Wilder Cartagena con Infobae Perú: el amor a Alianza Lima, las experiencias en el extranjero que lo marcaron y su admiración por Luis Advíncula

Wilder Cartagena atraviesa un momento pleno en su vida después de superar muchos obstáculos en más de una década de trayectoria profesional. De aquellas experiencias en Perú, Portugal, Argentina y Emiratos Árabes rescató todo lo bueno para crecer hasta convertirse en un deportista íntegro. Actualmente es un referente de Orlando City, institución que reconoce su entrega incondicional al igual que la afición. De lo que vendrá después no está muy seguro, pero sí puede dar fe de que Alianza Lima, al que llama “el club de sus amores” está en su horizonte al igual que la titularidad en la selección peruana.

- ¿Desde siempre estuvo decidido a ser futbolista?

Sí, creo que del pueblo de donde vengo, siendo muy aficionado al fútbol, que es El Carmen, Chincha, recuerdo que lo único que hacíamos era jugar a la pelota. Siempre jugábamos y nos divertíamos con una pelota, y tuve el sueño de ser futbolista. Agradezco a Dios que lo pude lograr. Fue un camino duro, pero al final se dio como uno quería.

- ¿A sus padres les agradó esa determinación suya?

Sí. Mi mamá estaba con muchas dudas. Las mamás siempre, por ahí, quieren que a uno le vaya bien en el colegio y estudie. Con mi papá, a veces, bajaba a la cancha para ver los partidos de la liga distrital. Nos quedábamos desde las 08:00 de la mañana hasta las 06:00 de la tarde en el estadio. Pero como mi familia es mucho de fútbol, al final lo entendieron y se pudo dar.

- ¿En qué momento se dio cuenta que era posible alcanzar el profesionalismo?

Cuando me convocaron por primera vez a la Sub-15. Ahí la cosa ya iba en serio. Yo comencé siendo arquero y a los 13 o 14 años me cambian de posición a lateral derecho. Y, después, J.J Oré me convoca a la Sub-15. Luego me fui formando. En realidad, no hice inferiores. Todo fue sobre la marcha y fui mejorando, también, sobre la marcha. Cuando me llamaron vi que la cosa iba en serio y me dediqué mucho a eso. Todo el esfuerzo que hice dio frutos.

- ¿Cómo llegó a Alianza Lima?

Me acuerdo que había ido antes como arquero y la segunda vez también fui como arquero. Pero la primera vez no duré mucho, porque solamente iba a jugar de Chincha a Lima todos los viernes; era muy complicado el tema, así que al final dejé de ir. Después del terremoto que hubo en Pisco, mi colegio se cayó y el colegio de mis primos en Lima me dio la posibilidad de estudiar. Fue duro, porque mi mamá no me quería dejar ir. Ya aprovechando en Lima, me fui a probar otra vez como arquero y quedé. Desde ahí no me fui más a Chincha y me quedé en Lima.

- Lo promovieron en una etapa muy complicada. ¿Costó asentarse?

Sí. Cuando nos subieron, la institución estaba pasando por muchos problemas. Varios jugadores se habían ido. Prácticamente ese año estaba muy complicado y comenzaron a arriesgar con la reserva y los chicos. Ahí comenzaron a salir varios. Fue una gran oportunidad para nosotros, también. Creo que la mayoría lo vio así. Pudimos salvar el año y después ya nos fuimos acomodando con Wilmar (Valencia). La cosa fue mejorando. El primer año que nos subieron estaba complicado el tema en Alianza.

- ¿Hubo algún momento especial que recuerde?

Sí, muchos. Soy hincha de Alianza. Ya debutar en el club es algo muy emocionante. Después, en mi último partido en ese 2013, antes de irme al extranjero, hice un gol en Matute y lo recuerdo con mucho cariño. Es tan emocionante jugar por el club del que eres hincha, que siempre quedan recuerdos lindos. Aparte que compartí con muchos compañeros que venían de inferiores, así que esa primera etapa fue muy bonita.

- Fue tal su irrupción que al año siguiente fue llamado a la Sub-20 de Perú para disputar el Sudamericano de la categoría. Cuéntenos esa experiencia.

