El Gran Palacio de París fue testigo de una de las hazañas más importantes del deporte peruano. Angélica Espinoza, corriendo efusivamente con la bandera blanquirroja sobre su espalda, culminó su enorme gesta en los Juegos Paralímpicos de París 2024. No hace muchos años atrás, había sido descubierta nadando en una piscina de Campo de Marte. Hoy, se consagra como la primera mujer peruana bicampeona paralímpica, dando una cátedra mundial en el parataekwondo. Esta es su historia.
Leonor ‑su primer nombre‑ nació sin una parte de su brazo izquierdo por un mal congénito. Esto, sin embargo, no significó una desventaja para ella. Todo lo contrario. Sabía que estaba predestinada para grandes cosas y en su etapa escolar se imaginaba en el podio mientras veía los Juegos de Londres 2012.
Ella, tan soñadora como tímida, se prometió a sí misma estar ahí algún día. Pero no esperaba que su camino triunfal lo trazaría dando patadas a sus oponentes. Espinoza se aventuró en el mundo de la natación adaptada. Practicó algunos meses en las piscinas de Campo de Marte y aunque rápidamente dio muestra de un potencial prometedor, el destino le tenía preparado otras cosas.
Para entonces, recién se había creado el Comité de Parataekwondo en el Perú (en el 2017) con Yvonne de la Cruz (su entrenadora) y Delicia Paredes como encargadas de ese proyecto con miras a los Juegos Parapanamericanos Lima 2019. En busca de talentos para esta disciplina, encontraron a Angélica nadando sin pensar en la propuesta que recibiría.
Yvonne la convenció en dejar la piscina para subirse a un tatami. La tarea no fue difícil: Espinoza se enamoró a primera vista del parataekwondo. El resto es historia.
Un don escondido en las piernas
Angélica Espinoza no sabía lo que era capaz de hacer con las piernas. Tenía un don escondido. Y no demoró en descubrir su potencial. A la velocidad de la luz, aprendió todo lo necesario para destacar en la disciplina. Así lo demostró en su primera competencia: el Parapanamericano de Taekwondo de Costa Rica en el 2017.
Tenía solo tres meses de práctica. Pero contra todo pronóstico llegó a la final. Su rival fue la mexicana Claudia Romero, que entrena taekwondo desde los tres años de edad, inspirada por su padre. Es decir, tenía todo una vida dando patadas. Pero la novata peruana fue la que, inesperadamente, se impuso en el duelo, ganando su primer oro.
Esto, sin duda, la motivó a ir por más. La primera gran prueba por la que tanto esperó fue Lima 2019, ya con dos años de experiencia encima. En casa, con su familia alentándole, Angélica dio el golpe: se consagró campeona parapanamericana. En lo más alto del podio continental, vio cómo lo que soñaba años atrás estaba muy cerca de cumplirse.
Una pandemia que no la detuvo para ser bicampeona paralímpica
Justo en su apogeo, cayó una pandemia mundial que provocó incertidumbre por doquier. Tokio 2020 fue postergado hasta el año siguiente. Pero Angélica no se podía quedar sin acción. Necesitaba seguir preparándose para esta prestigiosa cita y encontró la forma de hacerlo: le enseñó a su hermana menor lo básico del parataewkondo para convertirla en su contendiente casero.
Su hermana aprendió con la misma rapidez. Talento innato de las Espinoza. De esa manera, combatían en su hogar y a veces a Leonor se le olvidaba que eran familia. Una que otra vez, hizo llorar a su particular contrincante. Pero era necesario.
“Tuvo el apoyo de su hermana, que era su sparring, y luego tuvimos la ayuda de Delicia Paredes, que nos prestó su gimnasio para poder entrenar. Todo este proceso no fue fácil, pero ella venció todos sus obstáculos y se logró el objetivo”, contó la entrenadora Yvonne Pérez en una entrevista para el IPD.
A punta de mucho esfuerzo, Angélica Espinoza llegó a la capital de Japón con el deseo de hacer historia. Y lo hizo. Se enfrentó a rivales de mayor experiencia, posicionadas entre las mejores del mundo, pero eso poco importó sobre el tatami. La peruana dio el batacazo en Tokio 2020, ganando el primer oro paralímpico para el Perú tras 21 años y la primera medalla después de 17 años.
No conforme con ello, fue en busca de más. Repitió su oro parapanamericano en Santiago 2023. Y después logró un histórico bicampeonato paralímpico en París 2024: se convirtió en la primera mujer peruana en conseguir esa hazaña e igualó al gran Jimmy Eulert (paranadador nacional) con dos preseas doradas en este magno evento.
Nada es fácil, claro está. Pero Angélica dio una auténtica cátedra en París 2024. Su rival a vencer en la competencia fue la iraní Maryam Abdollahpour (en cuartos de final), a quien nunca antes le pudo ganar. En ese enfrentamiento, se impuso con un categórico 19-9. Absolutamente nada la podía detener para volver a subirse a lo más alto del podio.
Lo que veía en su adolescencia por la TV se convirtió finalmente en un sueño hecho realidad. Ahora ella es la protagonista. Una protagonista que brilla fuerte como el oro y que trascenderá en la historia del deporte nacional sin lugar a dudas.