Tiago Nunes (Santa María, 1980) pasó sus mejores años como director técnico en Athletico Paranaense, donde alcanzó una enorme notoriedad en su Brasil natal por ganar la Copa Brasil, Copa Sudamericana y Copa Suruga Bank. Argumentos suficientes para que asumiera retos mayúsculos como Corinthians y Gremio. Sin embargo, deseaba retarse de una manera distinta y poco habitual. Por ello decidió salir de su zona de confort con la fiel convicción de que necesitaba expandir sus horizontes y conocimientos. En medio de esa planificación, Sporting Cristal tocó a su puerta y sin pensarlo demasiado aceptó un proyecto en Perú que le permitió ser “una mejor persona” dentro de una institución que le dio “respeto, valor y capacidad de competir”.
- ¿En qué momento de su carrera se dio cuenta que debía abandonar Brasil para empezar su peregrinaje por Sudamérica?
Ese plan era algo que ya imaginaba a partir del 2020, después que salgo de Corinthians. Porque me paré a comprender las razones por las que los entrenadores brasileños no tenían espacio fuera de Brasil. Es una pregunta que, normalmente, se hacen internamente en el país. Y se asocia a la calificación de los profesionales. Mi punto de vista es que es un error, porque hay muy buenos profesionales, hay muy buenos entrenadores, hay muy buenos preparadores físicos como buenos periodistas y médicos como en cualquier parte del mundo. Lo que pasa es que, históricamente, los grandes entrenadores nunca habían decidido salir de Brasil para ocupar puestos en Sudamérica. Entonces, siempre tuve claro que quería salir a nivel internacional y hacerme conocido para tener la oportunidad no sólo de trabajar en Sudamérica, sino en Europa. Pero el primer paso, sin duda, es tener la oportunidad de ser un entrenador internacional en mi propio continente. Porque es difícil imaginar que un entrenador sea internacional a nivel de Europa si no lo consigue en su propio continente. Entonces fue el primer paso, estuve esperando el momento correcto e intentar encontrar un equipo que me pudiera regalar la oportunidad de empezar este camino. Fue cuando surgió la oportunidad de ir a Sporting Cristal, que es un equipo que normalmente pelea el título nacional, que tiene un calendario internacional y que es reconocido afuera. Entonces son puntos básicos que están en mi panorama para elegir en qué tipo de equipo trabajar fuera de mi país.
- Fue muy valiente al aceptar que su primera aventura internacional fuera en Perú.
No me preocupé porque sea Perú, porque al final me preocupé mucho más por el equipo. Como hablaba antes, Cristal es un equipo reconocido incluso internacionalmente. No es necesario hablar de la historia internacional del club donde se destacó por el subcampeonato de 1997. Más importante para mí era tener las condiciones necesarias para trabajar, un equipo grande y que tuviera calendario internacional. Ese fue el punto clave que al final me inclinó para aceptar la invitación de Cristal.
- Cuéntenos cómo fue su experiencia en Sporting Cristal.
Fue una buena experiencia. Tuve la oportunidad de conocer no sólo el club, sino un país futbolero con gente apasionada por ir al estadio, por alentar a sus equipos. Hay una rivalidad saludable dentro de este proceso. Estar en un equipo que siempre pelea por el título es importante. Entonces, más allá de la parte técnica de mejorar como entrenador, tuve la oportunidad de mejorar como persona. Porque tuve que adaptarme a unas cosas, lógicamente lo sabía. Tampoco quería llevar mi cultura al fútbol peruano y sin entender cómo funcionaba, sin entender la idiosincrasia del peruano y su fútbol. Tuve la oportunidad de vivir de forma intensa. Creo que conseguí lograr todo lo que buscaba; lógicamente que no tuvimos la fortuna de salir campeones como habíamos planificado a inicio de temporada, pero disputar una competencia internacional tan importante como la Copa Libertadores, vivir un estadio Nacional con su plenitud, disputar los clásicos y vivir en tribunas las Eliminatorias viendo a la selección peruana jugar. Entonces, sentir este calor de la gente fue increíble e inolvidable. Probablemente, a partir de ahí soy un entrenador y una mejor persona.
- ¿Qué le dio Cristal que no le ha dado otros sitios?
Creo que fui muy valorado por el club. Principalmente porque fui muy respetado, la gente me escuchaba y sé que era un momento complicado del club porque pasaba por un recambio generacional de jugadores. Pero me trajo la oportunidad de descubrirme como entrenador. Cada día más me convenzo que el entrenador tiene la oportunidad de ir a varios sitios, pero tiene que estar donde la gente lo valora, porque ir a equipos donde no hay ese respeto, creo que las cosas empiezan mal. Cristal me dio respeto, valor, capacidad de competir, oportunidad de desarrollarme y equivocarme. Uno durante una temporada toma algunas decisiones que no son buenas, se expresa mal o habla mal en algunos momentos. El club tuvo paciencia, entendimiento y me respaldó. Sólo tengo gratitud por Sporting Cristal.
