El Gobierno del Perú reafirmó esta mañana su decisión de desconocer a Nicolás Maduro como presidente electo de Venezuela, señalando que el resultado del proceso electoral estuvo empañado por acusaciones de fraude. En su lugar, reconoció a Edmundo González Urrutia, con quien Dina Boluarte ya sostuvo una reunión oficial. Este movimiento aviva una crisis diplomática que ha ido escalando desde julio de 2024, cuando Caracas rompió vínculos formales con Lima.
A pesar de la ruptura oficial, ambos países han mantenido algunos canales de comunicación, especialmente en asuntos relacionados con la numerosa comunidad de migrantes venezolanos en Perú.
El internacionalista Ramiro Escobar, en diálogo con Infobae Perú, analizó las tensiones entre Perú y Venezuela y sus posibles escenarios diplomáticos tras el desconocimiento de Nicolás Maduro como presidente electo.
“Venezuela rompió relaciones diplomáticas con el Perú en julio, cuando Perú no reconoció el triunfo de Nicolás Maduro. Sin embargo, no significa que no haya ningún vínculo, ya que más de un millón y medio de venezolanos residen en territorio peruano”, explicó Escobar. Esto ha obligado a mantener ciertos canales de comunicación, especialmente en lo relativo a la situación de la comunidad migrante.
El respaldo de Perú a Edmundo González Urrutia y su firme negativa a reconocer a Nicolás Maduro como presidente han agudizado las tensiones diplomáticas entre ambos países. Según explica Escobar, esta postura podría ser interpretada por las autoridades venezolanas como una “injerencia”, a pesar de que la comunidad internacional tampoco ha avalado la controvertida reelección del dictador venezolano.
“Las famosas actas, donde deberían estar los resultados, nunca se mostraron de manera transparente. El Gobierno venezolano simplemente desconoció los llamados a presentar esas actas. Los cuestionamientos a la elección fueron ignorados y, digamos, dejó el tema en espera, tratando de sortear este obstáculo el 10 de enero en términos diplomáticos y políticos”, indicó.
A pesar de las tensiones, Escobar destacó que las posibilidades de una salida diplomática no están completamente descartadas. “Lo que hay que analizar son los pasos que se tomarán a futuro. Si el Perú, junto con otros países, promoverá alguna posible salida diplomática, en caso de que exista. Esto, debido a la testarudez y cerrazón de Nicolás Maduro, que obstaculiza el avance de Venezuela hacia una nueva etapa política”, comentó.
En este contexto, la liberación parcial de la economía venezolana en los últimos años sería utilizada por el gobierno de Maduro para proyectar una mejora en la situación interna del país. “Es cierto que la situación económica ha mejorado respecto a hace tres o cuatro años”, añadió Escobar.
El internacionalista también resaltó que Perú se opone a cualquier tipo de intervención militar externa para remover a Maduro del poder. “Eso, por sí solo, evita que el vínculo con Venezuela se rompa por completo y sin ninguna opción. Es decir, si eso representa una forma de afirmar que no vamos a apoyar una intervención militar, sino una solución impulsada por los propios venezolanos”, precisó.
Perú y su posible rol en la solución de la crisis venezolana
En los años 80, el Grupo de Contadora, formado por varios países latinoamericanos sin la presencia de Estados Unidos, jugó un papel clave en la resolución de conflictos en Guatemala, El Salvador y Nicaragua, logrando neutralizar las guerras civiles en Guatemala y El Salvador. Según el especialista, Perú podría considerar participar en una iniciativa similar, una ruta de “mínima esperanza” para resolver el complejo problema venezolano.
“El Perú podría participar en una iniciativa de ese tipo que creo que sería una ruta de mínima esperanza para acabar con este tormentoso problema”, dijo.
Sin embargo, el analista destacó que Perú no debería seguir el ejemplo de Juan Guaidó, quien fue reconocido como presidente interino de Venezuela, pero cuyo proyecto político fracasó. A su juicio, el enfoque de Perú y otros países debería ser el reconocimiento de Edmundo González como presidente electo, evitando replicar el modelo de Guaidó, “porque por ahí creo que se puede caminar hacia la nada”, apuntó.
Efectos en el comercio bilateral
El impacto de las tensiones diplomáticas en las relaciones comerciales entre Perú y Venezuela ha sido limitado debido al bajo volumen del intercambio comercial entre ambos países. Según datos del especialista, este comercio se encuentra alrededor de los 200 millones de dólares anuales.
En los últimos años, las exportaciones de textiles peruanos hacia Venezuela han aumentado, convirtiendo al mercado venezolano en un destino atractivo para productos accesibles provenientes de empresas pequeñas y medianas.
“Las pymes peruanas, especialmente las que exportan productos textiles a Venezuela, han experimentado un aumento en los últimos años. Esto probablemente se deba a que Venezuela representa un mercado accesible para las pequeñas y medianas empresas que venden textiles a precios competitivos”, señaló.
Sin embargo, el analista también destacó que las tensiones diplomáticas no representan una amenaza significativa para este comercio, debido a su volumen relativamente bajo.
Impacto de la crisis diplomática en los migrantes
La crisis diplomática entre Perú y Venezuela también ha generado incertidumbre respecto a la situación de los más de un millón y medio de migrantes venezolanos que residen en territorio peruano. A pesar de la ruptura de relaciones, se espera que ambos gobiernos implementen acuerdos para garantizar asistencia consular y proteger los derechos de esta comunidad.
Según Escobar, el gobierno venezolano podría intentar persuadir a algunos migrantes de regresar a su país, argumentando que la situación económica ha mejorado.
“El régimen de Maduro buscará persuadir a las personas que se han ido a regresar, argumentando que la situación económica no está tan mal. En efecto, es cierto. Sin embargo, que no esté tan mal no significa que esté en una situación boyante y esperanzadora”, afirmó.
Esta estrategia podría ser parte de un esfuerzo por reducir la presión internacional sobre su gobierno, al tiempo que intenta mostrar una mejoría interna. En el caso de Perú, las autoridades continúan enfrentando el desafío de atender las necesidades de los migrantes venezolanos mientras se mantiene una postura crítica hacia el gobierno de Maduro.
No obstante, persisten preocupaciones sobre una posible nueva ola migratoria si las condiciones en Venezuela empeoran. Aunque el régimen de Maduro ha intentado proyectar una mejora económica, muchos venezolanos aún consideran la emigración como una opción viable debido a la falta de oportunidades y la incertidumbre política en su país.
La postura de Perú de no reconocer a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela y respaldar a Edmundo González Urrutia ha intensificado las tensiones diplomáticas entre ambos países. A pesar de la ruptura formal de relaciones, los lazos comerciales y las necesidades de la comunidad migrante han obligado a mantener ciertos canales de comunicación.