Se aproxima la cita deportiva más importante del año y todos los protagonistas se vienen preparando arduamente para afrontar la competencia de la mejor manera. Evelyn Inga, destacada marchista nacional, no es la excepción. París 2024 serán sus primeros Juegos Olímpicos y las expectativas están a tope, aunque ha tenido que lidiar con algunas trabas en el camino.
En una entrevista profunda con Infobae Perú, la atleta de 26 años nos cuenta su historia, hace una protesta al Instituto Peruano del Deporte (IPD) tras no recibir el apoyo adecuado en su preparación olímpica y también se refiere a la especial rivalidad y admiración que tiene por su compañera y referente, Kimberly García.
- ¿Cómo y cuándo te aventuraste en el deporte?
Yo empecé a los 12 años. Conocí la marcha atlética a través de mi hermana, ella era compañera de la prima de Kimberly (García). Me llevó al estadio y ahí estaba un entrenador cubano, que era especialista en marcha atlética. Al principio no conocía nada de esa disciplina, pero el entrenador descubrió esa capacidad y ese talento en mí. Al siguiente año, ya empecé a representar al país. Esas experiencias de salir, conocer muchos lugares, tener amistades y ver a mucha gente o deportistas que también aspiran grandes cosas, me ha conllevado a seguir compitiendo hasta ahora, pero hay un camino muy largo en todo esto.
- ¿Siempre quisiste hacer marcha o practicaste alguna otra disciplina?
Es la única disciplina que hice de manera profesional, pero me gustaba jugar vóley y otros deportes. Yo soy la última de seis hermanos y ninguno es deportista profesional. Solo mi hermana mayor, la que me llevó, le gustaba y todo, pero cuando ya iba a terminar el colegio, normalmente los padres sobre todo te inculcan más a estudiar una carrera universitaria. Yo de frente conocí la marcha atlética y también corría en algunos campeonatos universitarios nacionales, me metía a las pruebas de 5.000 o también en carreras de calle. También me gusta, pero profesionalmente considero que la marcha desde un inicio fue.
- Se dice que la marcha atlética es la disciplina más dolorosa del atletismo, ¿por qué mejor no te aventuraste en las carreras?
Siento que de manera un poco más innata, sí duele y frustra cuando, por ejemplo, ocurren descalificaciones o penalizaciones, pero yo he probado correr y también es duro. Hay más competitividad aquí en el Perú. Hay un montón de maratonistas. Desde pequeña, estoy en la selección de marcha atlética y había momentos en que mi familia me decía “qué frustrante son las descalificaciones, ¿por qué no corres si tienes la misma resistencia?”. Pero a mí también me cuesta un poco correr y me imagino que le pasa igual a otros mis amigos también de marcha. A los maratonistas también les debe costar hacer marcha, porque la técnica de verdad es difícil. Como yo aprendí desde pequeña, lo siento un poco ya más parte de mí, me sale natural; siempre hay que mejorar ciertos detalles, pero fluyo mucho mejor en esta disciplina.
- Me dices que a tu hermana hicieron que se dedique más a sus estudios, ¿cuál fue la diferencia contigo?
Antes mi mamá no estaba muy de acuerdo y pensaba que el deporte era una pérdida de tiempo. Mi papá en ese entonces trabajaba en Lima, así que la influencia de que teníamos que estudiar pasaba más por mi mamá. Todos mis hermanos han terminado una carrera profesional. Mi hermana, que le gustaba correr, terminando el colegio ingresó a la universidad y se presentó a la policía. Como ahí se internan, ella ya no continúa con el deporte, pero siento que ha sido la influencia más grande en mí, porque en todos los procesos, de acuerdo a las categorías que yo pasaba, ella estaba pendiente y me daba muchos consejos. Me enseñaba con su ejemplo. Ella salió en la promoción de excelencia de la policía, y le gustaba el servicio de inteligencia, por lo que se fue a trabajar a Lima, pero siempre estaba en los momentos que yo quería rendirme. Me ha ayudado a que yo siga creciendo en esta disciplina, le apasiona verme.
- ¿Qué dificultades experimentaste en el camino?