- ¿Hubo algún futbolista peruano en particular que le sorprendió?
De elegir sólo a uno no estaría siendo verdadero. Cuando llegué a Perú había un concepto que la gente compartía conmigo: que el jugador peruano no se mantenía enfocado, que mentalmente era débil, que no soportaba la presión, que no soportaba entrenar y que no era responsable. Al final encontré un grupo de personas comprometidos que intentaban entrenar desde el primer minuto hasta el máximo, que competían, que sostenían la presión durante una temporada en buenas y malas y respondieron muy bien. Entonces elegir sólo a uno no sería algo prudente de mi parte, porque tanto los jóvenes como los más experimentados me ayudaron muchísimo y, de cierta forma, creo que respondí a ellos con mi mejor versión intentando potenciar al máximo a cada uno. Muchas veces uno no entiende que para hacerlo tiene que salir de una zona confortable y eso genera un tipo de choque. Sucede en varias partes. Lo más importante es que al final se generó un respeto mutuo donde todos terminamos la temporada en un nivel muy bueno. Me alegra incluso ver la temporada actual de Cristal, donde veo jugadores que han regresado a su mejor momento, que están desarrollándose y que estaban en la segunda categoría que ahora están jugando muy bien y peleando directamente el título.
- Recientemente, Brenner Marlos nos comentaba que usted tenía un método muy intenso y dinámico. ¿Realmente fue así?
El entrenamiento tiene que ser más difícil que el partido. A partir de ahí intento generar situaciones de entrenamiento que los jugadores lleguen a un límite físico, técnico, táctico y mental de presión y desgaste para sacar buenas decisiones de ese contexto. Creo que así se prepara a un futbolista para los momentos más difíciles en la cancha. Y claro que eso genera una cierta tensión dentro del entrenamiento, porque uno tiene que estar toda hora metido, hablando y presionando al jugador para que saque su mejor versión en todos sus aspectos. Y como cualquier relación humana, hay un shock en algunos momentos. Entonces por eso [mis entrenamientos] son tan intensos, tan vibrantes y algunos jugadores se adaptan más fácil que otros, pero al final creo que todos mejoran individualmente y se genera una intensidad colectiva en cancha que se refleja no sólo en resultados, sino principalmente con las ideas que intentamos proponer durante nuestra etapa en Cristal y donde estoy [Universidad Católica].
- También nos reveló que Ignácio da Silva podría trascender en Cristal si se mantiene e incluso podría llegar a la selección peruana. ¿Usted ve todo eso posible?
Si yo pudiera elegir a los jugadores de la selección e Ignácio estuviera disponible, creo que sí estaría en opciones para una selección. Ahora no tengo este cargo ni el derecho y tampoco me gustaría meterme a un trabajo que no me pertenece. Pero por su calidad técnica, por su jerarquía, por la calidad individual creo que sí. Ahora es un tema muy personal para Ignácio, porque lo veo muy cómodo en Sporting Cristal, lo veo feliz de estar ahí y lo veo manteniendo un nivel competitivo bastante alto. Ojalá que la gente de Cristal pueda convencerlo de quedarse el tiempo necesario. Creo que sería un nombre interesante a sumar dentro de las opciones que el ‘profe’ Fossati podría tener para el futuro.
- ¿Siente que dejó alguna huella en el Rímac?
Eso no lo puedo evaluar. Eso tendría que evaluarlo las personas que se quedaron en el club. Creo que nos esforzamos al máximo para dejar algo bueno para quien llegara después. Eso sí, en ningún momento hemos pensado individualmente, no pensé en mi carrera. Todas las buenas peleas siempre fueron pensando en el bien del club. A partir de ahí, ojalá haya dejado buenas sensaciones y las puertas abiertas para un día poder regresar.
- “Quiero ser parte de algo que realmente tenga sentido”. Aquella frase la emitió en un diálogo con TNT Sports Chile con respecto a su salida de Cristal. ¿Cómo se explica eso?
