La cárcel de piedra sin escapatoria: el calabozo español donde cientos de indígenas fueron condenados de por vida

Oculta en las alturas de Apurímac, una cárcel construida en un gigantesco peñón se convirtió en el destino final de cientos de indígenas que desafiaron la mita. ¿Cómo era este lugar y por qué su historia sigue estremeciendo?

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En Haquira, Apurímac, se esconde una prisión que infundía terror entre los indígenas que se negaban a trabajar en las minas. Su construcción y propósito marcaron uno de los episodios más oscuros de la colonización. Youtube: Epicrol

Ubicada en lo profundo de la serranía de Apurímac, una imponente formación rocosa encierra entre sus paredes la historia de uno de los centros de reclusión más aterradores del pasado colonial. En tiempos prehispánicos, esta colosal piedra servía como un santuario donde se realizaban ceremonias en honor a los astros, pero con la llegada de los conquistadores españoles, su propósito cambió drásticamente. Fue convertida en una cárcel de la que pocos lograban salir con vida.

Se trata de Qaqa Cárcel, una prisión labrada en la roca que sirvió para castigar a los indígenas que se resistían a la mita, el sistema de trabajo forzoso impuesto por la Corona española. En sus húmedos y oscuros calabozos, hombres y mujeres eran condenados a morir en condiciones inhumanas. La historia de este sombrío lugar, ubicado en el distrito de Haquira, provincia de Cotabambas, ha sido documentada por diversos historiadores y rescatada en un video del canal Epicrol en YouTube, que expone la crudeza de los castigos que allí se aplicaban.

¿Dónde se encuentra y cuál era su función?

Qaqa Cárcel se ubica a unos 100 metros de la plaza principal de Haquira, en la región de Apurímac, a más de 3.600 metros sobre el nivel del mar. Su estructura fue diseñada con un solo acceso y muros elevados para impedir cualquier intento de fuga. Durante la época colonial, esta cárcel albergó a numerosos indígenas que eran sentenciados por negarse a trabajar en las minas de oro y plata que atrajeron la codicia de los foráneos.

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Paredes de piedra de la cárcel de Haquira, un calabozo construido por los españoles para someter a los indígenas. Foto: Mincetur

Según el portal Rumbos del Perú, esta prisión formaba parte de un complejo más grande conocido como los “Castillos de Santa Bárbara y Santa Ana”. Sin embargo, el nombre que quedó en la memoria de los indígenas fue Qaqa Cárcel, debido al terror que inspiraba. Los reos eran condenados a sobrevivir en mazmorras insalubres, donde la humedad y la falta de alimento terminaban con sus vidas en pocos días.

¿Cómo era la estructura de Qaqa Cárcel?

La cárcel fue excavada directamente en la roca por los mismos indígenas que luego serían encerrados en su interior. Las celdas, de techos abovedados, fueron diseñadas para albergar a prisioneros en condiciones extremas. De acuerdo con el portal del Ministerio de Cultura, existía una separación entre los calabozos de hombres y mujeres, aunque en ambos casos el hacinamiento y la falta de ventilación eran comunes.

En la parte superior del peñón, sobre 17 escalones esculpidos en piedra, se encontraba el tribunal donde los corregidores de las minas, en compañía de religiosos, juzgaban a los acusados. A 18 metros del suelo, esta sala de audiencias era el lugar donde se decidía el destino de los prisioneros, la mayoría de los cuales terminaban en las mazmorras sin posibilidad de redención.

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Estructura de la cárcel de piedra en Haquira, diseñada para evitar cualquier intento de fuga. Foto: Mincetur

¿Qué castigos se imponían a los prisioneros?

Los castigos dentro de Qaqa Cárcel eran brutales. Los indígenas que ingresaban a esta prisión eran sometidos a largas jornadas de encierro en condiciones deplorables. Según el canal Epicrol, los condenados eran enviados a celdas sin ventilación, donde la humedad y la falta de alimento les provocaban una muerte lenta y agónica. Muchos fallecían por inanición o hipotermia, mientras que otros eran ejecutados tras juicios expeditivos.

Los registros históricos mencionan que los españoles justificaban estos castigos como una forma de disciplinar a los indígenas rebeldes y asegurar el cumplimiento de la mita. No obstante, el sufrimiento que padecieron los prisioneros en Qaqa Cárcel quedó marcado en la memoria colectiva de la región.

¿Cuándo dejó de funcionar como prisión?

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La prisión oculta en los Andes, construida para someter a los indígenas que se oponían al sistema de la mita. Foto: Inca Trail

A pesar de su origen colonial, Qaqa Cárcel continuó siendo utilizada como prisión incluso durante la República. Según el portal mencionado, en sus cavernas se encerraba a personas acusadas de delitos como abigeato, adulterio o desacato a la autoridad. No fue sino hasta 1928 que se prohibió su uso como centro de reclusión debido a las condiciones inhumanas en las que permanecían los prisioneros.

Hoy, Qaqa Cárcel es un testimonio silencioso de los abusos cometidos en el pasado. Aunque el tiempo ha erosionado algunas de sus estructuras, aún se pueden observar las celdas esculpidas en la roca y el tribunal donde se dictaban sentencias. Este lugar, que alguna vez fue sinónimo de sufrimiento, ahora forma parte del legado histórico de Haquira y de la memoria de Apurímac.