Mientras estaba en el colegio, podía llevar de la mano el estudio y el deporte tranquilamente, pero según subía de categoría, la inversión también era un poco más. No teníamos ningún respaldo económico, así que yo creo que eso siempre ha influenciado en todos los atletas que venimos de provincia. Sobre todo los atletas de fondo, que somos de familias de recursos económicos bajos, y más aún que falta cultura deportiva y todo ello, eso ha sido uno de los principales obstáculos que me han marcado más. Más allá de lo económico, seguí el consejo de mi mamá en cuanto a los estudios, pero mi papá era bastante aficionado al deporte. Eso era una balanza. Entonces, me mantuve compitiendo y a la par logré terminar mi carrera profesional (trabajo social en la Universidad Nacional del Centro del Perú). Cuando estaba en la categoría juvenil, yo llegué a ser la mejor atleta en ese entonces, porque batí el récord de ‘Kimy’ en 10.000 metros y 10 kilómetros marcha. Ese fue un súper año para mí y me empezaron a pagar, pero a la vez también estaba en quinto semestre de la universidad. Recuerdo que le dije a mi mamá “creo que llegó el momento en que ya deje el deporte”, y mi mamá por primera vez me dice que “no, todo esto te ha ayudado a ser disciplinada, a tener esos valores que tienes, no dejes el deporte”. Entonces ya habían cambiado las expectativas y ese soporte en todos estos años han influido mucho para no dejarme derrumbar con cualquier obstáculo que se presentaba.
- ¿Qué tan difícil fue terminar tu carrera llevando el deporte de alto rendimiento de la mano?
De verdad fue muy difícil, aparte porque era una universidad nacional, que no tenía esas ventajas que tienen ahora las universidades privadas, de elegir tus horarios, los cursos quieres llevar. Incluso, ahora hay becas para los deportistas, pero yo no tenía esa posibilidad. He sabido llevar bien ambas cosas, pero era algo que no me ayudaba a dar, quizá, ese salto grande que ahora di dedicándome al 100% al deporte. Recuerdo que mi vida era bien ocupada, tenía muy poco tiempo para socializar. En el año 2017 me detectaron hipotiroidismo, creo que por tener una vida muy ajetreada, tuve ese problema y un poco de depresión porque el hipotiroidismo que me detectaron influía mucho en mi metabolismo y en el lado emocional. La enfermedad no me permitía tener un peso adecuado para el deporte. Eso fue en mi etapa universitaria que me ha generado incluso un poquito de baja autoestima. No tenía mucha seguridad y confianza en mí. Quería seguir, pero a la vez quería dejarlo. Cuando llegó 2019 y ya estaba en un séptimo semestre, logré la clasificación a los Juegos Panamericanos de Lima. Reservé mis prácticas, pero al final nunca reservé la universidad. Ya me había adaptado a ese ritmo de vida y he tratado de conllevarlo muy bien. Yo me sentía muy orgullosa de ser una de las atletas que pueden mantener el nivel deportivo y a la vez culminar la universidad. Mi entrenador actual me decía “tú has venido aquí con un gran objetivo, quieres ir a los Juegos Olímpicos y si has podido soportar toda esa presión académica más el deporte, pues ahora que te dedicas solamente a la marcha, lo vas a hacer mejor”.
- ¿Pensaste en retirarte?
Sí. Yo terminé la carrera en el 2021 y recuerdo que quería clasificar a las Olimpiadas de Tokio. No logré mi clasificación, pero me iba a graduar de la carrera. Me gradué y sabes que luego empieza la presión de la familia para ejercer la carrera. Había propuestas como bachiller para ir a algunos centros laborales y ejercer. Tenía que decidir si ir a los Juegos Olímpicos y cumplir mis sueños como deportista o mejor dedicarme a mi carrera profesional. Mi entrenador me dijo “estás muy chiquita para retirarte, todavía puedes. Hay que intentarlo. Si logras la clasificación al Mundial de Oregón, te quedas”. ¿Cómo es cuando alguien cree en ti no? Yo me tenía menos fe y me preparé dos meses nada más, pero voy al Nacional y logro la marca para el Mundial. Me di la oportunidad y arriesgué al 100%. Traté de dar lo máximo en ese 2022. Recuerdo que no mejoré tanto mis marcas, pero ya el 2023 y 2024 fue otra versión de Evelyn, la deportista. Ya estoy manteniendo ese nivel. Y, de verdad, no me arrepiento de todas las decisiones que he tomado en diferentes momentos. Duele, cuesta, pero hay que tener mucha paciencia.
