con Natalia Málaga, Rosa García, jugaba muy bien. La trajeron a Lima para jugar en Latino Amisa y en la selección. Ella ya tenía como dos años acá, y mi mamá ya se desesperaba y quería estar con ella. ‘O estamos todos juntos o nada’, nos dijo. Entonces nos mudamos todos. Mi hermana fue mi primera referencia con respecto al deporte, siempre iba a sus entrenamientos a analizar lo que hacía. Hasta ahora es el orgullo de la familia. Lamentablemente tuvo una lesión en la rodilla que la alejó del vóley.
- ¿Y cómo se dio la oportunidad de jugar en Alianza Lima?
Recuerdo que llegamos a Lima para enero y mi papá tenía un conocido que vivía en Matute. Él tenía contactos en Alianza, no para quedarnos, simplemente para sacar una prueba, porque como veníamos de provincia, no sabíamos nada al respecto. Una vez que se dio esa oportunidad, el Cholo Castillo nos vio y nos dijo que nos quedemos.
- ¿Qué sentiste cuando Walter llegó a primera? ¿Sentiste la presión de imitarlo?
En ese momento ya yo me había dado cuenta que algo de talento tenía y que podía vivir de eso, y dije, bueno, hay que seguir adelante. Lo de Pacho fue un sueño hecho realidad para nuestra familia. Mi papá toda la vida fue futbolero, siempre le encantó el fútbol, y ver a su hijo mayor debutar en el fútbol profesional fue espectacular. No solo para él, sino para mí que también lo tenía y lo sigo teniendo como un referente.
- Debutaste en el 2004, ¿cómo fueron esos primeros años en Alianza Lima? Era un gran equipo que salió bicampeón...
Me ascendieron a primera en el 2003, tenía 17 años, venía de jugar el Sudamericano Sub-17. Me piden de un equipo de Arequipa, Alianza no quiere cederme, pero me hace contrato, y empiezo a tener más contacto con lo profesional. Debuto en un equipo plagado de gente que ya tenía un nombre en el fútbol, para mí fue un aprendizaje bastante bonito. Dos años después, en 2006, me prestan al Sport Ancash para tener mayor continuidad. Fue un año muy bueno para mí, que se termina en el 2007 con una lesión lamentable.
Su grave lesión y parcial retiro del fútbol
- Esa lesión fue tan grave que te llevó a dejar el fútbol. ¿Cómo viviste todo ello?
En un entrenamiento me rompí los meniscos, creo que hasta el día de hoy, los meniscos son una de las operaciones más sencillas, depende de la masa muscular que tengas, en un mes ya estás de vuelta. Lamentablemente la operación no salió como todos hubiéramos querido. Conllevó a otra operación que fue exitosa, pero por problemas que venía arrastrando de la primera operación, se vino un problema en el tendón rotuliano que me llevó a estar dos años alejado del fútbol, y que fue solucionado en un viaje a México con mi hermano.
- ¿Cómo fue que tu hermano te ayudó a regresar al fútbol?
Yo ya me había retirado del fútbol, le había dicho a mi papá que quería estudiar, hacer otras cosas. Él no quería porque sabía lo que podía dar y utilizó a mi hermano, que me dijo que vaya a pasar unos días con él, le dije que no quería saber nada de fútbol, pero me contestó que era solo para visitarlo. Fui para allá, llego a Puebla, me ve el doctor y me dice que tenía un tema en el tendón rotuliano y que ellos lo podían solucionar, así que me operé, hice la rehabilitación y volví al fútbol.
- ¿Cómo fueron esos meses en los que ya habías tomado la decisión de dejar el fútbol? ¿A qué te dedicaste?
Fueron muy duros, porque ya me había mentalizado en que iba a hacer del fútbol mi trabajo. Me había acostumbrado a entrenar, a la presión, a jugar, a viajar, y de un momento a otro, que se corte eso, fue bastante difícil. Me apoyé mucho en mi familia y en mis amigos. En esa época tuve una banda de rock. Nos juntábamos con unos amigos, hasta que el trabajo nos separó y ya no pudimos seguir, pero básicamente fuer eso. Me apoyé en mi familia, mis amigos y la música.