Creo que la frase, en general, es un problema de quien no habla perfectamente el idioma tal vez, porque cuando manifesté eso me referí directamente al contexto de la Liga. Me molestó demasiado jugar en algunas canchas, que no tenían condiciones. Me molestó bastante perder jugadores para los microciclos de la selección durante competencia que afectaron su rendimiento. En ningún momento quise referirme a Cristal. Cristal me ofreció todas las condiciones que necesitaba para hacer el trabajo. Sólo tengo gratitud por el club, pero mi molestia era por temas que no tenía condiciones para cambiar en el año siguiente. No sé si me explico bien, porque al final no era ningún tema con el club. Fueron por cosas que no pude controlar ni el club: dónde se juega, el horario, el tipo de cancha y cosas que no me hicieron sentir confortable para seguir una temporada más sumado a algunas cosas personales que hicieron que esté cerca de Brasil en ese momento y por eso decidí no quedarme.
- Hace no mucho se fue Gonzalo Aguirre por desavenencias con Cristal. ¿Qué opinión tiene de él como deportista?
El jugador llegó a mitad de temporada de préstamo. Él es peruano-argentino con pasos por las fuerzas básicas de la selección peruana y que conmigo tuvo algunos minutos, si no me equivoco en algunos fue titular y en otros entró. Tuvo un buen rendimiento con nosotros. Durante ese tiempo presentó buenas herramientas para incluso continuar en el plantel como sucedió. Después de esto no puedo hablar, porque sólo puedo hablar hasta el momento que estaba por ahí. No tengo informaciones ni el día a día para emitir una opinión.
- A pesar que proyecta una apariencia serena, lo cierto es que es muy desaforado y vive con demasiada intensidad los partidos. ¿Eso es bueno o malo?
Creo que los dos. Estoy intentando mejorar. Soy un tipo muy pasional muchas veces y cuando no estoy equilibrado paso a un límite que no debería. Entonces es un tema de aprendizaje, de mejorar y entender dónde puedo controlar mejor mi versión como entrenador. Porque me siento parte del grupo. No soy jugador, no fui jugador y vivo el fútbol a través de mis jugadores. Tengo esa sensación que me gustaría compartir la cancha con ellos. Creo que empecé la temporada en Perú más equilibrado de lo que terminé. Creo que terminé un poco más desequilibrado, porque me involucré con muchas temas, que quizás no debí meterme a nivel de liga, comentar y criticar las formas del torneo e incluso de cómo se manejaban los ciclos de la selección porque afectaban el rendimiento. Creo que si no me hubiera involucrado en eso, habría estado más tranquilo para cerrar el torneo.
- Ahora está en la Universidad Católica. ¿Cómo se dio su llegada?
Fue algo muy interesante, porque estaba en Brasil tras haber salido de Botafogo. Estaba en medio del nacimiento de mi hija Laura, el 18 de marzo, y al final hubo una salida de un entrenador acá [Chile]. Me llamó el Director Deportivo de Católica para participar de una proceso selectivo de entrenadores. Como el nacimiento de mi hija había ocurrido, las cosas ya estaban bien, acepté participar y me hicieron una entrevista. Nos reunimos como tres horas. Presenté mis ideas y ellos compartieron cómo era el club. Pasaron cuatro días, me llamaron y me hicieron la propuesta. Fue algo rápido, hubo una conexión de ideas, entendí el momento que atraviesa el club. Era el momento de un cambio importante internamente, porque el estadio nuevo está siendo construido y hay una inauguración prevista para el próximo año. Entonces, el club pasa por momentos donde no hay localía. Los resultados tampoco eran buenos. Cuando llegué, el club era décimo segundo y empezamos el trabajo de emergencia. La parte buena para aceptar el reto fue que se juega un partido por semana; entonces, hay un tiempo para recuperar y preparar el equipo. Creo que despacio estamos consiguiendo eso. Tenemos una planificación clara de crecer mucho más para terminar la temporada en buen nivel y garantizar que el equipo esté metido en una fase de grupos o peleando por el título.
- ¿Es cierto que Sporting Cristal influyó en su arribo a la U. Católica? Eso pude constatar desde Chile...
Sí, muchas gracias por hacerme acordar. Efectivamente eso sucedió. El Director Deportivo de Católica llamó al presidente Joel Raffo y pidió referencias mías de cómo fue mi paso por Cristal. Joel tuvo una participación importante, porque validó y respaldó mi nombre. Le dijo a la gente que había trabajado bien y había dejado una buena herencia en el club, que era un tipo muy exigente y competitivo. Al final el perfil agradó a Católica y acá estoy.
- ¿Qué legado quisiera dejar en Chile?
Creo que más importante es dejar en claro que hay un profesional brasileño que tiene condiciones de ser reconocido como entrenador internacional y que pueda trabajar bien con mis jugadores generando buena conexión con las personas como fue en Perú. Hasta hoy recibo mensajes de personas, de varios equipos, saludándome y manteniendo el contacto. Eso me hace sentir contento por todo lo vivido ahí. Entonces, si puedo salir de acá con la sensación de que hice un buen trabajo, que dejé buenos amigos y que, de cierta forma, consigo mejorar a los jugadores me doy por satisfecho.
