Stefano Peschiera tuvo un aterrizaje de héroe. El ganador de la medalla de bronce en la disciplina de vela en los Juegos Olímpicos 2024 llegó a Perú al promediar las 16:00 horas ante la atención de toda una nación. De hecho, un importante contingente de compatriotas se acercó a las inmediaciones del aeropuerto internacional Jorge Chávez para recibirlo como se merece.
Una vez que salió del área de vuelos internacionales del primer aeródromo del país, Peschiera se sacó la presea de bronce del cuello para levantarla por todo lo alto en señal de triunfo y dedicársela a los más de 34 millones de peruanos que siguieron de cerca su exhibición en la bahía de Marsella, en Francia.
Seguidamente, Stefano se acercó a cada uno de los espacios repletos de aficionados peruanos para sacarse fotografías, selfies y autografiar camisetas de la selección. También no dejó pasar la oportunidad para atender a los distintos medios televisivos que se acercaron a él: “Es un honor para mí representar al Perú siempre, esta medalla es para todos ustedes, que la disfrutemos y que en el futuro vengan más”.
“Recién me estoy dando cuenta, sabía lo importante que es la medalla para el Perú. Espero que esto abra puertas para el futuro, yo soy un vehículo del gobierno, del IPD, de mi familia y del Perú para incentivar y dar el ejemplo a los chicos”, añadió.
Los homenajes empezaron no bien subió al avión de la aerolínea Air France desde París con destino a Lima. Una vez que se ubicó en su asiento recibió una dedicatoria de toda la tripulación por su gesta cosechada en París 2024. Al llegar a territorio nacional fue recibido con una serie de actos culturales como bailes típicos.
Su primer contacto con el país, de otro lado, se dio en una de las áreas del aeropuerto para recibir la afectuosa bienvenida de los operadores. “Ya estamos en Perú y no podíamos estar más agradecidos por todo el acogimiento que nos tienen preparados. Este logro es de todos, se lo merecen todos. Lo hemos dado todo por el Perú”, dijo antes de abrazarse con la multitud de connacionales.
Peschiera, crecimiento constante
A la edad de 3 años, Stefano supo por primera vez lo que era navegar. En compañía de su abuelo Alfonso Peschiera subía a la clásica embarcación Anfitrite para iniciar con su camino de regatista. Años más tarde, siendo niño aún, se decidió a dedicarse -a rajatabla- a la práctica de la vela sin importarle los obstáculos que habían que surcar.
Cuando apenas contaba con 10 años, Peschiera aceptó por representar a Perú en un Sudamericano Juvenil y a partir de entonces no faltó a los certámenes de la categoría hasta que cumplió 15 años.
Consciente de que para crecer en el deporte al que le había jurado dedicación eterna debía dar un salto importante, el joven Stefano aceptó marcharse del país no bien culminó sus estudios secundarios en el colegio. Así se asentó en la localidad de Charleston, en Estados Unidos.
El continente norteamericano ha sido su centro de operaciones en los últimos años. Allí, además, pudo cursar sus estudios universitarios en el College of Charleston toda vez que integró el plantel del equipo de vela. La experiencia lo volvió en un deportista de élite preparado para mayores desafíos.
Así apareció en los Juegos Olímpicos de Río 2016 en lo que supuso su primera exhibición en el certamen polideportivo más importante del mundo. En esa aparición, sin embargo, no pudo demostrar el potencial esperado y quedó ubicado en el puesto 31°.
Lejos de llenarse de pena, siguió participando en otras competiciones de primer orden en Europa con la consigna de conseguir su revancha en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 al lado de sus compatriotas. Su participación, no obstante, dejó mucho que desear sufriendo un revés prematuro que lo hizo pensar en su continuidad en la disciplina que tanto lo apasiona.
Ante esa complicada situación, emprendió un nuevo reto clasificando a los Juegos Olímpicos Tokio 2020 con la idea de superar su marca en el evento anterior. Y lo hizo estacionándose en la plaza 25°. De manera que la idea de abandonar la vela se alejaba un poco de su mente, pero aún la consideraba porque quería dedicarse de lleno a otras actividades.
Fue así que se propuso una aventura final: acceder a los Juegos Olímpicos París 2024 para llegar lo más lejos posible. El plan salió más que perfecto, dado que superó, holgadamente, sus registros alcanzando la Medal Race Olímpica hasta cosechar una medalla de bronce, la primera en la historia del Perú y la primera presea tras 32 años en los Juegos.