- ¿Pensaste en ese momento dedicarte a empezar un camino en la música? ¿Es la música tu verdadera pasión?
La música es mi pasión, pero soy bastante consciente de mis limitaciones y creo que no hubiera sido una buena idea.
- ¿Cuál era tu papel en la banda?
Yo era la segunda voz y la primera guitarra. Ahí nos iba relativamente bien. Era algo para pasar el rato con los amigos.
- ¿Cómo se llamaba la banda?
Resonancia Magnética, todavía nos juntábamos, ya no para tocar, porque no nos da mucho el tiempo, pero sí conversamos, vamos a comer, mantenemos la amistad.
- Volviendo al fútbol, iniciaste de nuevo entrenando como invitado en Alianza Lima con Gustavo Costas, quien ya te había dirigido. ¿Cómo pasaste de eso a firmar contrato y terminar siendo parte del equipo?
Estoy muy agradecido con Alexis Cortés, en esa época el preparador físico de Gustavo Costas, un gran amigo mío que me ayudó en la recuperación, pese a no tener contrato. Tenía mucho miedo, trabajaba por fuera, pero veía entrenar a los chicos. En un entrenamiento se lesiona Marko Ciurlizza, y como estaban haciendo fútbol reducido, necesitaban a alguien para no perder la continuidad. Recuerdo que Gustavo volteó, miró a Alexis y le dijo: ‘¿Ya está o no? Necesito uno’. Y Alexis voltea, me mira y me dice ‘¿cómo te sientes?’. Me dolía la rodilla, estaba todavía en recuperación, pero le dije que estaba bien, me preguntó si estaba seguro, porque me iban a apurar, pero me mantuve firme y con miedo entré. Obviamente me dolió, pero seguí entrenando, lo hice bien. Al día siguiente pidieron uno más y otra vez entré. Sobre la marcha fui haciendo la rehabilitación, en paralelo con ayudar en los trabajos del campo, y cuando me di cuenta, ya tenía un contrato firmado.
- ¿Cómo fue tu primer partido después de dos años sin jugar?
El regreso fue contra Total Chalaco, que empatamos 2-2. Yo tenía bastante temor, no por lesionarme de nuevo, sino por probarme a mí mismo que estaba a la altura y que no se habían equivocado conmigo. Tenía una deuda que saldar conmigo mismo, con mi familia y con las personas que en ese momento me dieron la confianza, que era el comando técnico justamente. Creo que no hice un mal partido, tampoco fue espectacular, pero me sirvió para afianzarme en el regreso.
- A las pocas fechas, ya contra CNI, marcas un gol sobre el final. ¿Cómo se sintió?
Una emoción muy grande. Desde que había regresado, solamente pensaba en dar lo mejor de mí. Nunca se me pasó por la cabeza, y menos en ese momento, meter un gol, y cuando se dio, me cogió por sorpresa y lo primero que hice fue correr a abrazar a Alexis, que fue uno de los artífices que me permitieron regresar al fútbol.
- En la final estuviste cerca de hacer un golazo, pero Raúl Fernández la saca milagrosamente...
Yo ya sentía que tenía que tener más minutos. Me dieron la oportunidad de ingresar en Matute, Montaño me da la pelota a espaldas de un defensor, lo primero que hago es pegarle, porque la ‘U’ se había cerrado tan bien que era un poquito complicado llegarles. Y cuando le pego, lo único que veo es la mano de Raúl y la sacó con la yema de los dedos que le bastó para sacarla al tiro de esquina. Hasta ahorita muchos hinchas de Alianza no saben cómo la sacó, pero Raúl estaba en su mejor momento
- Al año siguiente llega Walter, era la segunda vez que jugaban juntos. ¿Cómo fue compartir camarín con tu hermano mayor?
