Si llegar al Perú como un futbolista desconocido en la Segunda División es un reto que supone demasiada complejidad, entonces triunfar ascendiendo de categoría hasta recalar en un club histórico, que te permite exhibirte en el plano internacional abriéndote la oportunidad de cambiar la vida, es una enorme gesta por donde se mire.
Eso es lo que ha logrado Kevin Serna (Popayán, Colombia, 1997) a puertas del reinicio de las Eliminatorias Norteamérica 2026. Queda totalmente claro que él es uno de los nuestros a partir de una carta de naturalización, aunque su deseo, recientemente expresado con firmeza, es representar a la Selección Colombia.
Más allá de la ratificación de sus rasgos e identidad nacional, se entiende que el suelo inca jugó un rol muy importante en su trayectoria. De modo que nunca olvidará cada camino transitado (Cultural Santa Rosa, Asociación Deportiva Tarma y Alianza Lima) que lo ha llevado a ser el deportista que es y la nueva revelación que se postula para llegar más temprano que tarde al plantel subcampeón de América.
Su andadura, eso sí, no comienza en el pintoresco y trivial fútbol peruano, sino en Europa, siendo exactos en una división demasiado ínfima de Portugal. Suya es la historia de un joven muchacho sin formación deportiva, cuya delgadez no pasaba inadvertida por cualquiera, que fue llevado al ‘Viejo Continente’ con imprecisiones e inexactitudes por parte de un agente que, al día de hoy, desata malos recuerdos en él y en otro grupo que pensó que ese traslado sería beneficioso, pero terminó siendo un total suplicio.
Entre el ingenio y la dificultad
A la edad de 20 años, Kevin Serna empezó un fugaz sendero como trotamundos abandonando su país natal para afincarse en Portugal como parte de un proyecto de jóvenes revelaciones en el desconocido equipo llamado Perafita FC, ubicado en la ciudad de Porto. La idea era que esa institución se hiciera de una licencia oficial en el circuito deportivo luso, pero finalmente no se logró y solo se dedicó a sostener partidos de carácter amistoso con otras instituciones para que los recién llegados como Serna sumaran actividad toda vez que despertaran el interés de ojeadores.
La aventura, hasta ahí, dejó de ser fabulosa para volverse caótica. Y de un momento a otro se volvió completamente lastimera cuando ni siquiera tenían cómo llevarse un pan a la boca. Así lo recuerda su excompañero e íntimo amigo Giancarlo Romagnoli en diálogo con Infobae Perú: “Conocí a Serna en Portugal, jugábamos en el mismo equipo y con el mismo empresario. Nuestra experiencia en Portugal no fue muy buena porque el seleccionador acabó haciendo muchas cosas mal, dejando a la mayoría de los chicos con hambre. Fue muy difícil”.
Aquellos días fueron largos, tediosos y tortuosos. Incluso el hijo de un exseleccionado de Brasil convivió con ellos. No obstante, de ese mal momento nació una vinculación especial que perdura hasta el día de hoy. “Fue durante esas dificultades cuando no sólo Serna y yo, sino también Juninho, el hijo de Edmundo, Caio, que ahora es jugador de la Furia, y otros, formamos una amistad muy fuerte. Siempre nos ayudábamos, siempre hablábamos y aprendíamos unos de otros”, continuó relatando.
De la nada a Paraguay y por fortuna a Perú
Serna, futbolista centrado, trabajador y con demasiada capacidad de resiliencia, llegó a Portugal proveniente de tierras bajas de Cali. Tenía el talento necesario para destacar. Al principio era un mediocampista laborioso, cuya creatividad estaba enfocada en el servicio de los goleadores. Aunque la estabilidad que necesitaba, y le permitió convertirse en el destacado deportista que es hoy día, se dio cuando en ese modesto Perafita le cambiaron de posición estacionándolo como extremo. Allí derrochó fuerza, velocidad y se apreció una evolución importante plasmada en 5 goles y misma cantidad de asistencias en 12 partidos.