- Entremedias trabajó en Botafogo. ¿Qué balance hace de ese trabajo?
Creo que fue un tema de aprendizaje importante. Ya estaba convencido de que no quería regresar a Brasil tan temprano, porque mi planificación era mantenerme afuera. Durante mi pasaje en Cristal había recibido dos invitaciones para regresar y no acepté. Cuando decidí salir recibí la invitación de Botafogo para asumir la parte final del torneo. Creía realmente que sería un proyecto diferente por ser un grupo con un dueño que me presentó un contrato de dos años y con perspectiva positiva. Encontré buenos profesionales, jugadores de alto nivel. Al final no conseguimos el título nacional y empezamos una nueva temporada con un recambio de jugadores en el proceso de preparación. Tuvimos una serie de inestabilidad durante este periodo, pero nada que estuviera fuera de control. De cierta forma nos sorprendió la forma en cómo salimos, porque habíamos logrado un empate con Aurora, en Cochabamba, y jugábamos el partido de regreso por Pre-Libertadores con la seguridad que íbamos a vencer. Y ahí se decidió, por parte de la directiva, interrumpir el proyecto. Me sorprendió, un poco, la forma en cómo fue, pero al final sólo confirmó lo que imaginaba: para regresar a Brasil debe ser algo muy bien elaborado y pensado, se tiene que estar muy seguro de que se va a tener el mínimo de tiempo y respaldo necesario para poder trabajar a corto y medio plazo, porque en Brasil nunca existe el largo plazo. Ahora mi idea central es mantenerme en un proyecto afuera de mi país, continuar desarrollándome, aprender a hablar el ‘portuñol’ y seguir viviendo experiencias extraordinarias.
- ¿En Athletico Paranaense disfrutó más que en ningún sitio como entrenador?
Lo que pasa es que en Paranaense tuve la oportunidad de pasar por todas las etapas de un proceso: fui entrenador del segundo equipo, fui entrenador interino, fui entrenador principal, conocí el club por dentro en tres años, tenía un respaldo directivo fuerte, tenía un gran grupo de jugadores y las cosas sucedieron de una forma muy buena. Creo que tuve buenos momentos. Después salí subcampeón del Torneo Paulista en Corinthians, un momento interesante en medio de la pandemia porque al final es uno con hinchada y otro sin hinchada. He tenido, rápidamente, un momento positivo con Gremio saliendo campeones regionales y luego hubo algunos desgastes por la pandemia. Y en Ceará fue un pasaje bueno e intenso donde dejamos desarrollados muy buenos jugadores. Lo que quiero es enfocarme en dejar toda versión como entrenador y a partir de ahí si los resultados se dan, bien, de lo contrario seguimos trabajando en búsqueda del momento perfecto para que nuestro trabajo encaje y se den los títulos.
- ¿Europa es el próximo desafío una vez haya logrado sus propósitos en América?
Quiero consolidarme como entrenador internacional en Sudamérica, tener respaldo y credibilidad necesaria para poder estar preparado. Y cuando hablo de estar preparado no es desde el punto de vista técnico-táctico, es mucho más de experiencias de vida y que no tenga ningún tipo de barrera con el idioma para poder trabajar afuera. Estoy estudiando inglés y desarrollando el español para tener ese tipo de competencias en Europa, quizás a medio o largo plazo. Pero primero acá, enfocarme lo máximo posible en el proyecto de Católica. Estoy muy contento acá, he encontrado gente buena que trabaja muy bien, una directiva que me ha dado el soporte para estar aquí, me siento muy cómodo. Ojalá pueda terminar la temporada bien y quizá pensar en una continuidad. Porque es un gran equipo, un gran club, una gran ciudad y una gran caja de resonancia para toda Sudamérica y Norteamérica.
- Ha sido un gusto Tiago. Muchas gracias por el contacto. ¿Algún mensaje que quiera enviarle a los lectores peruanos?
Sólo mensajes de gratitud, realmente de gratitud por todo y principalmente que crean siempre que se puede. Porque ese fue el mensaje que dejamos en Cristal: se puede competir a nivel internacional, se puede estar un paso adelante. Principalmente, el camino es invertir en infraestructura, en tecnología y estudio para poder, a largo o medio plazo, desarrollar jugadores, potenciar las fuerzas básicas, que es el camino para el recambio generacional que se busca en Perú y así mantener el fútbol creciendo cada día. Saludos a todos, muchas gracias.