Escolares de Tumbes reciben clases en viviendas y restaurantes ante el riesgo de colapso de su colegio

El plantel, ubicado en Puerto Pizarro, ha sido declarado en alto riesgo por lluvias e inundaciones. La comunidad educativa rechaza las clases virtuales y costea alquileres para mantener la educación presencial

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Lamentable Inicio Del Año Escolar 2025 Alumnos De Tumbes Reciben Clases En Locales Alquilados
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Desde el inicio del año escolar, los estudiantes han sido trasladados a lugares improvisados. Los padres recurren a recolectar diariamente para costear espacios adecuados ante la demora en la reconstrucción. Youtube: 24 Horas

Más de 1.200 alumnos del colegio Miguel Grau de Puerto Pizarro, en la región Tumbes, han sido reubicados en locales alquilados debido al deterioro de la infraestructura de su centro educativo. Pese a reiteradas advertencias de padres de familia sobre las condiciones precarias del plantel, hasta la fecha no se han concretado acciones definitivas para su reconstrucción. La comunidad escolar exige la demolición de dos pabellones que impiden la instalación de aulas prefabricadas, una medida anunciada por las autoridades pero aún sin ejecutarse.

A través de un informe realizado por el programa 24 horas, desde el inicio del año escolar 2025, los estudiantes del colegio Miguel Grau N.° 014 se han visto obligados a recibir clases en viviendas y restaurantes cercanos. Esto ocurre en un contexto donde los padres de familia han optado por costear el alquiler de estos espacios con aportes diarios, debido a que consideran que la educación virtual no es una alternativa viable. La institución ha sido catalogada de alto riesgo por las constantes lluvias e inundaciones en la zona, sin que se haya impulsado una solución definitiva para su infraestructura.

Padres de familia exigen la demolición de pabellones

Antes del inicio de clases, las autoridades educativas informaron a los padres de familia que el colegio sería demolido parcialmente para permitir la instalación de 15 aulas prefabricadas. Hasta el momento, solo han llegado ocho módulos, pero su implementación no ha avanzado debido a que dos pabellones aún no han sido derrumbados.

La comunidad rechaza la educación
La comunidad rechaza la educación virtual y denuncia la falta de avances en la reconstrucción del colegio. Foto: Hechicera

Ante esta situación, los progenitores han manifestado su indignación y han llevado a cabo protestas exigiendo celeridad en los trabajos. Incluso, días antes del inicio escolar, los pobladores retuvieron al gobernador regional, Segismundo Cruces Ordinola, por varias horas para exigirle el cumplimiento de los compromisos asumidos. “No ha asistido a la reunión programada con los padres, pese a que hemos esperado desde las 3:30 p. m. Es una burla para nuestros hijos”, expresó una madre en declaraciones recogidas por RPP Noticias.

Aulas inhabilitadas y riesgo por lluvias e inundaciones

El colegio Miguel Grau ha sido señalado año tras año como una institución en peligro debido a su ubicación en una zona afectada por precipitaciones intensas y anegamientos. Sin embargo, pese a la vulnerabilidad de su infraestructura, hasta la fecha no se ha concretado una solución definitiva para su reconstrucción.

Los pabellones en cuestión presentan grietas y filtraciones de agua, lo que los hace inseguros para los escolares. Los padres temen que una nueva temporada de lluvias agrave la situación, poniendo en riesgo la vida de los alumnos y el personal educativo. “Cada año es lo mismo, nos dicen que harán algo, pero seguimos igual. No podemos esperar más”, expresó un padre de familia preocupado por la seguridad de sus hijos.

Clases en locales alquilados y rechazo a la educación virtual

colegio - inicio de clases
colegio - inicio de clases

Ante la imposibilidad de utilizar las aulas del colegio, los estudiantes han sido trasladados a viviendas particulares y restaurantes cercanos. La comunidad educativa ha optado por esta medida como única alternativa para garantizar la continuidad del aprendizaje en condiciones presenciales.

Para financiar el alquiler de estos espacios, los padres de familia realizan contribuciones diarias que oscilan entre 50 céntimos y un sol. Según declararon al medio mencionado, esta es la única forma de evitar que sus hijos estudien bajo la modalidad virtual, la cual consideran poco efectiva. “No queremos clases en línea porque nuestros niños no están acostumbrados a esa forma de enseñanza y no aprenden igual”, indicó una madre de familia.

Falta de respuesta de las autoridades

El retraso en la instalación de las aulas prefabricadas ha generado malestar entre los padres, quienes han denunciado la falta de compromiso de las autoridades regionales. La comunidad educativa espera una pronta solución para que los alumnos puedan regresar a un entorno adecuado para el aprendizaje.

Mientras tanto, los estudiantes continúan adaptándose a la precariedad de los espacios alquilados, a la espera de que las promesas de reconstrucción finalmente se concreten.