Una controversia surgió entre los Ministerios de Salud y del Interior a raíz de las declaraciones del titular del Mininter, Juan José Santiváñez, quien aseguró que los datos del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef) habrían sido manipulados. Estas afirmaciones motivaron una respuesta del ministro de Salud, César Vásquez, quien instó a su colega a investigar los supuestos “errores” mencionados.
Aunque evitó un enfrentamiento directo, Vásquez destacó los esfuerzos de su gestión para fortalecer el control de los sistemas del Sinadef. En ese orden de ideas, resaltó iniciativas como el convenio con el Reniec que permite a los médicos acceder al DNI electrónico para firmar certificados de defunción, así como la digitalización de documentos médicos. “Estas medidas tecnológicas limitan o restringen al máximo la posibilidad de manipulaciones o falsificaciones”, afirmó.
“Nosotros creemos en la veracidad de los datos que el Ministerio de Salud y, en todo caso, lo que ratifica el médico que firma, que es por quienes yo hablo como Ministro de Salud, es básicamente la causa de la muerte”, agregó.
El titular del Minsa también abordó la denuncia de Santiváñez sobre diez homicidios presuntamente registrados de manera errónea y subrayó que, de confirmarse, se procederá a investigar y coordinar con el Reniec para determinar responsabilidades.
Vásquez enfatizó que las medidas implementadas buscan minimizar errores y fortalecer la seguridad del sistema. Además, aseguró que dialogará con Santiváñez para obtener detalles sobre los casos mencionados y determinar las acciones a seguir.
“Espero que las aseveraciones de mi colega tengan sustento, se investiguen y se sancione si corresponde”, añadió.
Santiváñez denuncia homicidios fantasmas en el Sinadef
La respuesta del ministro de Salud, César Vásquez, se dirigió a las declaraciones de Juan José Santiváñez, titular del Interior, quien días antes desacreditó las cifras del Sinadef, alegando problemas en su funcionamiento. Santiváñez afirmó que al menos diez fallecimientos registrados serían inexistentes y resultado de una manipulación con fines delictivos.
Santiváñez recordó que el Sinadef fue declarado en emergencia el año pasado debido a inconsistencias en sus datos. Además, afirmó que la Inspectoría General de la Policía Nacional del Perú ya se encuentra investigando los presuntos casos de manipulación.
“Hemos detectado más de diez casos de homicidios no existentes inscritos en el Sinadef, presumiblemente por personal policial, lo que significa que el sistema ha sido absolutamente manipulado”, declaró.
El titular del Interior subrayó que se está trabajando en la identificación de los responsables para proceder con sanciones y denuncias ante el Ministerio Público y el Poder Judicial. “Estas cifras no responden al trabajo articulado que estamos haciendo desde la Policía Nacional del Perú”, agregó Santiváñez, quien aseguró que continuará con las pesquisas para determinar las irregularidades detectadas.
Casi 2 mil homicidios en un año
El 2024 finalizó como uno de los años más violentos en Perú, reflejado en una ola de extorsiones, secuestros, sicariatos y robos, según datos del Sistema Nacional de Defunciones (Sinadef). Durante este periodo, 1.962 personas fueron víctimas de homicidio, duplicando los 1.070 casos reportados en 2018.
Aunque en 2020 y 2023 se registraron ligeros descensos en comparación con años anteriores, las cifras evidencian un aumento sostenido en la última década. En 2019 se reportaron 1.070 homicidios, mientras que en 2020 la cifra bajó a 1.002. En 2022 se contabilizaron 1.516 asesinatos, frente a los 1.495 registrados en 2023.
El Sinadef también detalla que, durante 2024, en Lima ocurrieron 794 homicidios, 624 muertes por accidentes de tránsito, 109 suicidios y 37 fallecimientos por otras causas. Además, 698 decesos aún no cuentan con una causa definida, reflejando una deficiencia en la clasificación de las estadísticas.
Las cifras oficiales confirman el impacto de la creciente inseguridad en el país y la necesidad de analizar las causas que llevaron a 2024 a ser considerado uno de los años más sangrientos en la historia reciente de Perú.