Simón Bolívar, líder venezolano, fue homenajeado por la UNMSM: la historia detrás de su visita a esta universidad

En el ocaso de un virreinato que agonizaba, dos militares y políticos cruzaron sus destinos en suelo peruano: José de San Martín y Simón Bolívar. Como ríos que confluyen, sus trayectorias convergieron para forjar el destino de un continente.

San Martín, el estratega que había liberado Argentina y Chile, llegó a la ‘Ciudad de los Reyes’ con varias consignas en mente: proclamar la independencia del Perú y establecer las bases de un gobierno autónomo.

Bolívar, el presidente de la Gran Colombia, arribó después decidido a enfrentar al último bastión español en América del Sur. En aquella histórica entrevista en Guayaquil, el argentino cedió el protagonismo al venezolano, quien consolidaría la libertad peruana con las victoriosas campañas de Junín y Ayacucho en 1824.

Estos personajes son recordados por las decisiones trascendentales que tomaron en instantes decisivos para la historia del Perú, así como por las tácticas que aplicaron en su esfuerzo por la liberación del dominio español.

Mientras estuvieron en suelo peruano, dedicaron incansablemente sus esfuerzos a la causa de la libertad de los peruanos. En reconocimiento a su dedicación, fueron homenajeados por una institución educativa histórica conocida como la Decana de América.

El rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), Dr. Manuel Tafur y Zea, invitó a las autoridades y profesores de la casa de estudios a un recibimiento en honor al libertador Simón Bolívar. En aquella ocasión, no se vivía un clima adverso en Lima ni en provincias.

Casi un año y medio había transcurrido desde la batalla de Ayacucho, una contienda decisiva que consolidó la independencia del Perú y de América del Sur, cuando el rector anunció que se llevaría a cabo el acto solemne el sábado 3 de junio de 1826.

En ese entonces, el personal docente estaba constituido por los profesores Jose Alejandro Jayo, Miguel Tafur, Jose Gregorio Paredes, Justo Figuerola, Pedro Pedemonte, Jose Joaquín de Larriva, entre otros. Precisamente este último salió victorioso de una justa literaria, la cual se llevó a cabo con el fin de seleccionar a la persona que daría un Elogio en honor al libertador.

Los pormenores del homenaje que se le rindió a Simón Bolívar fueron plasmados en las páginas del libro “Bicentenarios de Universidad Nacional Mayor de San Marcos: I-Jura de independencia, 30-VII-1821-II-Recibimientos a libertadores: José de San Martín, 18-I-1822, y Simón Bolívar, 3-VI-1826″, de Juan Eduardo Morón Orellana.

En una de sus páginas se puede leer lo siguiente: “A 3 pm de dicho día el libertador Simón Bolívar concurrió con su comitiva y escolta militar, desde Palacio, calles Palacio, Zarate, Plaza de Inquisición, local universitario, con presencia de autoridades, como de Corte Suprema, Corte Superior, Municipalidad de Lima, Arzobispo, Cabildo Eclesiastico, Órdenes Religiosas, de Colegios, el Tribunal de Cuentas, Minería, integrantes del Claustro Universitario, y de otras instituciones”.

Cuando el libertador venezolano y sus acompañantes llegaron al frontis de la casa de estudios, que en ese entonces se encontraba en la Plaza de la Inquisición, el rector Tafur y Zea y sus autoridades salieron para recibirlos. Luego de ello, pasaron a la universidad.

“La ceremonia se inició con el toque de campanilla donada por Carlos V., en 1550. El colegial Francisco Orueta y Castrillón (limeño, N:1804-M:1886) inició el acto con el tema ‘La reivindicación de la libertad de los pueblos esclavizados, al mismo tiempo que es conforme al Derecho Natural y de Gentes, satisface el inmenso ultraje inferido a la humanidad por los conquistadores, presentando como objeto de veneración y respeto a aquel que con mano fuerte supo romper las ataduras que los aprisionaban’”, se lee en el libro consultado.

El limeño Orueta finalizó con un panegírico (discurso en alabanza de alguien), para luego ofrecer sus estudios universitarios al libertador Bolívar. Es preciso señalar que al connacional le entregaron la cátedra de Digesto Viejo, que el Convictorio tenía en la San Marcos.

Tras su participación, el Dr. Jose Joaquín Larriva dio el Elogio a Simón Bolívar. A continuación, un fragmento de su discurso:

“Cuando tuve la honra de ser encargado del Elogio que se me oyo en la academia, de la tarde del 3, resolví publicarlo bajo los auspicios del Mecenas mismo de la actuación literaria en que fue pronunciado; porque al punto me ocurrió que, como el brazo de V.E. había libertado a mi patria del yugo del despotismo, así también su nombre libertaria a mi obra del furor de la censura: y que le serviría como de egida, contra los tiros de la mordacidad que la haría circular, con seguridad y con gloria, por todas las regiones del orbe literario (...)”, se lee en el libro de Morón Orellana.

Es menester señalar que Larriva no terminó el Elogio que había preparado debido a un deterioro en su estado de salud. Quien lo reemplazó fue el Dr. Jacinto Muñoz Calero. Tras su participación, los asistentes hicieron arengas y algunos se atrevieron a recitar poesías en latín y castellano.

Bolívar también intervino con un discurso emotivo. El historiador Ricardo Pinto-Bazurco, a través del canal de YouTube RTV San Marcos - UNMSM, dijo que el libertador expresó su gratitud al claustro universitario por el homenaje que le hicieron. En otro fragmento del video, el investigador compartió el discurso que dio Bolívar en la UNMSM. Cabe señalar que Luis E. Valcárcel recuperó el texto que se proyectó.

“Señores: Al pisar los umbrales de este Santuario de las Ciencias yo me senti sobrecogido de respeto y de temor y al verme ya en el seno mismo de los sabios varones de la célebre Universidad de San Marcos yo me veo como humillado entre hombres envejecidos en las tareas de profundas y útiles meditaciones, y elevados con tan justicia al alto rango que ocupan en el orbe científico.

Desnudo de conocimientos y sin mérito alguno, vuestra bondad me condecora gratuitamente con una distinción que es el término y la recompensa de años enteros de estudio continuo.

Señores: Yo marcaré para siempre este día tan hermoso en mi vida. Yo no olvidaré jamás que pertenezco a la sabia Academia de San Marcos. Yo procuraré acercarme a sus dignos miembros, y cuantos monumentos me pertenezcan, después de llenar los deberes a que estoy contraído por ahora, los emplearé en hacer esfuerzos por llegar si no a la cumbre de las ciencias en que vosotros os halláis, al menos en imitaros”, dijo el libertador.

Poco tiempo después del homenaje, Bolívar recibió un escrito de Larriva, en el que este se disculpaba por no haber concluido el Elogio. “Ese sacrificio ofrezco a V.E. (vuestra excelencia), pues no me parece indigno de sus aras. Dígnese V.E. de aceptarle: y crea, al mismo tiempo, que solo accidentes, como este, son capaces de detener mi lengua en la publicación de sus glorias”, escribió Larriva.

Finalmente, es pertinente indicar que Simón Bolívar ―conocido como el primer dictador del Perú― no se retiró del Perú tras las victorias en las batallas de Junín y Ayacucho. El motivo: tenía el proyecto de la Confederación de los Andes.