La selección peruana sub 17 de vóley viajó a Guatemala sin muchas expectativas para competir en la Copa Panamericana, pero se terminó llevando una grata sorpresa. Aunque no estaba en los planes iniciales, el equipo dirigido por Antonio Rizola llegó hasta la final del campeonato de la Norceca y estuvo a solo un pasito de la gloria máxima. Lamentablemente, Puerto Rico no se dejó vencer en el colofón, pero el desarrollo de toda esta historia en Guatemala le permitió a la ‘bicolor’ acabar con el “pesimismo” e ilusionarse con el Mundial de la categoría que se aproxima.
Ya había expresado el propio seleccionador nacional que no esperaba que el equipo llegará tan lejos en el certamen continental. No precisamente por falta de confianza en las jugadoras que viene formando ‑lo más probable‑, sino porque no quería vender falsas esperanzas al pueblo peruano en el arranque.
“Cumplimos la primera ronda con resultados que nosotros queríamos, pero no esperábamos. Cada partido, cada punto y cada set lo jugamos de una forma muy concentrada. El objetivo era ganar un set y ganamos nueve, pensando siempre en el punto y set siguiente. Salimos de la ronda con tres victorias que nos metió en el primer lugar del grupo”, dijo el propio Rizola luego de cumplir una excelente fase preliminar.
La ‘blanquirroja’ hizo un gran trabajo en todo momento. En el Grupo A se impuso a todos sus contendientes: le ganó a República Dominicana (3‑0), Cuba (3‑1) y México (3‑1). Con solo dos set cedidos en tres partidos, se afianzó como líder de la serie y aseguró su boleto directo a las semifinales sin necesidad de jugar otro duelo más.
Para ello, Rizola utilizó todas sus fichas y jugó con absolutamente todas las posibilidades que tenía en el plantel. Todas las jugadoras tuvieron minutos y supieron responder de manera efectiva en la cancha. Esa misma línea se mantuvo hasta el final. El entrenador brasileño no dejó de hacer variaciones en su esquema y para bien, más que para mal, sacó conclusiones muy positivas.
En ‘semis’, por ejemplo, inesperadamente dejó en el banco a Ariana Vásquez ‑figura y capitana del equipo‑ casi todo el encuentro frente a Venezuela. Y aunque comenzó perdiendo, Perú se las arregló para remontar a su manera y ganar 3‑1, logrando su pase a la final. El resto es historia. Contra Puerto Rico, por el oro, luchó y jugó con alma, pero no alcanzó. Las boricuas, que apenas habían cedido un set en todo el campeonato, fueron más y se consagraron justamente. Pero quedó sabor de revancha.
Se acabó el “pesimismo”
Llámese pesimismo a tener bajas expectativas de cara a un torneo. Eso pasó en la Copa Panamericana y para el Mundial Sub 17, que tendrá lugar en Lima en el mes de agosto, sucede algo muy similar. “No vamos a ganar ni un set en este campeonato mundial. No vamos a pasar la ronda. Las personas tienen que saber que no es mentira”, advirtió Rizola en una entrevista para este medio.
Sin embargo, luego de lo sucedido en Guatemala, lo más probable es que el entrenador brasileño vea con otros ojos el desafío que se aproxima en la capital nacional. No es para menos. La realidad es distinta a la que imaginó. Perú tiene madera para competir y ya lo demostró. Ahora, toca demostrarlo una vez más con este grupo juvenil.
De todas formas, todavía hay mucho que mejorar y corregir. Se cometieron diversos errores en el servicio, recepción e incluso en el ataque durante todo el torneo. En la misma final, se falló dos saques importantes cuando las papas quemaban en el último set. Si de algo sirven estas competencias, es precisamente para dar cuenta de estos fallos y trabajar en encontrar soluciones pronto.
Aún restan más de dos meses para el Mundial sub 17 y un hecho muy importante es que esta selección no ha perdido la concentración ni la intensidad. Mientras un grupo se encontraba compitiendo en Guatemala, otro grupo se quedó en Lima para seguir entrenando. Ahora, todas estarán juntas de nuevo y Rizola, junto a José Castillo, tendrá que pulir los últimos detalles para afrontar la cita mundialista. Ya no existe tal pesimismo; ahora reina la ilusión. Se pueden lograr grandes cosas y así ha quedado claro.