Él llega como refuerzo para la Copa. Fue una experiencia bastante bonita, porque yo ya tenía más minutos, jugaba mucho más seguido, él ya venía con mucha más experiencia. Es un poco raro, la verdad, porque por la manera en cómo nos criaron, el hermano mayor siempre tiene un poquito más de rango dentro de la familia. Tienes que respetar un poquito al hermano mayor, al menos así nos criaron. Entonces, era como que te bromeabas con todos, de repente por ahí un poquito con tu hermano, pero guardando siempre el respeto y la distancia.
- Y en la primera etapa, se habla mucho del trato de los referentes a los jóvenes, te hacen pagar un poco el derecho de piso. ¿Sientes que te apadrinó, como que te cuidaba un poco más, o te dejó desenvolverte solo para que veas cómo es?
Para ser sincero, el hecho de que él haya jugado ya al fútbol y haya tenido más tiempo en Alianza, fue algo que me ayudó. La verdad que sí, porque a mí me subieron con algunos compañeros de mi misma categoría y sinceramente no fui tratado de la misma manera. Obviamente cuando después se fue mi hermano, yo seguía siendo chico, pero ellos me respetaban por la manera en cómo hacía las cosas, en cómo yo actuaba, porque siempre traté, al menos a los mayores, con respeto. Hasta el día de hoy, les sigo diciendo tío a Jayo. Cuando le digo tío a alguno me dicen ‘¿por qué me dices tío si ya tú ya estás grande también?’ Por respeto, simplemente. Creo que sí me ayudó bastante el hecho de que Pacho esté ahí, él me cuidaba un poco también, cada vez que alguien se quería pasar por ahí, él ponía el pecho.
- Luego empiezan los problemas económicos en Alianza Lima. ¿Qué tan difícil fue estar tantos meses sin cobrar?
Para empezar, se siente una tristeza grande el hecho de que el club que amas esté en una posición tal de que no te puedan pagar, sabiendo que manejado de la mejor manera, hubiera sido un club donde todo el mundo haya querido estar, hablando en temas económicos. En temas de hinchaje y demás, pues todo el mundo igual quería estar en Alianza. Lamentablemente no fue manejado de la mejor manera, pero el hecho de ya estar en Alianza te obligaba a responder de la mejor manera en la cancha por más de que no cobres. En verdad es una situación lamentable, pero de alguna manera me sirvió también para darme a notar un poco más, para darme a conocer, para dar a conocer mi fútbol.
- ¿Cómo hiciste para sustentarte económicamente?
Lo pasé solo, no le decía a nadie. Cada vez que me preguntaba alguien de mi familia, le decía que estaba bien, que no pasaba nada. Obviamente nadie sabía lo que había detrás. Somos como cualquier persona, si a alguno de los que van al estadio no les pagan en sus trabajos, van a pasar momentos difíciles igual que nosotros. Lamentablemente tuve que dejar Alianza porque la situación fue insostenible, y para dejar un precedente, de que las cosas no tienen que ser manejadas así, y que, por el hecho de que antes haya sido normal, no tenemos que aguantar. Y se dio, porque otros jugadores se fueron yendo, a Pocho Alarcón lo investigaron y terminó donde ya todos sabemos. Al final me fui a Cristal, a pesar de tener una mejor oferta de la San Martin, pero creía bastante en el proyecto de Roberto (Mosquera), y el hecho de que mi hermano haya estado también en Cristal, pues sumó bastante.
- También jugaste muchos años en Juan Aurich. ¿Recuerdas aquel empate en el último minuto con River Plate en el Monumental por Copa Libertadores? Un equipo que ese año saldría campeón...