Sí, fue hermoso. He tenido suerte por haber ido a todas las selecciones como la Sub-15, la Sub-17, la Sub-20 y la mayor. Se dio así y todavía era un año menor para la categoría. Fue muy buena experiencia para mí, me sirvió mucho. Conocí ahí al ‘profe’ Ahmed, aunque lo referenciaba de la Sub-17 cuando trabajaba con J.J. Oré. Me ayudó mucho en el tema personal, de mejorar como jugador y ahí empecé a jugar como volante central, me enseñaron muchas cosas que antes no conocía, me ayudaron a conocer más el puesto y cosas técnicas. Como te comento, siempre he ido mejorando año tras año por el tema de que no hice inferiores. Ha sido algo positivo el tema de tratar de mejorar cosas que me faltaban.

- Hablando de esa etapa, ¿qué recuerda del caso Max Barrios? ¿Cómo se vivió aquella situación en la interna?

[Sonríe] Ahora es muy gracioso, ¿no? Ya te ríes por todo lo que sucedió, por lo que pasó y cómo se dio. Pero en el momento sí era complicado. Fuera o no verdad en ese momento, porque no sabíamos todavía. Era un compañero, al que le teníamos mucho cariño y era muy alegre. Cuando pasó ese tema fue duro para él y, entre broma y broma, por ahí fue una experiencia divertida por cómo pasó.

- Por ese Campeonato Sudamericano Sub-20 llegó a Vitória Setúbal de Portugal. ¿Qué tipo de club y liga se encontró?

Sí. Después volví a Alianza teniendo un poco más de regularidad en el 2013; y en el 2014 me voy a Portugal. Fue un año muy duro, pero me enseñó mucho y sabía no iba a ser fácil el camino. Llegué y tuve cuatro desgarros en un año, nunca me había pasado. Ya la liga se veía diferente, el ritmo de juego era diferente, el club tampoco pasaba por un buen momento en el tema económico, no me pagaban, estaba sólo y la pasé durísimo. Creo que por eso fue lo de las lesiones, porque después no he tenido más desde ese año. Estaba muy estresado, sólo. Imagínate: 19 años, iba a cumplir 20 años, lejos de la familia y sin dinero. Era difícil, pero pude pasar ese año y sobreponerme. Aguanté, la luché hasta que llegó un entrenador que me dijo que no me iba a tener en cuenta y tuve que buscar otras opciones.

- En ese mismo equipo jugó Junior Ponce y Luis Advíncula. ¿Pudo coincidir con ellos?

Sí. Ponce llegó cerca [a mi arribo] y luego Advíncula. Y sí tengo bastantes anécdotas. Me acuerdo una con Junior. Bueno, ‘Lucho’ estaba con su familia. Venía de Alemania creo, si no me equivoco, o de Cristal. No recuerdo bien, pero venía con su familia y el club de Alemania todavía le estaba pagando, así que estaba bien dentro de todo. Pero Junior y yo dependíamos del club; entonces había un restaurante brasileño donde nos hicimos amigos e íbamos a comer. Y el tema era que no teníamos dinero y el tipo nos fiaba la comida. Todos los días comíamos ahí. ‘Lucho’ también nos ayudó mucho, su esposa, a veces, nos invitaba a comer. Aún así, fue un momento duro, pero me enseñó mucho.

- Hablando de Luis Advíncula, ¿le sorprende su progresión?

No me sorprende para nada, porque lo conozco a ‘Lucho’ mucho y sé lo que trabaja, lo que se esfuerza, sé lo crítico que es con él mismo. Es uno de los jugadores que conozco que más crítico es con uno mismo y siempre quiere mejorar. Lo ves con los goles que comenzó a hacer de izquierda. Él antes no tenía una buena zurda, ahora hace goles de izquierda y tiene mucha confianza en esa pierna de tanto que la ha trabajado. Lo admiro y lo quiero, porque también somos muy cercanos.

