José Letelier es una de las personas más queridas en el mundo Alianza Lima, club con el que forjó una historia particular desde su llegada en 1987 para reforzar al equipo tras la tragedia del Fokker, y esta segunda venida, ya como entrenador del fútbol femenino para levantar el título nacional, ganándole la final nada menos que a Universitario.
El ‘Pulpo’, como lo llaman en Chile, conversó con Infobae Perú acerca del complicado momento en el que encontró a los ‘íntimos’ tras perder a la generación de los ‘Potrillos’, cómo nació su historia con el fútbol femenino, las expectativas para la Copa Libertadores Femenina; certamen que ya levantó con el ‘cacique’ el 2012, y mucho más.
- ¿Cómo se siente tras casi un año trabajando en Alianza Lima?
Me siento muy a gusto. Desde el día que llegué en octubre del año pasado, me recibieron muy bien. La primera etapa fue de nuevamente relacionarse con el club, conocer la dinámica de las chicas y ahora ya culminando la temporada, me siento tranquilo. Si bien es cierto hay un momento de alegría y felicidad por haber conseguido el objetivo, pero más allá de eso, la tranquilidad de poder haber cumplido con una tarea importante para el club.
- Usted tiene una historia particular con Alianza, ya que fue uno de los cuatro chilenos que vino de Colo Colo para reforzar al equipo tras la tragedia del Fokker. ¿Cómo se dio su llegada?
La tragedia de Alianza fue una noticia muy fuerte en todo el mundo. Luego de eso, pasaron algunos días y Colo Colo nos manifiesta la posibilidad de apoyar a Alianza de una manera voluntaria, sin ninguna obligación. Mi respuesta y la de mis compañeros fue inmediatamente positiva. Se dio prácticamente una semana antes de Navidad.
- ¿Qué situación se encuentra a su llegada al Perú?
Al llegar al Perú nos encontramos con un momento muy desolador, en el que se sentía todo el dolor del club, de los familiares, de los jugadores que no viajaron. Era un momento bastante crítico y desesperanzador. Es lo que yo sentí a la llegada al estadio de Matute. Entramos a un camarín desecho, situaciones muy complejas de explicar desde el punto de vista personal. La situación todavía estaba muy fresca, todavía no se sabía muy bien lo que había pasado en términos de por qué sucedió esto, todavía muchos familiares sentían la angustia de no poder saber de sus hijos, de sus hermanos, etc.. Fue un momento bien triste y se sentía ese pesar el ambiente. Lógicamente no fue algo cómodo de vivir.
- ¿Cómo los trataron los hinchas? ¿Hubo palabras de agradecimiento?
Sí, era lógicamente en esa instancia del apoyo, de sentirse de alguna manera respaldado por Colo Colo, de lo que nosotros podíamos aportar en el renacimiento del equipo. En una primera instancia sentimos ese cariño desinteresado, mas allá de lo que podía venir posteriormente en el retorno del torneo.
- Junto a ustedes llegaron ídolos que volvían del extranjero como José Velásquez, César Cueto y Wilmar Valencia. También Teófilo Cubillas salió del retiro. ¿Cómo fue la convivencia con ellos?
Para nosotros fue un privilegio y un orgullo estar con ese tipo de leyendas del fútbol peruano, que marcaron una etapa gloriosa de este deporte en Perú. Era un orgullo poder compartir y aprender mucho de ellos. Desde ese punto de vista, fue muy significativa esa experiencia para nosotros.
- En la presentación de Paolo Guerrero hubo un homenaje a Caico Gonzáles Ganoza, su predecesor en el arco de Alianza Lima, con cuya familia usted llegó a formar un vínculo emocional, e incluso su esposa le regaló una de sus camisetas. ¿Qué sintió al ver que tras tantos años se le sigue recordando?
