Falta menos de una semana para el inicio de los Juegos Olímpicos París 2024, en los que, como cada 4 años, crece la ilusión de ver a un deportista peruano colgarse una medalla. No obstante, en los últimos 32 años, ninguno de nuestros representantes fue capaz de subirse a un podio. El último en hacerlo fue Juan Giha, tirador que en Barcelona 1992, se quedó con la medalla de plata en la modalidad de ‘skeet’ y se quedó a un solo punto de llevarse el oro.
Infobae Perú conversó con el limeño de 69 años, quien ahora ejerce como entrenador, faceta en la que ha cosechado logros importantes con atletas y combinados nacionales de la India, Chile y Palestina, pero que hace mucho no recibe el llamado de la Federación Peruana de Tiro. Giha Yarur relató sus inicios en el deporte, el poco respaldo que tuvo de las autoridades responsables en su camino a la gloria, y criticó duramente la poca evolución que ha tenido el Perú en la disciplina de tiro.
- Nos acercamos a unos nuevos Juegos Olímpicos y usted se mantiene como el último peruano en conseguir una medalla. ¿Cómo se siente al respecto?
Es un honor, desde el momento que gané la medalla en Barcelona. Poder darle esa satisfacción a nuestro país y a nuestra gente. Lograr una medalla olímpica es una tarea bastante ardua y complicada, que representa una gran preparación. Se presentan los mejores exponentes del mundo, quienes se preparan años y tienen toda la tecnología de trabajo, es un nivel extremadamente alto. Ya de por sí participar en unos Juegos Olímpicos es un orgullo y un una satisfacción para un atleta, ni te cuento traer la medalla para tu país.
- Los representantes de Perú en tiro son Nicolás Pacheco y Daniela Borda. ¿Qué concepto tiene de ellos?
Son dos atletas reconocidos, que han estado trabajando los últimos años en competencias internacionales. Espero que puedan lograr alguna medalla para el Perú. Ellos tienen tres opciones, el título individual, como masculino y femenino, y la tercera opción como equipo mixto.
- Tres de las cuatro medallas que Perú ha ganado en los Juegos Olímpicos pertenecen a la disciplina de tiro. ¿Por qué cree ello?
El Perú es famoso por sus deportistas y, en especial, por los tiradores. En carabina, pistola y escopeta, siempre hemos cosechado medallas, tanto en los Juegos Bolivarianos, Iberoamericanos, Panamericanos y Olímpicos, como en los mundiales. Tenemos excelentes deportistas y buenos ejemplos, desde Edwin Vásquez en 1948 en pistola libre. Perú tiene una habilidad, lo mismo que en el vóleibol y ahora la marcha atlética.
- ¿Cómo ve el tiro peruano en la actualidad?
Considero que debería haber una reestructuración de la federación, porque no se ha logrado masificar el deporte a nivel del tiro. Obviamente la escopeta es una modalidad más costosa, pero tenemos pistola y carabina de aire que, trabajado a partir de la época escolar, podríamos tener realmente muchos campeones, y esto no significa un costo tan elevado. Debería haber una reorientación de los alcances y la proyección de los próximos años. Tenemos exponentes de alto nivel que debemos potenciar. Por ejemplo, para los Panamericanos Lima 2027, por ser organizadores, podemos incluir un atleta en cada disciplina, sin que este se tenga que clasificar. Ahí podemos foguear a nuestros tiradores.
- ¿Cómo fue su preparación previo a los Juegos Olímpicos 1992?
Hubo una mala organización de la Federación de Tiro y el Comité Olímpico. Yo siempre he hablado bien de ellos, pero sufrí muchísimo para poder representar al país. He participado en 6 Juegos Olímpicos como atleta y puedo garantizar, y es la primera vez que lo digo, que muy pocas veces me dieron la oportunidad de prepararme como era debido. En Seúl, 15 días antes de los juegos, me dijeron que podía participar. Nunca tuve apoyo del IPD. Es una realidad que después de 32 años vengo a exponer. Todo se debió a mi esfuerzo, y gracias a Dios pude ir traer esa medalla para el Perú. Tuve que hacer esfuerzos personales para conseguir el arma, los cartuchos y las competencias internacionales. Nunca fui parte de un programa que me pueda ayudar.