Primero jugamos en Chiclayo, jugamos muy bien y empatamos. Estaba un River con muchas estrellas, cuando nos tocó ir allá, si soy sincero, jugamos un mal partido, no propusimos. De repente sentimos la presión de un estadio repleto, tantas cosas que pasan por la cabeza de los futbolistas. Pero cómo son las cosas en el fútbol, que no es de merecimientos, en la última jugada, un tiro libre de Germán Pacheco, la pivotea Christian Ramos y la pegada de Marcos Delgado que nos sorprendió a todos. El vestuario fue una locura, salimos, fuimos al hotel, los hinchas de Boca nos felicitaban, se tomaban fotos con nosotros. ¿Qué pasa? Nos dijeron que los de Boca odiaban tanto a River que éramos prácticamente rockstar para ellos, fue una experiencia bacán.
- Si no perdían la última fecha con Tigre hubieran eliminado a River...
El partido donde River se salvó en realidad fue contra Tigre, porque ellos les estaban ganando el partido, lo tenían dominado, pero comenzaron a cancherear. Estaba con Germán viendo el partido y le decía: ‘¿Por qué están canchereando? Si pueden meterle 3 goles, háganlo’. Hasta que River despertó y les volteó el partido. Ese triunfo les permitió pasar a la siguiente fase, porque si ellos no ganaban, incluso nosotros perdiendo podíamos pasar. Al final lo sufrió Tigre porque jugaron la final y se la terminaron ganando.
Frustrado pase al exterior y título con Alianza Lima
- Tu mejor momento llega en el 2016, cuando incluso Ricardo Gareca te convocó a la Copa América. ¿Cómo fue esa experiencia?
Bastante buena, porque Ricardo quería mandar un mensaje que fue cogido por todos: ‘El que viene a la selección, viene a trabajar’. La gente lo entendió y retribuimos a su confianza. Nadie se imaginaba que Ricardo iba a convocar a una selección con prácticamente todos del medio local, pero con perseverancia y trabajo se logró hacer un buen papel, de ahí salieron varios chicos al extranjero. Fue una experiencia muy bonita, aprendí mucho y me dio la confianza, de que podíamos estar a la altura de equipos plagados de estrellas.
- Tú pudiste ser otro de los que pudo salir al exterior, pero Alianza no te dejó. ¿Cómo fue esa sensación?
Fue bastante porque todos sabían que era mi última oportunidad de salir al extranjero. Se dieron las cosas de una manera muy mala, se pedían montos que cumplía la otra parte y al final no eran los que requería la institución, sino que querían un poco más. No me sentí muy bien y creo que se vio reflejado en la cantidad de lesiones que tuve ese año. En esos últimos seis meses me desgarré cinco veces, fue un tema psicológico, quería salir, demostrarme a mí mismo que sí podía, cumplir el sueño de mi padre que me quería ver en el extranjero. Pero igual sigo siendo hincha de Alianza, como dije en la época de Alarcón: ‘Soy hincha de Alianza, pero no los dirigentes’, ellos pueden hacer malas cosas, pero el amor y el cariño que le tengo al club, sobrepasa todo eso, más aún sabiendo todo lo que me brindó Alianza. Todo lo que soy es por Alianza.
- Al año siguiente tuviste tu revancha porque Alianza salió campeón. ¿Crees que a fin de cuentas valió la pena quedarte?
Fue un título especial, pero extraño. Solo jugué la primera parte del torneo, porque me rompo la fascia plantar, tuve que esperar nueve meses para volver. No sé si se compensa el hecho de que no me haya ido con campeonar. Un título con Alianza es algo soñado, pero llegó un momento en el que no me sentí parte. Una vez me pasaron un video en el que el equipo estaba celebrando el título y yo estaba parado junto a las vayas publicitarias conversando con mi papá. Todo el mundo entró para recibir su medalla y yo no quería, sentía mucha frustración. Recuerdo que hubo un momento muy bonito en el que toda la hinchada comenzó a corear mi nombre para animarme. Llegué a llorar, porque sentí el cariño de la gente, esa que antes veía alentando a Waldir, Jayo y Soto. Fue bastante emocionante.
