Hubo un antes y después en la vida de Joao Grimaldo (Rímac, 2003) cuando iniciaron las Eliminatorias Norteamérica 2026. En la primera ventana del circuito mundialista, específicamente en la segunda fecha, irrumpió con fuerza, talento y dinámica cuando el exseleccionador Juan Reynoso lo empleó como rotación, en reemplazo de Andy Polo, en un partido de alta intensidad contra Brasil, en el estadio Nacional de Lima.
Más allá de que el partido fue adverso para los nuestros -por una caída ‘in extremis’ por la cuota mínima-, el rostro que se reveló con luminosidad fue el de Grimaldo. Esa grata aparición ocupó las primeras planas de los periódicos como el futbolista llamado a liderar el recambio generacional en Perú. La situación, incluso, escaló a mayores por sus repentinos reportajes en señal abierta acompañado de su familia.
Desde entonces, Joao se convirtió en una especie de futbolista requerido por la afición en cada desafío con la ‘bicolor’, aunque en la era Reynoso aún existían ciertas observaciones con respecto a su rendimiento; de tal manera que siguieron reservándolo como revulsivo hasta que llegó la oportunidad de echar mano de él en un contexto crítico donde Perú estaba obligado a anotar goles y, por consiguiente, ganar para no quedar relegado en la clasificación.
En parte, la idea funcionó porque a partir de su explosividad y lucidez con balón dominado surgió la asistencia que devino en el primer gol de la ‘blanquirroja’ en las Eliminatorias 2026 patentado por el experimentado Yoshimar Yotún contra Venezuela, en un partido que terminó igualado a uno condenando a Juan Reynoso por su lastimera gestión, pero elevando a Joao Grimaldo a una base destacada.
De la revelación al ostracismo
Con las modificaciones en la zona técnica de Perú, dándole entrada al experimentado entrenador Jorge Fossati, se interpretó que llegaría una renovación a nivel de selección ponderando a los jóvenes como Grimaldo. De hecho, para muchos (aficionados, periodistas y especialistas) se daba por descontada su inclusión en el nuevo parado táctico.
Y de hecho así comenzó. El partido inaugural de la era Fossati contra Nicaragua, en el estadio Alejandro Villanueva, contó con el titularato de Joao y nada más empezando dejó su registro goleador (2′) convirtiéndose en el primer anotador del proceso de ‘El Flaco’. Mejor inicio imposible: conquista, victoria (2-0) y consolidación.
De pronto, y sin razones aparentes, Fossati lo apartó de aquella titularidad limitándolo a una simple pieza residual en la planificación hacia la Copa América. Y desde el banquillo no exhibió con magnitud aquellas diferencias contrastadas desde el arranque. La decisión tan sólo era un aviso para lo que venía en Estados Unidos.
Grimaldo, perjudicado en CA2024
A partir de esa camino -tornado como sinuoso- el porvenir de Grimaldo en la Copa América 2024 dejó muchas dudas. Dentro del armado del dibujo matriz, Joao no entraba como inicialista, pero aún mantenía la línea como revulsivo. Y bajo esa función hizo su entrada en el debut contra Chile.
Ingresó a los 71′ sustituyendo a Piero Quispe -otro deportista llamado a encabezar el recambio en la selección nacional- otorgándole un ritmo distinto al equipo toda vez que demostraba con argumentos que contaba con los galones necesarios para alinear en las siguientes evaluaciones.
Sin embargo, cuando la ilusión se construía y hacía intacta en la hinchada y sobre todo en Joao, el técnico Fossati decidió estacionarlo definitivamente en la zona de relevos sin darle mayor aparición a lo largo de la fase de grupos que acabó en un rotundo fiasco denominado eliminación.
Se pensaba que con Jorge todo iba a ser distinto para los puntuales emergentes. Que con Joao se daría una titularidad sostenida. Que ya estaba preparado para asumir un rol protagónico. Que en la CA2024 se le daría la pista necesaria pensando en las Eliminatorias 2026. Pero nada de eso sucedió. Al menos todavía no, y se acabaron los examinatorios. La imagen final con respecto a ello nos lleva a una duda: ¿Qué será de Grimaldo en el resto del proceso? La respuesta sólo está en Fossati.