Luis Alberto Guadalupe culminó su etapa como futbolista profesional en 2015 vistiendo la camiseta de Los Caimanes de Puerto Eten, pero antes de su adiós definitivo, intentó tener una última etapa en la institución que lo vio nacer y de la cual es ferviente aficionado, Universitario de Deportes. Sin embargo, ello no acabó de la mejor manera.
El popular ‘Cuto’, de entonces 40 años, se sumó en enero a los trabajos comandados por el director técnico Roberto Chale y su asistente José Luis Carranza en Campo Mar, pero no terminó firmando contrato alguno, pese a superar de manera satisfactoria todos los estudios requeridos.
Ocho años después de aquel frustrado tercer retorno al elenco ‘merengue’, Guadalupe Rivadeneyra detalló lo ocurrido y como se sintió al ser rechazado por la administración liderada por los hermanos Raúl y Humberto Leguía.
La felicidad por volver a vestir la indumentaria de Universitario
En primera instancia, el espigado exdefensa mencionó que acudió a los trabajos en la sede de Lurín por pedido del ‘Puma’ Carranza, con quien había compartido vestuario y del entonces DT Roberto Chale. Además, se mostró agradecido con el respeto que recibió por parte del plantel ‘estudiantil’ de aquella campaña, que contaba con algunas figuras como los delanteros Edison Flores, Andy Polo o Raúl Ruidíaz, así como de algunos empleados de muchas décadas de la entidad como los utileros Wilfredo Ccoscco (‘Pajita’) y César Vega (’Zapatito’) o el miembro de seguridad Sergio Jaramillo (‘Menú’).
“Cuando regreso a la ‘U’ porque me llama el ‘Puma’ (José Carranza), mi capitán, con el profesor Roberto Chale, me dicen que vaya a hacer la pretemporada. Me quedo con los mejores recuerdos y el trato que recibí por parte del plantel que estaba en ese momento, percibí mucho respeto del ‘Oreja’ Flores, de Raúl Ruidíaz, de Andy Polo, de ‘Superman’ (Raúl Fernández). Verlo a ‘Pajita’, a ‘Zapatito’, a la gente que trabaja en el club, a ‘Menú’, a toda esa generación que dio todo por la ‘U’ y todavía siguen ahí. Para mí eso fue hermoso”, señaló en diálogo con Pase Filtrado.
El natal de Chincha Alta señaló que hacer dichos trabajos físicos no le costó y estaba a la par de sus colegas, pero que, a pesar de no exigir minutos de juego ni solicitar montos económicos altos, no se le ofreció un contrato para poder cerrar su extensa carrera deportivo con camiseta ‘crema’.
“El haber hecho esa pretemporada, casi a mis 40 años, me sentí bien. Hice toda la pretemporada con el preparador físico Ramón Vásquez, uno de los mejores que tuve. Me hicieron el examen médico, no era un tema económico, pero cuando las personas no tienen la voluntad o la buena fe de que uno cumpla su anhelo, es difícil. Yo no pedía ser titular, solo pedía poder terminar ese año”.
Seguidamente, empezó a criticar a los entonces dirigentes del equipo, los hermanos Leguía, indicando que quisieron darle de baja por un tema de edad, pero que los resultados mostrados demostraban que estaba preparado para competir en primera división. Incluso, se animó a mencionar la cifra que estaba dispuesto a cobrar.
“Decían que era un tema de edad, pero les tapé la boca haciendo toda la pretemporada. Físicamente estaba intacto. Ellos (los hermanos Leguía) llegaban a Campo Mar y veían que me estaban haciendo el examen médico y estaba todo listo, solo tenían que decir que no había problema, pagaban 1000 dólares y ya...”.
La despedida de Universitario
El campeón nacional con Universitario en 1998 rememoró el que fue su último día en Campo Mar. De forma rutinaria llegó al centro de entrenamiento para cumplir con una nueva jornada de práctica, pero no había uniforme para él, pese a la tristeza de Wilfredo Ccoscco. En aquel momento decidió ponerle punto a final a esa etapa de su vida.
“Cuando llego para que me den la ropa, le veo los ojos a ‘Pajita’ como queriendo llorar y él me recibió cuando llegué al Lolo como juvenil. Vi sus ojos y le dije que estuviera tranquilo, que no se sienta mal. Fui a hablar con el ‘profe’ Chale, con el ‘Puma’, dijeron que no me iba a ir, pero no podía permitir eso. Agarré y me fui. Me retiré a mi casa y dije ‘hasta acá nomás’”.
Un emotivo ‘Cuto’ catalogó aquel día de verano del 2016 como el momento “más triste y humillante” de su vida, pero recalcó que no guarda resentimiento hacia Universitario, sino hacia los mencionados directivos que se opusieron a su incorporación.
“Cuando llegué a la ‘U’ fue el día más feliz de mi vida (...) Recordé aquel momento en el que fui el hombre más feliz y ese momento en Campo Mar (2016) fue el más triste y humillante. No por la institución, sino por estas dos personas que vieron el esfuerzo que hice, que dieron el visto bueno...”, sentenció.