Un día luctuoso para el fútbol peruano. Roberto Chale, histórico futbolista que vistió la camiseta ‘blanquirroja’ en el Mundial de México 1970, partió para siempre el pasado martes 10 de septiembre a la edad de 77 años. El otrora volante perdió la batalla contra una dura enfermedad que minó su organismo en los últimos años.
La noticia enluta a la familia de la selección peruana y sume en profundo pesar a quienes guardan en la memoria los gloriosos momentos que Chale les regaló sobre los campos de juego. Aquel Mundial del 70, donde la ‘bicolor’ causó sensación al dejar su huella en tierras aztecas, quedará eternamente ligado a la figura del talentoso jugador nacido en el Rímac.
La partida de Roberto Chale significa el adiós a un auténtico ídolo del balompié nacional, uno de esos jugadores que trascendieron fronteras y se convirtieron en emblemas del fútbol peruano en las grandes citas internacionales.
La lucha de Roberto Chale
A mediados del 2023, Chale Olarte presentó un agravamiento de la diabetes que padecía, lo que le originó demasiado problemas en los meses siguientes e ingresos constantes al hospital Edgardo Rebagliati Martins. Para inicios del 2024, exactamente en marzo, la situación del otrora mediocentro nacional fue más delicada, dado que presentó dificultades mayores en su salud generando preocupación entre sus familiares y amigos más cercanos.
Seis meses más tarde, la vida del Niño Terrible se apagó en medio de la conmoción de todos aquellos que estuvieron a su lado al igual que quienes siempre lo recordaban por su innegable sentido del humor y vasto conocimiento del balompié peruano, al cual sirvió por más de cinco décadas entre su faceta de futbolista y director técnico.
Nacido en la localidad de Barrios Altos, en la ciudad de Lima, Roberto Chale descubrió su pasión por el deporte rey cuando cursaba los estudios primarios. Entrado a la mayoría de edad, decidió hacer de su amor la profesión que lo llevaría a la historia con la Bicolor. Así, a mediados de la década de los 60′ hizo su debut oficial representando al desaparecido Centro Iqueño.
Tiempo más tarde, logró dar el paso más importante de su carrera al llegar a Universitario de Deportes, el equipo de sus amores, conformando un histórico mediocampo al lado de Luis Cruzado (1941-2013) y Hernán Castañeda (1945). Permaneció cinco temporadas ininterrumpidas defendiendo el escudo de la ‘U’ logrando 3 campeonatos nacionales (1966-1967-1969).
Entremedias, Chale alcanzó la cúspide representando a la selección peruana bajo las órdenes del entrenador Walter Pereira ‘Didí', con quien se hizo titular indiscutible en las Eliminatorias Sudamericanas de 1970. Su participación más memorable en ese circuito fue en la épica igualada a dos contra Argentina, en La Bombonera, donde hizo gala de su picardía burlándose de Juan Carlos Rulli, a quien lo sacó de quicio tras ponerle la pelota encima de la cabeza cuando el compromiso ardía.
El Niño Terrible, asimismo, consiguió la histórica clasificación a la Copa del Mundo de México luego de dejar en el camino a la Albiceleste. En aquella inolvidable cita disputó todos los partidos (4) y tuvo el honor de celebrar un golazo en la fase de grupos contra Marruecos (3-0). Su último juego con la indumentaria de Perú fue en 1973 cuando estaba en las filas del Defensor Lima. Además de tener otras dos etapas más con Universitario, Roberto Chale jugó en Sport Boys, Sporting Cristal y Deportivo Municipal al igual que en Valencia FC de Venezuela y Universidad Católica de Ecuador.
De asesor a entrenador exprés de Perú
Una vez que Chale aceptó su retirada con Universitario, en 1980, empezó a capacitarse para ocupar un nuevo rol profesional. De manera que años más tarde, regresó a la selección peruana pero como asesor del técnico Moisés Barack durante las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial México 1986. Su sola presencia acaparaba la atención de los futbolistas, periodistas y aficionados.