Son situaciones que se vienen a la memoria después de tanto tiempo y que permanentemente están presentes. Me alegro también que Paolo Guerrero pueda venir de una familia aliancista y estar en Alianza en estos momentos. Caico fue una leyenda en el arco de Alianza por muchos años, que marcó un precedente en el club. Efectivamente, fue como usted menciona, en una oportunidad tuve la posibilidad de compartir con la familia de Caico y tuve la bonita experiencia de jugar con una camiseta suya. Son hechos muy bonitos que van a permanecer en mi historia de vida.
- ¿Qué opina de la relación de hermandad que se formó entre Alianza Lima y Colo Colo a partir de ese momento, y que perdura hasta nuestros días, como se vio en sus últimos enfrentamientos por Copa Libertadores?
No había tenido la posibilidad de vivirlo directamente en un estadio de fútbol y obviamente acá en Matute. Sí sabía de esta hermandad entre la hinchada de los clubes, de esa cooperación permanente, de ese apoyo fraterno e incondicional. Pero vivirlo directamente, como se dio en el último partido, no me había tocado poderlo presenciar. Ahí me di cuenta que cuando viene la hinchada de Colo Colo acá a Lima, muchos hinchas de Alianza los reciben en sus casas y a su vez en Chile lo mismo, y hay una permanente confraternidad entre ambas hinchadas, cosa que es muy difícil verlo en la actualidad y eso se manifiesta dentro y fuera de la cancha. No había tomado su real dimensión hasta no vivirlo en directo. Y eso producto de ese hecho que sucedió hace 36 años, de la iniciativa que tomó Colo Colo y que fue muy bien recibida por Alianza.
- A lo largo de los años recibió muchos homenajes y estuvo en varias actividades de Alianza Lima, pero ¿alguna vez pensó volver a trabajar al club?
Efectivamente, había tenido la posibilidad de venir a visitar Perú de vacaciones, de manera personal, y también en más de alguna oportunidad Alianza nos invitó a algún homenaje, para los 100 años, para el memorial, etc. Siempre hemos tenido el reconocimiento del club, lo cual es muy importante. Pero nunca me imaginé, nuevamente estar directamente trabajando en Alianza o incorporado a lo que es el club. Y esas son las situaciones que te va marcando la carrera deportiva. Para mí ha sido muy importante, nuevamente volver a Alianza, aportar con mi trabajo. Me he sentido muy apoyado, muy querido por la gente y eso también para mí tiene un significado muy especial.
- ¿Cómo inició su interés por trabajar en el fútbol femenino?
Me inicié como técnico en las divisiones menores masculinas de Colo Colo en 2007. Nunca tuve la visión de trabajar en el fútbol femenino, que para mí era completamente desconocido. No tenía conocimiento, ni siquiera la preocupación de la actividad que practicaban las mujeres en el fútbol. Hasta que en 2009, el club me propone hacerme cargo del fútbol femenino paralelamente de las divisiones menores masculinas. Acepté y lo fui conociendo, me fui interiorizando. Desde la ignorancia que tenía en ese momento, me sorprendió que muchas chicas podían controlar un balón, dar un pase o pegarle bien a la pelota. Eso me llamó la atención y desde ese momento me inicio en el fútbol femenino. A partir de 2015, cuando a trabajar a la Federación de Fútbol de Chile con la selección, me dedico exclusivamente al fútbol femenino.
- Usted logró ganar la Copa Libertadores Femenina con Colo Colo el 2012, un torneo que ahora afrontará con Alianza Lima. ¿Qué tan difícil es la competición y cuánto ha cambiado en los últimos años?
