La historia olímpica de Perú se escribe a lo grande gracias a Stefano Peschiera, máximo exponente del Team Perú en París 2024. El ya mítico atleta nacido en Lima, pero crecido en las aguas de la localidad de Charleston, en Carolina del Sur, Estados Unidos, consiguió la primera medalla para el país en la disciplina de vela en la edición XXXIII de los Juegos. Suya, además, es la primera presea en 32 largos años tras el éxito cosechado por el tirador Juan Giha (plata) en Barcelona 1992.
En unos Juegos donde se enseñó, hasta la saciedad, cada uno de los rincones de París junto a su pintoresca cultura, Peschiera se robó todas las miradas, flashes y elogios por su histórica exhibición instalándose en el tercer lugar del podio olímpico por detrás del chipriota Pavlos Kontides (plata) y el australiano Matt Wearn (oro). Por él, todos los peruanos se despertaron a primera hora del memorable 7 de agosto del 2024 para ubicarse frente a una pantalla de televisor para seguir su emocionante desempeño en la bahía de Marsella.
La espera mereció la pena, aunque no dejó de tener un alto nivel de suspenso porque el inicio de la Medal Race Olímpica tuvo que suspenderse cerca de la tercera manga por una complicación climática a causa de la ausencia de viento. Para nuestra fortuna fue algo muy positivo, dado que Stefano había empezado muy flojo y eso le dio pie a que reconfigure su estrategia.
Una hora después, todas las embarcaciones tuvieron que estacionarse en el parque olímpico de Marsella para reanudar la recta final de la vela en los Juegos de París. El cruce fue de mucha tensión, preocupación y nerviosismo. El primer tramo fue apretado, aunque Stefano ya estaba más pleno a comparación de su accidentado inicio. En un pasaje pudo recuperar posición hasta anclarse en la 3era plaza de la tabla general -como había llegado a la Medal Race- lo que le permitió colgarse el bronce.
En cuanto se conoció el puntaje final, nuestro atleta de bronce se encogió brevemente para luego centrar su fuerza en uno de sus puños en una clara señal de victoria. En Marsella se escuchaba todo tipo de vítores por la gesta concretada, mientras consciente de su épica, levantó el dedo pulgar al cielo en una clara muestra de dedicatoria para uno de sus seres queridos y después se paró sobre su tripulación para exhibir el cartel de Perú sobre su pecho que lució con total orgullo.
De esa manera, el llamado ‘Ajedrecista del Mar’ -por su innovador método de entrenamiento sobre el tablero cuadriculado para mejorar su agudeza mental en las regatas- le dio al país la mayor alegría de los últimos años. Por su éxito toda una generación ha podido apreciar el ascenso a un podio olímpico, imagen que permanecerá imperecedera en nuestras memorias. Aquel metal que cubre su cuello va dedicado a los deportistas que se quedaron a un paso de la gloria -como Alonso Correa, María Belén Bazo, Nicolás Pacheco, Kimberly García y César Rodríguez- en los Juegos de París. Y, además, cierra nuestro círculo olímpico bajo la Torre Eiffel con la esperanza que se abra uno de mayor esperanza. Eso sí, esperemos que el círculo personal de Stefano no concluya aquí, porque te queremos ver campeón en Lima 2027.