En medio de las tribulaciones de Barack -aunado al momento convulso de la Blanquirroja en el proceso-, la Federación Peruana de Fútbol optó por defenestrarlo para encargarle la dirección técnica interina a Roberto mientras se perfilaba un acuerdo para cerrar al emblemático Marcos Calderón. No obstante, hubo una respuesta negativa por parte del ‘Oso’ y finalmente mantuvieron al Niño Terrible hasta el final de las clasificatorias.
Lo que nadie vio venir es que su trabajo encontraría réditos inmediatos sobre la base de métodos pragmáticos. Así, Chale debutó un 16 de junio de 1985 (Día del Padre) con una resonante goleada 4-1 sobre Venezuela, en el viejo estadio Nacional. frente a un reducido público que no tenía fe en el plantel. A pesar del resultado y la buena performance de los seleccionados, su gestión era criticada por otros estrategas locales que argumentaban que su inexperiencia pesaría en los cruces finales contra Argentina. Nada más lejos de la realidad.
El 23 de junio llegó la prueba de fuego del nobel DT de Perú en el coloso de José Díaz. Aquella tarde de domingo, se completaron las cuatro tribunas para presenciar una de las exhibiciones más grandes de los nuestros y uno de los desempeños individuales más descollantes: el de Luis Reyna, mediocentro de corte defensivo que entró en lugar de Julio César Uribe solo para estorbar y neutralizar a Diego Maradona. Jugada maestra de Chale que resultó a la perfección. El gol del triunfo lo concretó Juan Carlos Oblitas con una definición acrobática imposible de conjurar para el veterano Ubaldo Fillol.
El estratega primerizo no cabía de felicidad y sacaba pecho por sus ideas, con las que había reflotado el fútbol histórico de Perú. Estaba a un duelo de hacerse con un cupo mundialista. La victoria era el único camino. Así, el 30 de junio salió convencido al Monumental de Buenos Aires de dar el batacazo. No obstante, un suceso crucial cambió la hoja de ruta: la cobarde patada de Julián Camino a Franco Navarro, a los 2′ minutos, que le ocasionó una fractura de rodilla.
A partir de esa desleal acción, que solo fue sancionada con una amonestación del silbante Arppi Filho, hubo un quiebre que afectó a los peruanos, que se reflejó en la anotación tempranera de Pedro Pasculli, aunque al poco tiempo se nivelaron las acciones a través de una diana de José Velásquez. Luego, la selección peruana dio el golpe a la mesa con un golazo de Gerónimo Barbadillo, tras una genialidad de César Cueto. Lamentablemente, a falta de 10′ minutos para el cierre del partido, Ricardo Gareca enterró las ilusiones de Chale y compañía con una diana que desató la euforia en Argentina y la tristeza en Perú. Empate 2-2 que condenó a un repechaje contra Chile que no se pudo superar. Adiós al Mundial. Adiós a don Roberto.
Camino de estratega exitoso
Después de alejarse de la Bicolor, Chale fortaleció su proceso como técnico dirigiendo a Deportivo San Agustín, Defensor Lima -con el que ganó la Segunda División-, Universidad Técnica de Cajamarca, León de Huánuco, Sport Boys, Deportivo Municipal, Deportivo Sipessa, Deportivo Pesquero, Sport La Loretana y Sport Coopsol.
Aunque su mejor etapa fue como entrenador de Universitario de Deportes, con el que se hizo de los títulos de 1999 y 2000 configurando un histórico tricampeonato para los ‘cremas’. En el 2005, conviene mencionar, llegó a Alianza Lima para volcar su amplia experiencia en medio de una crisis de resultados y una década después regresó a la ‘U’ permaneciendo dos años y logrando un Apertura. Aquella fue su última aventura en los banquillos. Descansa en paz, Roberto Chale.