- ¿Cómo lidiaste con el tema económico? ¿Es suficiente el apoyo del IPD?
Trato de no pensar mucho en lo que no tengo, sino en qué tengo aquí para poder sobresalir. Entonces, he tratado de no frustrarme tanto en ese aspecto. Yo nací en un hogar cristiano, entonces mi mamá siempre me ha enseñado que si tengo a Dios, tengo todo. Pero sí, obviamente que en el lado económico, el IPD y la Federación no tienen programas para dar un buen respaldo al deportista de acuerdo a los resultados. Nosotros hemos sido campeones sudamericanos desde juveniles y hasta somos medallistas panamericanos. Pero recién cuando logras un top del mundo o estás en una presentación olímpica, se ponen las pilas. Yo ya no me lo tomaba tan a pecho, porque no me pueden exigir algo que ni siquiera me dan. Entonces, yo he tratado de llevar mi vida muy tranquila porque aparte estaba ocupando mi tiempo en la universidad. Antes, incluso, yo criticaba y decía “¿por qué se quejan tanto, si al final sí les dan algo y les pagan”, pero me di cuenta que no es así. Cuando uno va llegando a este nivel se da cuenta de que la inversión es muy grande. Con decirte que la tecnología avanza y unas zapatillas cuestan 2.000 o 1.500 soles, y si nos pagaban el sueldo mínimo, era imposible adquirir unas. Nosotros como mayores conocemos mucho mejor el alto rendimiento y podemos contribuir para la nueva generación y que no pase todo lo que hemos pasado. Mi intención es querer transformar el deporte, que lo vean como una oportunidad también laboral, una oportunidad de que puedan mejorar realmente su futuro y la de su familia, pero obvio, hay que llegar a ser los mejores. Entonces, lo que sí se le pide al Estado, a nuestra IPD y a la Federación, es que puedan tener buenos programas con profesionales capacitados para que puedan guiar muy bien, porque tenemos los recursos humanos y también se está mejorando mucho en infraestructura, pero lo malo que es bien centralizado y a veces estamos un poquito olvidados los atletas de provincia. Tienes que resonar en tus resultados internacionales recién para que te den la atención, porque ahora tú ves a Kimberly y está Gladys (Tejeda), que tienen bien merecido todo lo que han logrado, pero han tenido que lograr muchos resultados para que recién les den un poquito más de privilegios y atención.
- ¿El apoyo hacia ti mejoró con tu clasificación olímpica?
Me han hecho sufrir bastante, porque yo logré la clasificación en junio del 2023 y según tenía entendido desde el 2016, para los Juegos en Río de Janeiro, cuando un atleta lograba su clasificación, ya desde un año atrás se le empezaba a dar un sueldo justo para hacer una buena inversión. En mi caso, se justificaban diciendo que todavía no sabían si mi clasificación es segura, porque a fines mayo del 2024, se cierran todas las clasificaciones, y ahí recién se les va a pagar como atletas olímpicos. O sea, recién dos meses antes de París 2024 me van a apoyar, cuando la preparación se tiene que hacer muy bien, por lo mínimo, por un año. Eso sí me pareció muy injusto, me sentía muy incómoda con el IPD, el Comité Olímpico, la Federación, que no pudieron, por lo menos, apoyarme en ese trámite al Mundial de Budapest. Gracias a Dios logré ubicarme en sexto lugar. Luego fui a los Juegos Panamericanos de Santiago y también gané medalla. Cuando recién gané la medalla, me subieron el sueldo, pero como top panamericano, que no es ni la mitad de lo que gana un atleta olímpico. En ese aspecto se ha demorado muchísimo. Recién nos han considerado nuestro sueldo, a partir de enero. Ahora ya es mejor el apoyo del IPD y también de las empresas privadas.