Se acertó en el cambio de posición en la cancha y también en su próximo destino, aunque aquella operación fue demasiado extraña y no lo contemplada como el descollante que esperaban en su nuevo hogar. “Puedo decir que el traslado de Serna a Paraguay fue lo mejor que hizo este agente por él. El Sportivo Luqueño pidió un jugador y él mandó a Serna de la nada. Lo más gracioso es que Kevin se quedó y el jugador que querían no terminó quedándose”, recordó Romagnoli.
Así, la apuesta por Kevin en Luqueño configuraba un total misterio. Logró hacerse de un lugar en el plantel y sobre la base del esfuerzo, dedicación y empeño logró sostenerse en dos periodos alternando en la máxima categoría de Paraguay. Su momento cumbre llegó cuando le anotó un golazo al histórico Olimpia. A pesar de esa demostración de habilidad aunada a perspicacia, no pudo quedarse en el plantel porque el comando técnico quería a un deportista de mayor experiencia. Craso error.
La vida volvía a poner en jaque al joven Serna, pero no por mucho tiempo. Lo que vino después fue el paso de la liberación para empezar de cero: aquel representante que le fue innoble se desmarcó de él y cambió de manager, lo que le permitió llegar a Perú para hacerse un nombre, eso sí, desde las plazas más bajas en la Liga 2.
El camino meteórico de Serna
Las autoridades deportivas de Cultural Santa Rosa (hoy Los Chankas) fueron alertados de la existencia del joven Serna y sin miramientos de por medio le abrieron las puertas de la institución en la Segunda División. Su desenvolvimiento fue tan relevante que sorprendió a sus compañeros. El retirado portero Javier Irazún recuerda, con lujo de detalles, en Infobae Perú, el desempeño del caucano que revoluciona el Maracaná.
“Kevin ya se mostraba desde un principio como muy profesional. Se le veía un muchacho joven con mucha condiciones, era rápido y potente. Él tiene muchas condiciones, ha demostrado lo que puede hacer. Los grandes de Perú siempre se fijaron en él. Fue creciendo cada vez más, fue de menos a más. Seguramente, Fluminense lo venía siguiendo desde hace un tiempo. Me alegro mucho por su presente, se lo merece”, expresó.
“Es muy rápido, habilidoso, de mucho control, es determinante en el uno contra uno. Él tiene una velocidad alucinante, sabe sus condiciones. El Fluminense tiene a un jugador de marca, aguerrido y con mucha técnica. Si lo explotan llegará a ser un futbolista de gran nivel. Tiene muchas posibilidades de estar en la Selección Colombia. Con este pase a Fluminense hará que lo vean. Está a un nivel muy bueno”, sumó Irazún.
Su importante contribución goleadora le permitió dar un pequeño salto a Liga 1 acertando un contrato con la Asociación Deportiva Tarma, club con el que se mantuvo fiel por dos años y en el que mantuvo su descollante talento como indica el capitán Gu-Rum-Choi: “Transmitió muchísimo. Creo que nos dio una confianza. Tiene características que marcan la diferencia y creo que el equipo en general fue muy solidario”.
La voracidad del colombiano fue clave para que su siguiente paso sea Alianza Lima. Allí logró asentarse entre los titulares y cambiar su vida a partir de un doblete en Conmebol Libertadores 2024 contra Fluminense, su nuevo club en el extranjero.
La historia, ahora, es conocida: vive un momento asombroso en Laranjeiras toda vez que dejó un grato recuerdo en La Victoria pese a vivir en esa localidad solo un semestre. Y ahora su nombre está bajo la observación de la Selección Colombia, que espera el momento ideal para alinearlo a sus filas. Que no sorprenda que en el circuito clasificatorio 2026 se dé el debut que permita cerrar el círculo de un camino duro, pero reconfortante.