‘Titi’, el exintegrante que desmanteló la red de ‘El Monstruo’: grabó asesinatos y delató a ‘Los Injertos del Cono Norte’

Durante meses, una organización criminal dirigida desde las sombras por Erick Moreno Hernández, alias El Monstruo, impuso el terror en los distritos del norte de Lima. Las víctimas eran transportistas, comerciantes y empresarios que, si no pagaban cupos, eran amenazados, atacados o asesinados. Pero la caída de 'Los Injertos del Cono Norte’ no se logró por un golpe de suerte ni por una simple intervención policial: fue posible gracias a un infiltrado, un exintegrante de la mafia que decidió romper el pacto de silencio. Las autoridades lo bautizaron como Titi, el agente especial.

Según confirmó el Ministerio Público, la participación de Titi fue determinante para la detención de 27 personas vinculadas directamente con la red delictiva que encabezaba El Monstruo, un delincuente de 34 años que convirtió la extorsión en una maquinaria sangrienta.

La información que entregó no fue menor. Titi proporcionó videos, grabaciones telefónicas, detalles de cuentas bancarias donde se depositaba el dinero de las extorsiones y hasta la identificación de miembros clave, como Martina Hernández de la Cruz, madre del cabecilla. A lo largo de medio año, este exmiembro de la organización entregó a la Fiscalía datos estratégicos sobre cómo se movía el dinero, quiénes lo recolectaban y cómo era enviado fuera del país.

Uno de los casos más crudos que reveló Titi fue el asesinato de Agustín Carhuachín Gavino, un colectivero que operaba en la ruta Ancón–Independencia–Ancón. El 12 de enero de 2025, mientras manejaba, fue interceptado por otro vehículo a la altura del óvalo Infantas, en San Martín de Porres. Le dispararon a quemarropa. En el ataque también resultó herida una pasajera, Maritza Quispe.

Carhuachín agonizó durante dos días en el hospital Sergio Bernales antes de fallecer. Los criminales no solo cometieron el crimen, sino que lo grabaron y difundieron el video en redes sociales. Según Titi, los autores materiales fueron Gian Pierre Flores Huánuco, Gian Marco Bielich Yucra y Kevin Góngora Ayala, todos ya capturados.

Las autoridades sabían que solo un infiltrado con conocimiento profundo de la estructura criminal podía proveer ese nivel de detalle. Ese infiltrado era Titi.

Titi también proporcionó pruebas sobre la ruta del dinero extorsivo. Por ejemplo, el 22 de enero informó que Shirley Pajuelo Evangelista, bajo orden de Gian Pierre Flores, realizó dos depósitos de S/1.000 a nombre de Evelyn Acosta Neciosup, vinculados a la extorsión del empresario Raúl Badillo Marcelo, dueño de la empresa Colchones Romantic del Perú, en Puente Piedra. Acosta también fue detenida durante el megaoperativo del 3 de junio.

Según el testimonio del colaborador, las extorsiones no solo se ejecutaban desde las calles: también reclusos en diferentes penales formaban parte de la red. Titi informó que internos conocidos como Nicolás y Moche, desde prisión, seguían ordenando cobros ilegales a transportistas. Uno de los números que usaban para cobrar era 924-516-318, registrado a nombre de Hans Ñahuis. Por esta razón, la Fiscalía solicitó el allanamiento de las celdas de Gian Pierre Flores (Lurigancho), Gian Marco Bielich (Huaral), Claren Bados Neyra (Chorrillos) y Willian Bados Herbozo (Lurigancho).

Titi también advirtió sobre otro atentado: el 12 de setiembre de 2024, en Chacas (Ancón), fue atacado el taxista River Silva Ortiz, presidente de los colectiveros de la ruta Ancón–Independencia–Ancón. Los sicarios fueron Nixon Castillo Noriega y Gian Pierre Flores, quienes intentaron eliminarlo para tomar el control del paradero y extorsionar a los conductores. Aunque Silva sobrevivió, el plan criminal siguió adelante.

A los pocos días, el ‘agente especial’ informó que miembros de la banda, entre ellos Shirley Pajuelo, Ronald Aparcana, Kevin Góngora, Brando de la Cruz y otros, tomaron por la fuerza el control del paradero informal, obligando a unos 50 colectiveros a pagar S/40 semanales.

El dinero era recolectado por Yape por personas de confianza de El Monstruo, como Shirley Pajuelo, Hilda Ayala Trujillo y Brando de la Cruz. Otros integrantes, como Ronald Aparcana y Carlos Achón, se encargaban de fotografiar las placas y números de los colectiveros que se negaban a pagar, y esas imágenes eran enviadas al cabecilla, quien decidía las represalias.

Según Titi, la red tenía conexiones internacionales. Informó que Claren Grace Bados Neyra, conocida como Bados o Grace, viajaría a Paraguay para rendir cuentas en persona al Monstruo y recibir nuevas instrucciones.

La Fiscalía considera que estos viajes eran parte del esquema de coordinación internacional de la organización, lo que refuerza la hipótesis de que El Monstruo opera desde fuera del país, mientras su red actúa en Lima Norte con total violencia.

Gracias a Titi, se consolidó un paquete probatorio sólido: videos de crímenes, audios de amenazas, seguimientos bancarios, identidades clave, rutas del dinero y relaciones entre internos y operadores externos.

Con esa base probatoria, el fiscal Edwin Velásquez Velasco, de la Fiscalía contra la Criminalidad Organizada de Lima Noroeste, presentó todas estas pruebas ante el juez Roberth Rimachi Pilco, quien autorizó la detención de los 27 presuntos miembros de la red criminal, mientras continúan las diligencias para ubicar al cabecilla, considerado uno de los más buscados del país.