Bueno, el fútbol femenino ha ido evolucionando, cada momento tiene su contexto, sus particularidades y sus dificultades. El formato de fútbol femenino en Copa Libertadores, en el tiempo que usted menciona, era muy complejo. Había muy pocas posibilidades de llegar a disputar una final, dado que cada grupo clasificaba solo el primero. Participaban solamente los campeones de cada país, donde todavía no estaba mucho la internalización de las jugadoras de Sudamérica hacia Europa o hacia otros continentes. por lo que las mejores jugadoras todavía estaban en este lado del continente. Fue un torneo bastante difícil, había tenido la posibilidad en el año anterior de llegar la final, aunque se pudo ganar. Colo Colo generó un estándar competitivo a nivel internacional bastante importante y ha cimentado hasta el día de hoy el fútbol femenino a nivel nacional y con buena participación internacionalmente. Ahora es una copa donde participan muchos más equipos, donde las jugadoras se han ido profesionalizando, donde las exigencias de resultado también van de la mano con el crecimiento del fútbol femenino. Cada momento tiene sus propias particularidades y sus exigencias.
- Usted trabajó más de 10 años en el fútbol femenino chileno. Ahora que llega al Perú, ¿con qué diferencia se encuentra? ¿Cómo ve el fútbol femenino peruano desde su perspectiva de haber trabajado en Chile tantos años?
Ya tenía antecedentes del fútbol femenino de Perú. Veía algunos partidos de Alianza por televisión, me tocó enfrentarme muchas veces a la selección peruana en amistosos y Copa América, y a equipos peruanos en Copa Libertadores. Sabía que llevaban 3 o 4 años compitiendo de manera más estructurada, con un torneo organizado desarrollándose paulatinamente. Hay puntos que son importantes de ir mejorando. Un punto a favor es que hay un torneo, que ha muchas chicas les gusta el fútbol femenino y categorías menores que compiten en un torneo de seis meses. Los clubes, de alguna forma, están apostando a eso. Hay mucho más interés en comparación a Chile. Los medios le dan una trascendencia importante, eso es bueno. En este proceso de desarrollo, las jugadoras tienen que ir mejorando todas sus capacidades. Lo técnico es muy importante de mejorar y desarrollar, dentro de la formación, también la parte psicológica, porque te va a permitir competir, no solo a nivel nacional, sino también internacional. Creo que hay que mejorar en la formación y las capacidades técnicas, lo demás va a dar acompañando esa mejoría. Desde la parte estructural, y dando una mirada constructivista, creo que los clubes deben tener una mayor voluntad en mejorar las condiciones de los equipos. Darles más preponderancia cuando les toca jugar de local, hacerlo en estadios y no en canchas de entrenamiento o auxiliares, porque eso va elevando los estándares de competencia, donde se hace más atractivo, a televisión, Son pequeños detalles que, en la sumatoria, van provocando que el fútbol femenino tenga más difusión y un alza, el el espectáculo.
- Como usted comenta, en Perú se le da gran preponderancia al fútbol femenino, y muestra de ello se vio en las finales, que se jugaron a estadio lleno. ¿Qué le genera ese apoyo al fútbol femenino?
Con los cambios sociales hay más apertura para que la mujer se pueda desarrollar en distintos ámbitos de la sociedad. El deporte no es contrario a eso. El fútbol es una actividad deportiva de las más importantes del mundo, donde hay millones de gente que lo siguen, se ha transformado en una industria, y la sociedad tiene que ir al ritmo de estos cambios. Culturalmente, hace algún tiempo atrás, a la mujer le costaba mucho abrirse paso, y ni pensado en el fútbol. En la medida que podamos tener esa amplitud y dar estas posibilidades, el fútbol femenino va a ir llegando a muchos más rincones. Con estos cambios la gente se ha acercado a los estadios, va la familia a ver fútbol femenino, van muchas niñas, muchos niños ya es un público un poco distinto, donde se puede disfrutar de distinta forma. Lógicamente cuando hay partidos que tienen una trascendencia mucho mayor como semifinales, final, clásicos, lógicamente va mucha más gente. En la medida que mejoren las condiciones de espectáculo, vale decir un buen estadio donde jugar, porque a veces dicen que se juega en un estadio, pero la cancha es pésima y la calidad del juego no puede ser de las mejores. Eso va en desmedro de la mejora de las capacidades de las jugadoras. El espectáculo no puede crecer si los partidos no se juegan en un ambiente futbolístico importante, donde pueda ir la familia a los partidos. Muchos de los partidos de la liga de fútbol femenino, no quiero ser crítico de mala forma, sino generar una crítica constructiva. La calidad no solamente crece por los resultados, sino también por como entrego el espectáculo para que se interese el público, la empresa privada, los periodistas, la televisión y que sus aportes sean más significativos y prósperos.
