Han pasado casi 36 años desde que la selección peruana de vóley lograra una hazaña inolvidable en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, emocionando a millones de peruanos. La histórica medalla de plata alcanzada entonces sigue siendo uno de los logros más recordados por los aficionados al deporte en el país. Este momento icónico continúa vivo en la memoria colectiva de Perú.
El equipo ‘bicolor’, guiado por el legendario entrenador Man Bok Park, estuvo cerca de conquistar la medalla de oro, un hecho que generó una mezcla de orgullo y desazón entre los seguidores. Pese a la destacada actuación, siempre quedó en el ambiente la sensación de haber estado a un paso de la gloria máxima.
Man Bok Park, originario de Corea del Sur, llegó a Perú en los años setenta y cambió la historia del vóley peruano. Es recordado como una figura determinante que inculcó disciplina, técnica y, sobre todo, resiliencia en sus jugadoras. Bajo su liderazgo, el vóley peruano dejó una fuerte impronta a nivel mundial.
‘Mr. Park’ como siempre se le dijo de cariño fue el gran líder del equipo que estaba conformado por jugadoras como Natalia Málaga, Cecilia Tait, Gabriel Pérez del Solar, Gina Torrealba, Rosa García, entre otras.
Precisamente Tait, también conocida como la ‘Zurda de oro’, recibió el premio “Mujer y Deporte” en 2003, el cual fue otorgado por el Comité Olímpico Internacional (COI). Dos años después, logró convertirse en la primera mujer sudamericana es hacerse presente en el Salón de la Fama del Voleibol de Estados Unidos.
El mejor momento de Perú
La estadísticas dejaron en evidencia que la selección peruana llegó a la final de la competencia habiendo registrado el mejor promedio de bloqueo, que empezó con un inesperado 3-0 (15-11, 15-11 y 15-3) sobre la siempre complicada Brasil, que en ese entonces era rival directo de nuestras representantes nacionales.
Sin embargo, el gran golpe lo darían al vencer a China (campeón mundial y olímpico) por 3 sets a 2 y luego superar con solvencia a Estados Unidos por el mismo resultado. Cabe resaltar que, en este último, las peruanas iban dos parciales abajo, pero supieron remontar a pulso.
Ya instalada en la final, la ‘bicolor’ confirmó el gran nivel en el que estaba ganándole a una de las potencias mundiales: Japón. Con esto, el combinado patrio se convirtió en el primer equipo sudamericano en clasificar a una final olímpica de vóley femenino.
Una final inolvidable
En la tan esperada final, Perú se tuvo que enfrentar a la Unión Soviética. Claro está que dicho cotejo generó gran expectativa en todos los peruanos, que pese a la gran diferencia horaria que había entre Corea del Sur y nuestro país, siguieron muy de cerca el encuentro en mención.
En el coliseo se vivía mucha emoción por parte de la hinchada, más aún porque la ‘blanquirroja’ logró llevarse los dos primeros sets, lo que la acercó a su objetivo principal. Sin embargo, en el tercer parcial, las soviéticas empezaron a subir su nivel y lo ganaron, lo que las impulsó para también quedarse con el cuarto.
Ya en el quinto set, los nervios se apoderaron de ambas escuadras en lo que fue un punto a punto, hasta llegar a la igualdad 15-15. Lamentablemente, el rival de turno terminó quedándose con la victoria, dejando a Perú a un paso del oro y la gloria.
La palabra de las protagonistas
Cecilia Tait, quien fue elegida como la mejor jugadora de la competencia, resaltó el gran esfuerzo hecho, tanto por ella como por todas sus compañeras en Seúl. “Diez años son diez años juntas. Era un matrimonio deportivo con el país, con la camiseta y con nuestras propias compañeras”.
Por su parte, Natalia Málaga valoró el grupo que conformó y luchó por conseguir la tan ansiada medalla de oro en aquella edición de los Juegos Olímpicos, ya que muchas de las jóvenes poseían diferentes características, lo que hacía que el equipo fuera aún más fuerte.
“El hecho de congeniar entre todas, en distintos grupos, distintas personalidades, distintas clases sociales, distintas mentalidades y entre nosotras íbamos aprendiendo cada una de nosotras, cosas”, indicó.
La experiencia desde la interna
Después de 30 largos años, Gabriela Pérez del Solar aprovechó en recordar lo que fue aquella experiencia inolvidable, tanto para el plantel como para ella personalmente. Y es que con su gran estatura, se convirtió en pieza clave del ataque y bloqueo peruano.
“Es el sueño de todo deportista llegar a unas olimpiadas, pero sí, los años pasan, pero el recuerdo y el dolor quedan hasta el día de hoy”, expresó la voleibolista durante una entrevista publicada en el canal en Youtube de la Federación Peruana de Vóley (FPV).
Del Solar, quien actualmente vive en Estados Unidos y tuvo el cargo de congresista en los años 2006 y 2016, recordó que durante la bienvenida que le hicieron al equipo, el bus donde se movilizaban se encontraba completamente abarrotado de gente: “Fue algo realmente impresionante”.
Asimismo, señaló que el cariño que recibieron de la gente fue indescriptible. “Cuando nosotros llegamos nos hicieron sentir como si hubiéramos ganado la medalla de oro, hasta el día de hoy el cariño que nos tienen no tiene precio”.
Como se recuerda, el plantel completo, luego de su llegada al país, fue recibido como campeón por gran cantidad de personas que llenaron el Estadio Nacional, donde posteriormente las deportistas recibieron los laureles deportivos.
¿Quiénes son las subcampeones olímpicas de Seúl?
El equipo nacional estuvo conformado por un total de 12 voleibolistas: Denisse Fajardo, Alejandra de la Guerra, Rosa García, Natalia Málaga, Cecilia Tait, Gina Torrealva, Katherine Horny, Cenaida Uribe, Sonia Heredia, Gabriela Pérez del Solar, Luisa Cervera y Miriam Gallardo.
El comando técnico estuvo encabezado por Man Bok Park, como asistente del coreano estuvo Carlos Aparicio y también el doctor Carlos Tay. Con la delegación peruana también viajó el árbitro de vóley José Gonzales.