Atlético Nacional de Medellín no olvida a César Cueto. El ‘verdolaga’ cada vez que tiene la oportunidad de coincidir con el histórico mediocentro de la selección peruana, mundialista en dos ocasiones en las ediciones Argentina 1978 y España 1982, reconoce su trascendencia y heroicidad, la misma que fue plasmada en su etapa en el Estadio Atanasio Girardot.
Ahora, a manera de agradecimiento y reconocimiento por todo lo hecho vistiendo la camiseta del ‘verde paisa’, el Atlético Nacional incluyó al ‘Poeta de la Zurda’ en la historia institucional realizándole un merecido homenaje.
Los altos mandos del club lo citaron a Medellín para que presencie como su estampa sería incluida en el Muro de las Leyendas junto a otras glorias. A Cueto Villa, al igual que otros míticos exdeportistas, se le otorgó un saco verde personalizado que contenía detalles especiales de su era por el equipo como goles, títulos y reconocimientos.
Al lado de César estuvieron Reinaldo Rueda, Francisco Maturana, René Higuita, Macnelly Torres, Jhon Jairo Trellez y Víctor Hugo Aristizábal. Cada uno de ellos aportó un grano de arena invaluable para que la historia del ‘verde de la montaña’ crezca y sea una de las exitosas en Colombia.
“Cueto, poesía peruana en máxima expresión”
Vestido con una camisa blanca de manga larga y un pantalón negro, vestimenta sencilla para un hombre sencillo, César Cueto se presentó delante de un escenario integrado por históricos en medio de una alocución que daba cuenta de su imponente talento y magistral creatividad.
“Vamos con poesía peruana en su máxima expresión. Desde Lima llega un poeta para adornar el fútbol verdolaga y conquistar la gloria de aquel título de 1981. Nos deleitó con su generación de juego, sus pases y sus consagraciones como mejor jugador de la liga local en dos ocasiones. Para siempre, el ‘Poeta de la Zurda’”, dijo la presentadora del evento mientras Higuita y Maturana aplaudían toda vez que Cueto subía al estrado.
El ídolo, en esas, recibió el tan ansiado chaleco verde de manos de Antonio José Ardila, dueño del club, aunque en un principio el gesto iba a tenerlo el legendario René Higuita. “Es un verdadero honor. Estoy contento de haber escuchado todo lo que sienten. Mi corazón está agradecido. Doy gracias a Dios por estar aquí en mi casa”, dijo Cueto.
“Ungido con el don del espectáculo”
La relevancia de César es incalculable e invaluable en Atlético Nacional. A pesar que su palmarés no es tan extenso a comparación de otras glorias, su sólo talento lo convierte en un diferente que puede presumir de codearse con los más grandes de la historia.
“Muy poco espacio para escribir algo tan magnánimo. El peruano, sin dudas, es un top 5 de la historia. Para quienes cuentan más de 40 años, ver a César Cueto Villa fue como estar a la Diestra del Señor. “El Poeta de la Zurda” jugaba con el maravilloso sentido de la irresponsabilidad en el cual se le tiraban caños insolentes a las tristezas de la vida”, consigna el club en su web oficial.
“El Inca hacía que las ilusiones fueran posibles y que lo inesperado fuera viable. El peruano estaba ungido con el don del espectáculo. Jugaba como los dioses. Acariciaba al hincha con sus sombreros, sus gambetas, sus pases, sus tacos, sus túneles. Ir al estadio era una obligación. Porque además se bajaba del pedestal de las deidades y se asumía con las debilidades de un mortal cualquiera: de vez en cuando transpiraba. Por eso toda la fauna que respira fútbol, o que respira gracias al fútbol, terminó agradeciendo su inmenso legado”, se remarca en la biografía de Cueto.