- Derrotar a Universitario en la final significó una revancha para Alianza Lima, debido a la final perdida el año pasado. ¿Usted lo tomó igual, teniendo en cuenta que también le tocó perder una final como la del 87?
Sé de la trascendencia que tienen los clásicos entre Alianza y Universitario, sé de los ingredientes que aportan al fútbol peruano. Sé también de la connotación que tienen para los hinchas y eso es parte de la cultura futbolística de Perú. En ese conocimiento, uno trata de abstraerse un poco y tomar el rol profesional como entrenador, porque si no se hace esa diferencia, muchas veces las decisiones pueden ser equivocadas. Si uno lo mira como hincha, lógicamente que la visión siempre sea de revancha, de ganar el clásico, de marcar la diferencia de un equipo sobre otro y sin duda que ese ingrediente siempre va a estar incorporado en este tipo de partidos. Pero, créame que ese era mi mayor enfoque. El enfoque que yo tenía en este momento era que las jugadoras pudieran estar bien, tranquilas que pudieran rendir bien y que conseguir el objetivo, y gracias a Dios se pudo dar.
- Recordando un poquito su etapa como jugador, ¿le queda esa espinita de no haber logrado ser campeón como jugador con Alianza?
Bueno, siempre está esa posibilidad. Tuvimos la posibilidad de llegar a esa final ganando el torneo Descentralizado. Jugamos un partido único y lamentablemente no pudimos conseguir el objetivo. Lógicamente que perder una final, un clásico, duele mucho, Pero para ganar también hay que saber perder, aunque parezca una frase de cliché, uno aprende a ganar cuando tiene esos esos reveses y lo vuelve a intentar. Eso es lo importante de un deportista, no quedarse solamente con el logro o con la derrota sino que continuar hasta cuando se pueda.
- ¿Qué expectativas tiene para esta Copa Libertadores?
Las mejores, competir, tratar de avanzar, pero ese tratar está condicionado al contexto en el que nos ubicamos. Eso no quita la responsabilidad que tenemos como Alianza Lima de ganar todo lo que se nos presente. Sabemos que el fútbol femenino en Perú está evolucionando, vamos a jugar contra los mejores equipos del continente. Tenemos un grupo bastante complejo. Deportivo Cali es un equipo del que podemos apreciar el potencial de las colombianas y cómo se sitúan a nivel internacional, ya pasaron a ser una potencia a nivel mundial. Guaraní es un rival local, que también tiene lo suyo, sabemos de las características de las jugadoras paraguayas, muy aguerridas y frontales. Santiago Morning, que lo conozco más del fútbol chileno, es un equipo que en el femenino está permanentemente compitiendo en Copa Libertadores, con jóvenes pero de mucha experiencia, algunas han jugado mundiales.
- ¿Algún mensaje final que le gustaría brindar?
Mas que nada dar gracias a Dios, a Alianza que ha confiado en mí. Eso ayuda mucho para seguir confiando y tener las convicciones de que el trabajo da sus frutos, a veces se logra en los resultados, otras veces no. Lo importante es tener un convencimiento de que lo que se hace va en buena dirección. Doy gracias a la hinchada de Alianza Lima, al país que siempre me ha abierto las puertas y espero tener continuidad porque hay mucho por trabajar y desarrollar en Perú. Solo palabras de agradecimiento, que la hinchada nos acompañe la próxima temporada, porque para las jugadoras es muy significativo que vaya mucha gente a alentarlas.