- En el Gran Premio Cantones en La Coruña, lograste la marca mínima para París 2024, ¿cómo viviste ese momento? ¿Te lo esperabas?
No, de verdad que no. Mi mejor marca era una hora treinta y tres en los 20 kilómetros. No podía creer que bajé esos seis minutos (1h 27min 32s). Pero la marca que pedían era hora veintinueve, así que tenía que bajar unos cuatro minutos y medio. Me preparé tranquila, un mes antes había ido a Nicaragua para un campeonato panamericano. Logré la medalla de plata, hice la prueba de 35 kilómetros como estrategia porque me sentía muy bien físicamente y lo estuve evaluando con mi entrenador. De ahí me fui a Huancayo y me concentré al cien por ciento con el sueño y ese deseo tanto de querer ir a las olimpiadas. Yo creo que eso ha sido lo primordial, el quererlo tanto y desearlo con el corazón. También me han pasado muchas cosas antes de viajar a La Coruña, tenía que comprarme el pasaje, costear todos los gastos, hubo una persona que me apoyó, que confió en mí, y yo creo que eso ha sido también una motivación. Las cosas se alinearon bien. Me sentía agradecida y hacía las cosas con más pasión. No estaba tan preparada para hacer la marca que hice, pero los entrenamientos sí me daban para hacer una 1h 29 min. Viajé solita, lo tomé muy tranquila, tenía ganas de ir a hacer la marca, pero no me presioné. Era yo y nadie más. Me propuse estar en el grupo que me va a llevar a hacer la marca. Desde el inicio salí y hasta el kilómetro diez estaba en el primer pelotón con ‘Kimy’, que ya era bicampeona del mundo. Era algo de no creer, experimenté ese nivel que tanto me asustaba. Quedé sexta con mi mejor marca hasta hoy en día. Fue una locura. Ni yo me lo creí en ese momento. Eso me llevó a encontrar una mejor versión de mí, a cambiar mi mentalidad, mi seguridad y mi autoconfianza. Empecé a creer que realmente soy una buena atleta.
- El hecho de tener excelentes representantes en la actualidad como Kimberly, Mary Luz y tú, al menos en la rama femenina, ¿consideras que Perú es potencia mundial en marcha?
Sí, definitivamente. Yo miro el tema de las marcas y los países del primer mundo en Europa o Brasil y Colombia tienen sus patrocinadores que les dan un buen uniforme. Yo espero que el próximo año algunas marcas también apuesten por nosotros para que la selección vaya mejor vestida (entre risas), porque somos potencia, estamos en el podio mundial. Son cosas que frustran y espero que lo valoren más adelante, porque no es cualquier cosa ser medallista mundial por equipos. Personalmente, me siento alegre y orgullosa de todas las cosas que estoy logrando, pero espero que más adelante surjan mejores oportunidades y hayan cambios en el atletismo y todos los deportes que traen lauros a nivel mundial.
- ¿Cuáles son tus expectativas de cara a París 2024?
Me estoy preparando con la mentalidad de estar entre las finalistas, entre las ocho mejores que obtienen diplomas olímpicos. Ya en la competencia se verá si podemos aspirar a una medalla olímpica. No creo que sea imposible, pero sí soy consciente del nivel de competencia y competidoras que van a estar. Para ser mis primeros Juegos Olímpicos, no quiero sentirme tan presionada; quiero ir a disfrutar como lo he venido haciendo en cada competencia, porque ya sufro en cada entrenamiento. Una vez que empiece mi vuelo a París tengo que disfrutar al máximo, estando concentrada hasta el día de la competencia. Me voy a sentir feliz de darlo todo en la pista.
- Has tenido muy buenos resultados en tus últimas competencias, ¿sientes que este es tu mejor año? ¿Puede terminar mejor de lo que ya es?
Yo anhelo que termine mejor de lo que ya es. Me estoy preparando para eso y estoy dejando varias cosas pendientes para lograr mis objetivos. Empecé excelente, ganando el oro en Dudinská con 1h 27 min. Ya repetí esa marca como cuatro veces y me alcanza para estar entre las mejores. Ya reconozco ese nivel, mi cuerpo también está preparado y adaptado a eso.