Momentos difíciles en Carlos Stein
- Te retiraste en Carlos Stein el 2022, dijiste que viste cosas que te decepcionaron y convencieron de dejar el fútbol, ¿qué tipo de cosas?
Primero el tema de la dirigencia, nos prometieron muchas cosas que no cumplieron, la forma en cómo nos trataron. Unos pseudo hinchas ingresaron a amenazarnos armados y creo que la gente inteligente sabe quién los mandó. Ahora es complicado decirlo, porque no tenemos pruebas, pero tampoco dudas, como dicen por ahí. Entraron y preguntaron por tres personas, si fueran hinchas ¿cómo no van a saber quiénes son? ¿Dónde está tal? Miraban, y nadie respondía. Ver el tema de las apuestas, por el que separaron a siete compañeros. No se si habrá sido verdad o no, pero el simple hecho de que ya se empiece a tocar, ya genera suspicacias, cosas que nunca deberían estar metidas en el fútbol. El cómo se manejan los contratos también. Crecí en un momento en el que si eras bueno, te llamaban a ti o a tu representante. Ahora tienes que ser amiguito del amiguito del presidente. Si quieres hacer plata, te haces amigo del gerente de un equipo y le traes futbolistas. Llamas y dices: ‘¿Neka, quieres venir? Me vas a tener que pagar 1000 dólares’. Algunos aceptan, algunos no, pero así se maneja ahora.
- Luego de una polémica derrota de Stein contra Alianza dijiste que la CONAR era un nido de ratas, por eso te sancionaron cinco fechas y muchos hinchas aliancistas te criticaron, pese a tu pasado...
Ya lo quería decir hace mucho tiempo, y lo dije porque ya había tomado la decisión de no jugar más al fútbol, así que si se la agarraban conmigo, solo iba a tener que aguantar un corto tiempo. No hablo de los hinchas, sino por toda la maquinaría que hay detrás. La gente de Alianza se lo tomó así, pero nosotros estábamos peleando el descenso, y hay otros factores fuera de Alianza. El partido fue contra ellos, se vieron cosas muy raras, pero a lo que me refería era que en la carrera por la baja había otras instituciones que se podían ver perjudicadas si ganábamos. Si somos un poco inteligentes, sacamos conclusiones. No necesariamente querían favorecer a Alianza, sino perjudicarnos a nosotros. Después de ese año nefasto, entendí que nos querían ver abajo y nosotros colaboramos porque no sacamos los resultados.
- A inicios de año te lamentaste que Alianza no te haya recordado por tu cumpleaños, sumado a todo lo anterior. ¿Que te hayan invitado a la muestra de la blanquimorada, es una reconciliación con el club?
Me dolía un poco porque yo crecí en el club, pero fueron cosas que se solucionaron. Del club se comunicaron conmigo y me pidieron disculpas. Ahora se está manejando mucho mejor ese tema, y es algo que piden muchos exfutbolistas, que el club no pierda identidad, y una parte de ello, es tener en cuenta a la gente que ha dado cosas por el club, no solo en los hinchas, sino también en los jugadores.
- ¿Qué reflexión final te gustaría dar?
Ya en alguna ocasión se la he dicho a mis sobrinos y primos menores. En alguna ocasión alguien les dijo que me tomen como referencia, pero yo no soy referente de nada, porque sé que he cometido errores y lo voy a seguir cometiendo. De lo que sí pueden seguir mi ejemplo es de nunca darse por vencido, porque me pasaron muchas cosas, fuertes de mi vida personal, que lamentablemente no puedo decirlas. Me gustaría que me recuerden como alguien que pese a todo dio lo mejor de sí, nunca bajó los brazos y lo dio todo por la institución que ama y el deporte que le dio tanto. También les digo que aprovechen a sus padres, mi papá falleció hace tres años, lo extraño mucho y a veces uno no entiende la magnitud de tenerlos cerca. Uno nunca le toma tanta conciencia hasta que ya no están. Disfruten de ellos y denles todo el cariño posible, para que no tengan de qué reprocharse.