Estoy muy contento por lo que está pasando, porque se lo merece por todo lo que ha trabajado y por todo lo que ha aguantado, también. Ha sido un jugador muy criticado que tuvo que adaptarse a una posición donde tampoco comenzó. Siempre que comienzas en una posición tienes que aprender cosas y él nunca dio un paso atrás, siguió luchando y mira ahora: se le quiere mucho en Boca. Imagínate que termine siendo ídolo en un equipo como Boca, sería impresionante.

- ¿Qué tenía esa Universidad San Martín que lo revitalizó tanto al punto de permitirle volver al exterior?

Uf, estoy muy agradecido con la institución. Me abrieron las puertas en el 2015. Llegué y venía de un año prácticamente sin jugar. Por ahí fue como reencontrarme con el fútbol y en el 2016 llegó ‘Chemo’, es un técnico al que considero mucho porque me ayudó, él jugaba en mi posición y los trabajos que hacía me ayudaron un montón. Además, el equipo que teníamos era un equipazo, de los que mejor jugaba. En el primer semestre no nos fue muy bien porque todavía no encontrábamos la idea, pero una vez que sí, los últimos seis meses, fueron espectaculares. Le ganamos a Cristal, a la ‘U’, a Alianza en el Nacional. Cada partido que jugábamos era impresionante con el dominio que teníamos. Lástima que un equipo como la San Martín no aguantó a todos, al otro año se comenzaron a ir; me quedé un año más y de ahí tuve que partir. Fue una lástima que ese equipo se separara, porque fue un equipazo. Es el equipo en el que mejor he jugado, sinceramente.

- ¿Conserva gratos recuerdos de aquel Tiburones Rojos de Veracruz? Mire que ahí también anduvo con otro buen contingente de peruanos.

Sí, Veracruz fue una bonita experiencia; lástima que el club comenzó a tener problemas, pero al principio, cuando llegué, fue de maravillas, como me trató el club y la gente, que era muy apegada y se hacía sentir. También había un calor terrible, pero tengo muy buenos recuerdos e hice muchos compañeros allá. Cuando me fui, pasaron más problemas y ahora no está compitiendo. Me fue muy bien, creo que hice un buen campeonato, sobre todo en el primer semestre.

- A pesar que estaba con regularidad en México, decidió volver a Alianza Lima. ¿Por qué?

Sí, justo es por lo que te digo, el club en México no estaba pasando por un buen momento. Hablaron de Alianza y se me dio la oportunidad. Justo mi señora estaba embarazada, entonces no vi con malos ojos volver a Alianza, que mi hija nazca en Perú y estar cerca de la familia. Se dio así, fue muy lindo y la gente me recibió de la mejor manera. Ese año, en los primeros seis meses, llegué con buen ritmo por venir jugando del extranjero con el tema de la copa y estaba en buena competencia. Fue un año muy lindo, hice muchos amigos, teníamos un grupo espectacular, de maravilla. Otro grupo que no se pudo sostener, qué lástima. Para el siguiente año varios se fueron, éramos un grupo espectacular. Tuvimos la mala suerte de perder la final con Binacional y esa es la espina que tengo, que no pude salir campeón con el equipo de mis amores. Todavía tengo una edad buena y espero algún día volver y cumplir mi sueño.

- Menciona que queda aún una espina clavada y deja la puerta entreabierta para una tercera etapa, pero visualizando el futuro, ¿cree que eso podría darse en un mediano o largo plazo? Porque están los que quieren retirarse y vienen a Perú. ¿O planea cumplir ese sueño en pleno estado de forma?

No, para nada. No pienso así; que me voy a retirar en Alianza. Tengo esa espina ahí, que si llego a Alianza tengo que hacerlo de muy buena forma. Ahora tengo 29 años, tengo unos años más de carrera; así que espero que se pueda dar, no digo ahorita, porque estoy bien por acá, no tengo por qué salir y aparte tengo un par de años más de contrato. Esperemos qué es lo que tiene el futuro para mí, pero es algo que tengo en la cabeza. Cada vez que veo a Alianza digo ‘ah, uf’. Aparte, por cómo se dio ese año, cuando llegó Pablo no tuve la regularidad que tenía con Russo ni con Reyes cuando tomó el equipo interinamente y eso, por ahí, es lo que más me duele. Pero son etapas, espero que pueda pasar, pero quisiera que se dé.