Ahora el Comité Olímpico da apoyo económico directo a los atletas que logran medallas bolivarianas, panamericanas u olímpicas. En mi caso, no recibí ningún apoyo económico ni reconocimiento. El problema no solamente es lograr medallas para el Perú, sino crear una juventud sana, con buena mente, bien educada. El deporte te educa, te saca de las calles, de las malas costumbres. El presidente Fujimori ni siquiera me recibió ni me hizo ningún tipo de detalle cuando logré la medalla para el Perú. Esto acompañado de alimentación y salud, vamos a tener un pueblo bien preparado.
- Ahora se dedica a ser entrenador. ¿Ha tenido la chance de trabajar con la Federación de Tiro?
En Cuba, cuando tienen un atleta de mi nivel, lo llevan a todas las instancias y áreas deportivas para que se pueda aprender de él. En nuestro país lo que se hace es enterrar a los atletas. Desde 2001 soy entrenador de la India. En este momento estoy trabajando en Chile, preparando a dos atletas para el mundial que se realizará en Perú. Y el 22 de julio viajo a París con un atleta de Palestina, por el que me han llamado para prepararlo para los Juegos Olímpicos.
Mi país prefiere traer otros entrenadores porque dicen que soy demasiado exigente. En vez de trabajar en mi país y ser reconocido por tu propia federación, tengo que buscar trabajo en otros países. He logrado un subcampeón mundial en 2010 con Raúl Franco de Chile, medalla de bronce y oro con un tirador de la India. En el campeonato asiático quedé primero, tercero y cuarto con India. He entrenado equipos de Ecuador y en mi país no les parece que puedo ayudar a los atletas. En 2016 acompañé a Francisco Boza, el presidente de la Federación de Tiro Peruana, lo estuve entrenando seis meses y logró la medalla de oro con los Panamericanos Toronto 2015, pero no es suficiente parece y prefieren traer un entrenador italiano, prefieren mandarlos a Italia a entrenar a los tiradores.
-¿Qué fue lo que hizo para compensar la falta de apoyo y llegar preparado a los Juegos Olímpicos?
Solicité que me permitan ir a Italia, 20 días antes de los Juegos, donde desarrollé un método de concentración que me dio un excelente resultado. Tenía entrenamientos diarios de 250 cartuchos en la mañana y 250 en la tarde, por seis días a la semana, me permitió lograr un estado anímico, mental y técnico del más alto grado. Con este esfuerzo, y la preparación que ya tenía de tantas competencias, me permitieron buscar un camino y lograr la excelencia deportiva. Tuve un entrenador peruano, Bruno Sarti, que me ayudaba, pero para adquirir conocimientos de alta competencia tuve que viajar a Alemania y a Italia, donde hay muchas más condiciones. Así, buscando por el mundo, aprendí más y conocí el deporte que tanto quería.
Aprendí de grandes tiradores como Conrad Wirner, el alemán que fue entrenador de Francisco Bozo, y los italianos como Romano Garagnani y Tonino Blasi. Aprendí las técnicas y cómo desarrollar la concentración, preparación, estado físico, estado mental, todo eso se conjugó para poder obtener una marca de ese nivel. También tengo que nombrar a mi padre, Juan Giha Ali, quien tenía muchísimas más condiciones que yo, y no tuvo la suerte de ganar una medalla, pero pudo enseñarme mucho.
- ¿Cómo vivió la competición? Se quedó a solo un punto de quedarse con la medalla de oro
Debo ser honesto, no esperaba ganar una medalla olímpica, porque no tenía el apoyo ni la preparación debida. Mi interés era hacer mi mejor trabajo. Al final, terminé igualando el récord olímpico, pero la china Zhang Shan lo superó por un punto. Fue una competencia muy dura, porque antes eran tres días de competencia, ahora son dos. Se requiere mucho estado físico y mental.
- También se dio la coincidencia de que ganó la medalla justo un 28 de julio.
Una anécdota muy linda, cuando los astros se alinean, todo se alinea. También te comentaré que ese mismo día mi abuelo falleció. Fue un golpe muy fuerte, porque 15 días antes mi abuela materna había fallecido, también. Entonces, cuando llamé al Perú para contarle a mis padres que había logrado la medalla, me enteré que estaban en Chile, donde vivían mis abuelos. Fue muy triste.
