Evelyn Inga ha sacado cara por el Perú en los Juegos Olímpicos 2024. En su debut en el certamen polideportivo más importante del mundo, la marchista nacional quedó en el octavo lugar, se hizo de un diploma olímpico e instauró su nombre como revelación en París.
Cuando todos los focos de interés se posaban sobre la estampa de Kimberly García, la máxima exponente del atletismo peruano que llegaba a los Juegos como bicampeona mundial, Inga dio un golpe de impacto en Trocadero abriéndose paso como una auténtica irrupción en la competición de marcha atlética de 20 kilómetros.
Frente a la imponente Torre Eiffel y en medio de un inclemente calor, Inga dio una impensada exhibición durante tramos puntuales. Marcó el ritmo constantemente y se fue asomando en un amplio grupo donde estuvieron todas las favoritas. Uno de los momentos cumbres fue cuando se instaló, brevemente, en la segunda posición por detrás de la ganadora Jiayu Yang (CHN).
La destacada atleta no aflojó en la marcha y pasada la hora de desarrollo se estacionó en el Top-Ten aventajando a sus compañeras Mary Luz Andía y Kimberly García. Finalmente pudo cruzar la meta con un tiempo registrado de 1h28min16s, el mejor de una marchista peruana en unos Juegos Olímpicos.
Al momento que pasó al lado de las vencedoras, Evelyn protagonizó un momento especial y conmovedor: recogió la bandera del Perú entre el público presente, la alzó y llegó a la meta con ella. Tras ese suceso exitoso, en medio de la apoteosis, se arrodilló e inclinó todo su cuerpo hacia la pista en señal de agradecimiento a Dios por su histórica participación.
Inga, de 25 años, llevaba mucho tiempo preparándose para un momento como el vivido en París 2024. Gran parte de su entrenamiento lo hizo en su natal Huancayo, pero en los últimos años se trasladó a Argentina junto a su entrenador Alfredo Quispe. Ahora lo que seguirá para ella es tomar un impulso de crecimiento que le permita afianzarse como una marchista de categoría.
“Vine mentalizada”
Lejos de llenarse de ansiedad por ser su primera participación en unos Juegos, Evelyn Inga confirmó que el secreto de su triunfo fue ir despojada de cualquier nerviosismo y dejarle todo el destino en manos del Todopoderoso: “De verdad que estoy contentísima, siempre dando la gloria y honra a Dios por haberme traído a este evento de gran magnitud. Todo es otra cosa. Vine mentalizada para tomarlo como un campeonato más. Desde que llegué a París lo he disfrutado al máximo. El trabajo y la disciplina me han traído hasta aquí”.
Reconoció, además, que “todas las atletas nos llevamos por segundos, así que cualquiera puede dar una sorpresa. Todas estamos preparadas. No hay nada que me sorprenda, todas son fuertes y de gran respeto. Anhelábamos una medalla, pero lo entregamos todo. Que se sientan orgullosos. Tampoco somos felices cuando las cosas no salen como pensábamos, pero lo dimos todo”.
Finalmente destacó a sus compañeras y la fuerza del Perú en la disciplina atlética. “Somos un país potente en la marcha. Ellas son admirables y fuertes. Me siento orgullosa de ser parte de este gran equipo. Muchas gracias a todos por la pasión y el apoyo. No le debemos nada a nadie. Estén seguros que nosotras damos lo máximo”, acotó.