- Hablando de entrenadores, estuvo con Pablo Bengoechea y en su momento con Miguel Ángel Russo. ¿Qué diferencias y similitudes tenían desde tu perspectiva? Sabe perfectamente que con Bengoechea quedó la imagen de que es un gran entrenador, que con poco hizo mucho en Alianza Lima. En contra, con Russo siempre hubo este tipo de suerte de que nunca hubo una compenetración real. ¿Qué tan cierto era?

Eran técnicos diferentes, cada uno con su estilo. Creo que el ‘profe’ Russo era un poquito más estricto, su preparador físico también trabajaba muy fuerte el tema con el peso. La pretemporada fue dura, algunos compañeros tuvieron muchas cargas, muchas lesiones, pero era porque no venían trabajando así. Cuando uno está acostumbrado a ese tipo de entrenamientos, lo manejas mejor. Era un buen técnico; llegamos por momentos a jugar y competir bien. Sabía todo lo que iba a pasar, pero él mismo se sorprendió con todo lo que pasaba en el fútbol peruano.

Y Pablo llegó después y conocía el plantel, prácticamente era su plantel. El equipo le tenía mucho cariño. Es más, se notaba que tenía buena relación con la mayoría. Llegó e hizo un buen trabajo, dentro de todo, llegamos a la final. Estábamos complicados cuando se fue Miguel, estábamos peleando el tercer o cuarto puesto y después llegamos a una final una vez más. Es valorable todo eso.

- ¿Qué significa Alianza Lima en su vida?

Mucho, mucho. Alianza significa demasiado, es una institución que amo mucho, me dio mucho y estoy muy agradecido. Cada vez que puedo ir al estadio voy a apoyar, porque me gusta, me siento en casa. Conozco desde el que limpia hasta la cabeza, aunque ahora han cambiado a mucha gente. Siempre que voy me tratan bien; a la señora de la cocina le tengo un cariño muy grande. Estoy muy agradecido y espero que en algunos años poder retribuirle con un campeonato todo lo que me han dado y ayudado como persona, que es lo más importante.

- ¿Cómo se produjo su fichaje por Godoy Cruz?

Estaba por renovar por Alianza, pero pasó lo de la Copa América en Brasil, que quedó subcampeón y el ‘profe’ Gareca decide no llevarme. Es algo que sentía que el ‘profe’, por ahí, no le había gustado la forma en que salí del extranjero, él quería que siga compitiendo. Y justo me llamó Pablo [Bengoechea] que quería contar conmigo el siguiente año, pero como se dio los seis meses, tenía más dudas que certezas. Porque dije: ‘si me quedo otra vez capaz no voy a tener la regularidad que quiero tener’. A los días me llegó lo de Godoy Cruz y decidí irme a Argentina. Me fui por el fútbol, porque económicamente no era nada favorable para mí, iba a ganar más en Alianza que en Godoy Cruz totalmente, pero la liga argentinaa me iba a ayudar con una competencia muy fuerte. Me sirvió un montón.

- En el ‘tomba’ coincidió con el desaparecido Santiago García. ¿Qué recuerdos guarda de él?

No, el ‘Morro’ como goleador y jugador saben todos lo que es, pero me quedo cómo fue como amigo. Me recibió muy bien a mí y a mi familia. Tengo muy buenos recuerdos, me ayudó mucho en mi estadía en el ‘tomba’. Nos hicimos buenos amigos, nos juntábamos casi siempre los domingos. Antes que pasara lo que pasó, nos juntamos después de Navidad. No digo que éramos muy pegados, pero sí compartíamos bastante y fue muy duro lo que sucedió. Nos sorprendió a todos. A mí me dolió muchísimo, fue algo muy fuerte. Esperemos que descanse en paz, acá siempre lo estamos recordando.

- ¿Qué tal su estancia en Ittihad Kalba FC?