- ¿Los campeonatos mundiales de Kimberly te inspiran a seguir ese mismo camino?
Sí, desde muy pequeña siempre le he admirado. He visto todos sus logros, porque la conozco desde sus 19 años. Siempre ha tenido muy buenos resultados, aunque la gente la comenzó a conocer desde que fue bicampeona del mundo. Me alegra muchísimo que ella sea la mejor atleta de todos los tiempos de nuestro país por toda esa entrega, pasión y disciplina que le ha puesto al deporte. Yo que he convivido con ella desde pequeña en todos los campamentos y las competencias, sé la calidad de persona que es. Le agradezco mucho por haber transformado la marcha atlética peruana. Gracias a ella, van a vernos y alentarnos. Ella es un poco reservada, pero con las personas que tiene confianza es diferente. A mí me ha ayudado muchísimo. Ella misma se ha sorprendido de mí, porque me ha conocido desde chiquita y la mentalidad de esa Evelyn de hace años ahora es totalmente diferente. Sé que ella está yendo a París en las mejores condiciones y me impulsa a también dar una buena representación para Perú, como en el Mundial por equipos de Turquía. Kimberly está teniendo los mejores resultados, pero ahí también estamos nosotras (con Mary Luz Andía) inspiradas por ella y motivadas a dar lo mejor.
- Justamente en esa última Copa del Mundo en Turquía estuviste a un puesto del podio. ¿La meta de ser campeona mundial la ves cercana?
Claro que sí, por lo menos no me voy a rendir. Mi puesto fue el cuarto lugar en ese campeonato, pero sin la sanción de dos minutos que me pusieron faltando 100 metros para la meta, de lejos hubiera estado en el segundo lugar. Estoy mejorando mi técnica y tengo una buena capacidad física; entonces espero que en el próximo campeonato del mundo pueda mantener mi nivel. Vamos a seguir hasta donde pueda dar, pero claro que ese podio mundial lo veo cerca y si gano antes unas Olimpiadas, mejor.
- Vas a tener que competir y superar a Kimberly entonces...
Mientras estemos juntas en este deporte, seremos rivales en la pista. Rivales y compañeras. Eso es muy profesional. He tenido oportunidades donde nos apoyamos entre algunas compañeras. Cuando era menor, recuerdo que una amiga me apoyó mientras estábamos compitiendo, me pasó el agua y me dijo “vamos, no te quedes”. Es un gesto muy lindo. Por más que somos rivales, nos animamos. Aunque en una competencia mundial, una está muy concentrada que ni siquiera puede hablar. En la pista, todas vamos a lo nuestro y una vez que cruzamos la meta ya nuevamente somos amigas jaja.
- ¿Qué significó para ti que Forbes te haya incluido como una de las mujeres más poderosas del Perú?
Que me hayan considerado justo al lado de Kimberly y Gladys Tejeda, lo hace más honorable, satisfactorio y lindo. Me enorgullece bastante. No he llegado a captar la magnitud, pero estar al lado de las mejores es un orgullo. Las dos son un ejemplo de mucha lucha, disciplina y perseverancia. Tener como rival a Kimberly es tener la valla bastante alta, pero de acuerdo a cada historia y travesía que hacemos, cada una de nosotras tiene algo que enseñar a todo el Perú. Internamente sí siento que estoy logrando cosas que no me imaginaba, cosas que son extraordinaria, pero para el Perú tal vez no tanto, aunque el hecho de que me hayan considerado en esta lista es porque estoy transmitiendo algo a toda la nación.
- ¿Cuál es el principal sueño deportivo que quieres cumplir?
De todas maneras, anhelo una medalla mundial y olímpica. No lo soñaría si no fuera posible. Siempre mis sueños han sido muy realistas y yo he ido avanzando de a pocos. Cada vez que escalas un peldaño, sabes que puedes subir un peldaño más. Si lo digo es porque lo estoy demostrando. Ya estar en el top 10 del mundo te hace acreedora de que puedes pelear una medalla mundial u olímpica. Ese es mi sueño.