Históricamente, Perú ha sido un equipo acostumbrado a instalarse en la fase final de la Copa América. Independientemente de los oponentes, los futbolistas, los técnicos o las plazas, si algo caracterizó a la ‘bicolor’ es su resiliencia en la fase de grupos, con una evidente presencia goleadora aportada desde cualquier fase. Lo peor de esta edición CA2024 es que no apreciamos ese lado en totalidad. Perú no ha sido Perú en su competición predilecta. Y eso, indudablemente, es algo que preocupa.
Ahora, claro está, que no toda la culpa recae en el seleccionador Jorge Fossati, a quien ya han comenzado a señalar porque siempre tiene que existir algún personaje al que hay apuntar contra el paredón. Estamos de acuerdo que su toma de elecciones -con respecto a la conformación del plantel y llamamiento controversial de Christian Cueva- ha sido, por lo menos, muy debatible, pero lo cierto es que cualquier entrenador medianamente solvente no hubiese podido clasificar a los cuartos de final de esta Copa América. Ni siquiera el propio Ricardo Gareca, quien dicho sea de paso está comenzando a transitar por las primeras piedras de su proceso.
Entiendo que el error de Fossati, que es considerado como capital por buena parte de la mirada pública, ha consistido en empecinarse con el nombramiento de la ‘Vieja Guardia’ conformada por Paolo Guerrero, André Carrillo y Christian Cueva. Cada uno de los mencionados representa un caso particular, pero sobre todo el último es objeto de escarnio constante por su lamentable actualidad. Aun así, ¿llegamos a comprender que no hay más dentro de nuestro reducido universo de convocados?
Y eso, hay que dejar muy en claro, no es culpa de Fossati, sino de nuestro alicaído fútbol peruano que ha dejado de producir buenos deportistas por la incapacidad e inoperancia de aquellos que están instalados en la Federación Peruana de Fútbol. Tampoco se le puede fustigar del todo a Jorge el tema del ya cansado recambio generacional, porque en su proceso ha echado mano, en distintas medidas, de Piero Quispe -a quien le ha asignado la titularidad-, Marcos López, Oliver Sonne, Franco Zanelatto y Joao Grimaldo. Sin contar que también ha reconstruido líneas con otros rostros inhabituales en la frecuencia de partidos como los de Alexander Callens, Wilder Cartagena, Sergio Peña y Andy Polo.
El otro día, en plena comunicación con DSports, el técnico de Perú había indicado que la razón por la cual todavía confiaba en los experimentados era porque “hasta que no sean mejores que los veteranos, no puedo sacarles lugar” . Y así seguirá aplicando hasta que surja alguna solución impresionante como la eclosión de algún jugador que integra el recambio o la aparición de nuevos puntuales que cumplan con un rendimiento interesante y sostenido.
Ahora lo que queda es hacer un profundo análisis, sin dejar de lado la discreta participación en la CA2024 que configuró un fracaso desde el plano histórico y deportivo, pensando en lo principal: el camino en las Eliminatorias 2026. Porque ahora todo lo que no sea reaccionar y clasificar a la próxima Copa del Mundo sí será un perfecto descalabro.