Después de Godoy Cruz, que la que me fue muy bien, la liga argentina me ayudó un montón en temas de entrenamientos. Me volví otro jugador físicamente y tuve otra visión para competir. Cuando venía a la selección me sentía mucho mejor. Al final, Godoy Cruz no decide comprarme porque tenía un monto que no se podía pagar. Quedé libre y fui a la Copa América en la que quedamos cuartos perdiendo con Colombia. Estaba sin equipo. Me fui de vacaciones mientras llegaban propuestas como la de Ittihad Kalba (EAU).

Era difícil decirle que no, aunque justo llegó una oferta de Rosario Central. Era bueno el cambio de Godoy Cruz a Rosario Central. Y ya estaba preparado para irme, pero llega el representante y me dice que quiere que vea una oferta: era extremadamente superior a lo que iba a tener en Argentina. Aún así, lo dudé, porque pensé mucho en que me había ido de la liga peruana a la argentina por un crecimiento futbolístico. Al final, me fue bien, no iba a estar mal, ¿no? [risas].

Estuve un año, el entrenador que me llevó era uruguayo y el equipo me trató bien, aunque la liga no era muy competitiva y mi equipo tampoco era de los mejores. No hice goles, pero metí unas cuantas asistencias. Siempre jugué y rendí. Terminó mi contrato, echaron al técnico y el que llegó traía a su gente. Supuestamente, me iba a quedar, pero el nuevo DT trajo a sus extranjeros y tuve que buscar otra opción.

- Se fue a Orlando City estableciéndose como un referente en la actualidad. ¿Qué balance hace de todo su proceso?

Lo de Orlando llegó cuando también estaba de vacaciones. Llegó la oferta junto con otras que tenía y el tema económico no era muy bueno. Además, iba a estar un año y medio para saber si me compraban. En los primeros seis meses, por el tema de límite salarial, no iba a ganar ni cerca a lo que venía ganando. Al final fue un tema más familiar, se dio una buena oportunidad teniendo una hija que en ese tiempo tenía tres años. No me arrepiento para nada.

Encontré una casa, una familia. Estoy muy contento. Los primeros seis meses fueron duros porque el equipo estaba conformado y tenía un once base. Meterse a ese equipo era complicado, pero aún así campeoné en la Open Cup y alterné bastante.

En el segundo año tampoco empecé jugando hasta que se me dio la oportunidad y desde allí todo el año fui parejo haciendo unos cuantos goles. Llegamos a las semifinales de la Conferencia (de la MLS), quedamos segundos en la tabla general con 63 puntos, hicimos un récord de victorias y de visitas. El año pasado fue espectacular en el club y decidieron comprarme. Ahora continúo más establecido, es un grupo joven. El equipo es A1 para todo. Mi familia y yo estamos estamos contentos y mi hija está creciendo en una ciudad maravillosa; la gente me demuestra cariño. Espero seguir muchos años antes de ir a Alianza [risas].

- ¿Le motiva hacer historia en Orlando?

Sí, me motiva mucho. El año pasado nos quedamos muy cerca de pelear por el campeonato y este año lo vamos a hacer. Hemos empezado casi parecido al año pasado, pero una vez que encontremos nuestro ritmo vamos a ir para arriba. Tenemos buenos jugadores y todos los que trabajan en el club nos apoyan al 100%.

- ¿Cuál diría que es su mejor momento en lo que va de carrera?

Entre 2016 con ‘Chemo’ y 2017 también. El año pasado fue una de mis mejores temporadas, al igual que en Godoy Cruz antes de irme, porque estuve espectacular. Sin embargo, siento que el año pasado fue el mejor, porque sentí que era el dueño del puesto, al igual que con ‘Chemo’ en 2016, y me sentía con mucha confianza, igual que hasta ahora.

- ¿Qué le gustaría conseguir en los próximos años como futbolista?

Voy paso a paso. Ahora quiero hacer una buena Copa América y volver a un Mundial. Aunque ya fui a uno, quiero ir a otro; es por lo que estoy luchando y trabajando. Espero que se dé. Tenemos un buen grupo, un nuevo comando técnico y las expectativas han crecido.