Más colegios sucumben ante extorsiones: Instituciones en Los Olivos, Comas y Ventanilla suspenden clases presenciales

Son cientas las escuelas que se han visto obligadas en adoptar medidas de contingencia ante la ola criminal de la que son víctimas y el nuco accionar del gobierno de Dina Boluarte

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El flagelo de la extorsión continúa arrasando con la calma de las comunidades escolares en Lima Metropolitana. Los últimos casos son un reflejo de cómo la criminalidad ha alcanzado nuevas fronteras, esta vez afectando a niños, padres y docentes, quienes se ven obligados a vivir bajo la sombra de la violencia.

En distritos como Los Olivos, Comas y Ventanilla, varios colegios han decidido suspender sus clases presenciales para proteger la integridad de sus estudiantes y trabajadores ante las crecientes amenazas de organizaciones criminales.

Los Olivos

En Los Olivos, el “colegio Visionario”, tras recibir amenazas de extorsión, optó por cambiar a la modalidad virtual para garantizar la seguridad de su comunidad. La directora del centro explicó que, aunque la institución imparte clases online, un contingente de policías y serenos se apostó en las afueras del establecimiento como medida preventiva ante posibles represalias.

“Lo que vivimos es aterrador, nuestros niños y profesores están expuestos a un nivel de violencia que no debería existir en una sociedad”, expresó una madre de familia, visiblemente preocupada.

Comas

La situación no es aislada. En el vecino distrito de Comas, el “Los Olivos College” también se vio forzado a tomar decisiones similares. La escuela recibió una amenaza de extorsión, lo que obligó a las autoridades a enviar a los alumnos a sus casas y organizar clases virtuales hasta el 26 de marzo.

Según la directora, los delincuentes usaron plataformas como WhatsApp para intimidar y exigir grandes sumas de dinero a cambio de no hacerles daño a los estudiantes y personal docente.

En un comunicado oficial, la institución señaló que estaba trabajando de la mano con las autoridades para investigar los hechos y poner freno a la ola de extorsiones que afecta al sector educativo privado.

Ventanilla

En Ventanilla, un acto extorsivo sacudió a la comunidad educativa de la IEP Príncipe de Asturias en Ventanilla. Alrededor de las 11:40 a.m., dos individuos a bordo de una motocicleta lanzaron un paquete sospechoso frente a la entrada del colegio. El pánico se apoderó del lugar cuando se descubrió que el paquete contenía cartuchos de dinamita sin detonar.

Las cámaras de seguridad registraron el incidente, lo que permitió una rápida respuesta de las autoridades. De inmediato, se activaron los protocolos de seguridad y se procedió a evacuar a todos los estudiantes y personal del colegio.

Los alumnos fueron trasladados a una losa deportiva cercana, donde los padres, alertados por la situación, los recogieron para llevarlos a casa sanos y salvos. La policía llegó al lugar y acordonó la zona para realizar las investigaciones correspondientes.

La IEP Príncipe de Asturias emitió un comunicado detallando que las clases quedaron suspendidas hasta el lunes 24 de marzo, con el objetivo de permitir la normalización de las actividades y garantizar la seguridad de los estudiantes.

Policía y Serenazgo de Ventanilla
Policía y Serenazgo de Ventanilla capturan a los presuntos responsables del ataque extorsivo al colegio en Ventanilla. Foto: Composición Infobae Perú

Nulo estado de emergencia

Aunque el estado de emergencia, decretado por el Gobierno de Dina Boluarte, buscaba contener la ola de violencia, las extorsiones no cesan. En este sentido, los padres de familia se encuentran en una disyuntiva: cómo equilibrar la educación de sus hijos con su seguridad.

En muchos casos, los estudiantes no pueden acudir a clases, ya sea por las amenazas de los delincuentes o porque las instituciones no cuentan con los recursos para garantizar un ambiente seguro.

En medio de todo este caos, el alcalde de Los Olivos, Felipe Castillo, se pronunció en varias ocasiones sobre la situación, lamentando que, a pesar de las denuncias, muchos de estos casos no lleguen a la justicia debido al temor a represalias.

“Es un círculo vicioso: las víctimas no denuncian por miedo, y los delincuentes siguen actuando sin que nadie los detenga”, señaló.