César Cueto vivió una jornada muy especial en su vida cuando Atlético Nacional lo nombró leyenda de la institución por su contribución en la historia futbolística del ‘verdolaga’. Junto a un contingente que marcó época en Medellín, fue incluido en el Mural de las Leyendas.
En una ceremonia privada, y tan sólo transmitida por medios partidarios, Cueto se desbordó de emoción por el gran gesto institucional del club al que defendió durante un lustro exitoso (1979-1983) totalizando 158 partidos, 39 goles, 1 título y 2 nominaciones a mejor futbolista de la temporada.
“Estoy contento de estar acá, doy gracias a Dios por este día de estar aquí en mi casa. Estoy contento por la invitación. No soy de emocionarme mucho, pero hoy estoy muy emocionado de ver todo con alegría, de ver cómo crece el club”, partió diciendo sobre una tarima acompañado de René Higuita y Francisco Maturana.
En medio de su alocución, Cueto rememoró un episodio que marcó su inicio en el Nacional: “Me acuerdo de tantas cosas y me animaba a contar una anécdota de cuando llegaba de Perú. Allá se jugaba más alegremente, acá era súper diferente, el entrenamiento era durísimo para mí. Se jugaba marcación hombre a hombre. Y en los partidos de práctica eran muy duros. Físicamente no tenía mucha respuesta, acá me llevaban mucha ventaja”.
“Un compañero salió a marcarme y me siguió por todo el campo; yo tenía que marcarlo a él también, pero no agarré ninguna pelota. Le dije ‘déjame agarrarlo’ y me decía que el profesor lo había mandado. Entonces empecé a entrenar, me puse bien y ya no me agarraba. Ahora me decía ‘César, para un poco’ y le contestaba ‘¿no te acuerdas lo que me hacías? Estoy agradecido por la vida que me ha concedido llegar acá por muchos años en Colombia. Los llevo en mi corazón”, agregó.