- ¿Cómo fue su recibimiento cuando retornó al Perú? Me comentó que el presidente no salió a recibirlo
El presidente del IPD, Enrique Otero, me recibió en privado porque un dirigente de la federación lo había amenazado con que se si presentaba lo iba a boxear. El Comité Olímpico no gestionó una visita al presidente de la República. Tampoco tuve ningún tipo de reconocimiento del IPD, respecto a facilidades para seguir entrenando y preparándome. Es la realidad que he vivido y, a mucho orgullo, lo digo hoy; cosas que he guardado muchos años y nunca he querido contar, pero la mediocridad desgraciadamente campea muchas veces en el Perú y es por eso que no tenemos un país sano o desarrollado, porque las personas deberían dejar de ser egoístas y reconocer los logros que se hacen en bien del país
- ¿Cree que, de haber recibido apoyo, hubiera podido conseguir más medallas en los otros dos Juegos Olímpicos de los que participó?
En todos estos años, si yo hubiera tenido un entrenador, aparte de mi padre, para desarrollar, viajar, aprender no me hubiera tomado 40 años llegar a los niveles que alcancé. La experiencia de un entrenador te acorta los tiempos de aprendizaje y trae resultados más rápido. En el 92 logré la medalla olímpica y en el 97 la medalla mundial. Imagina lo que es competir contra equipos de Alemania, Francia, Italia, Estados Unidos. Checoslovaquia y todos los países cuyas federaciones trabajan como un núcleo apoyando a deportistas, desarrollando, creando la base. Más que por hablar de Juan Giha, es hablar de cómo desarrollan el deporte. El IPD sigue teniendo jefes que no conocen nada de deporte. Los ponen como un cargo político, pero no ven que están haciendo daño al país, a la juventud. Hoy ya no tengo miedo de hablar las cosas como son, porque es una vergüenza.
- ¿Qué otros casos de injusticia o falta de apoyo se le vienen a la mente?
Tengo muchísimos casos que me han pasado a mí. Los dirigentes que han estado Federación Peruana de Tiro han sido bastante mezquinos. Hay muy pocos que pueda recordar, que hayan hecho labores de proyección. Actualmente en tiro de ‘skeet’ tienes seis tiradores y no todos tienen el nivel para una competencia internacional. En los últimos ocho años, solo contamos con dos o tres tiradores de nivel internacional. Este fin de semana habrá una competencia en Las Palmas, vean cuántos tiradores han disparado: seis u ocho. ¿Para eso tenemos toda esa infraestructura? Quieren tapar el sol con un dedo porque tienen uno o dos tiradores que más o menos representan bien al Perú. ¿Y qué pasa con lo demás? ¿Dónde está la gestión de la operación? ¿Qué pasó con (Marko) Carrillo en pistola? Ha sido un excelente tirador y debería haber participado en los Juegos Olímpicos, también. Esa es la realidad, y si creen que está haciendo una buena gestión, están muy equivocados. No conocen de este deporte.
- Usted menciona mucha a su padre, cuénteme un poco más sobre él y qué tanto influyó para que decida seguir su camino y dedicarse al deporte del tiro...
Mis inicios fueron muy diferentes, inicié en el Club Internacional Revólver. En ese entonces, Perú tenía cerca de 50 o 60 tiradores participando en competiciones internacionales. Mi padre, Juan Giha Ali, nos dio a mí y a mis hermano Nicolás y José Luis, la oportunidad y nos enseñó el uso de la escopeta. Él era un apasionado del ‘skeet’ y la fosa olímpica. Tenía condiciones espectaculares que superaban las mías, pero él empezó en el deporte a los 32 años y yo empecé a los 12 gracias a él, porque él me dio la escopeta, me la puso las manos, me dio los cartuchos, me enseñó y fue el promotor de todo. Él participó en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 y fue campeón mundial master dos veces. Estuvo en épocas de grandes tiradores sudamericano como Amadeo Di Laura y otros tiradores de ese nivel que representaban al país. Ellos nos enseñaron y abrieron el camino para que podamos crecer y conocer este deporte tan lindo.