Las razones que hacen sopesar a André Carrillo la posibilidad de regresar a Alianza Lima después de más de una década

André Carrillo cuenta con más pretendientes de lo esperado. Su futuro, de por sí, parece estar entre el Medio Oriente y Europa, sin dar por descontada la exótica África, aunque en los últimos días ha crecido con fuerza la posibilidad de pegar la vuelta a Perú, después de más de una década, para volverse a vestir con la camiseta de Alianza Lima.

Lo que en un principio parecía una de esas tantas voladas que surgen en plataformas virtuales, de pronto se transformó en una opción concreta que ha despertado la atención e ilusión de los fieles simpatizantes Blanquiazules. De manera que en La Victoria podría conformarse una ofensiva de selección peruana natural, teniendo en cuenta que hace no mucho se incorporó el histórico Paolo Guerrero.

Detrás del interés de las autoridades deportivas de Alianza Lima existe un plan ambicioso para conformar un plantel de categoría con el que se pueda dar un salto cualitativo en lo que resta del periodo 2024 en Liga 1 y afrontar con optimismo una participación internacional, sobre todo en la Conmebol Libertadores. De cerrar a Carrillo, sin lugar a dudas, estaríamos hablando de un equipo sin precedentes a nivel doméstico.

En cualquier caso, la ‘Culebra’ se lo está pensando bien mientras su entorno empresarial revisa otras propuestas, sobre todo de la ostentosa Arabia Saudí sin dejar de lado, también, un acercamiento real del Zamalek SC de la Egyptian Premier League. En medio de ese análisis, obviamente, el tema del club de su amores toma una real dimensión por ciertos aspectos que no pueden ignorarse.

A lo largo de los años, se han registrado contrataciones muy relevantes de futbolistas con actualidad en la Blanquirroja, cuya identificación con Alianza Lima es manifiesta. Dos de ellos, actualmente, son Carlos Zambrano y Paolo Guerrero, amigos íntimos de André Carrillo.

La presencia de ese par puede influir en la decisión del habilidoso extremo con pasado en Al-Hilal y Al-Qadisiyah en avanzar las conversaciones con los Blanquiazules hasta llegar a un acuerdo que satisfaga a todas las partes involucradas.

Otro personaje que puede ser determinante en esta situación es Jefferson Farfán, leyenda aliancista con quien compartió buenos años de amistad en la selección nacional. “Si viene, bienvenido; es de la casa”, mencionó hace no mucho en un contacto breve con De Enganche.

No se puede negar que Carrillo ha ganado todo lo que pudo, tanto a nivel deportivo como económico, en los años establecidos en Arabia Saudí, país donde alcanzó el estatus de leyenda por su paso estelar en Al-Hilal. Con esos pergaminos, puede darse la intención de regresar al lugar donde surgió y creció como futbolista.

A sus 33 años, el mundialista con Perú en Rusia 2018 podría entender que una segunda etapa en Alianza Lima es una gran oportunidad para ganar un envión anímico / profesional que le permita recobrar motivación.

Todos saben bien, además, que la edad de André todavía juega a su favor y de hacer una campaña correcta, ganando sobre la marcha una versión exigente de si mismo, llegarían ofertas de la región como la Major League Soccer o el Brasileirao.

Este tipo de retos también pueden considerarse como una oportunidad para nuevamente atraer la mirada del comando técnico de Perú. Estando cerca, y de readaptarse a un escenario como el nuestro, Carrillo puede asumir que su convocatoria no sería lejana.

Fue público, mediante una entrevista con un podcast, que André asumía otras perspectivas con respecto a un seleccionado, pero está en la capacidad de redimirse y qué mejor que en casa flanqueado por distintos.

Los últimos días serán decisivos para conocer la postura final de Carrillo, con quien se le asignaría la frutilla de la torta al plantel aliancista liderado por el argentino Mariano Soso. Todo apunta a que la ‘Culebra’ hará diabluras en Matute.