Más de un millón de venezolanos que residen en Perú observan con esperanza los acontecimientos políticos en Venezuela y también imaginan la posibilidad de retornar a su tierra natal si Nicolás Maduro deja el poder que ostenta desde hace 11 años.
El futuro de su país, marcado por una prolongada crisis política, social y económica, podría cambiar con la llegada a la presidencia de Edmundo González Urrutia, reconocido como presidente electo por varios países. Este escenario despierta sentimientos de esperanza y expectativa entre aquellos que dejaron todo atrás para buscar un futuro mejor en el extranjero.
El 10 de enero de 2025 será una fecha crucial para Venezuela. Ese día, Nicolás Maduro pretende asumir un tercer mandato presidencial tras unas elecciones realizadas el 28 de julio de 2024, cuyos resultados han sido ampliamente cuestionados por la oposición venezolana y por gobiernos extranjeros, como los de Estados Unidos, Paraguay, entre otros.
Según el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, Maduro fue proclamado vencedor, y su reelección fue ratificada por el Tribunal Supremo de Justicia. Sin embargo, líderes opositores y analistas denunciaron irregularidades en el proceso electoral, calificándolo de fraudulento.
González Urrutia, exiliado en España tras ser acusado de terrorismo y conspiración por el régimen chavista, asegura que los comicios del 28 de julio le dieron la victoria.
En un mensaje difundido en redes sociales, pidió a las Fuerzas Armadas venezolanas que no respalden la continuidad de Maduro, al que acusó de “distorsionar los principios” militares. “Es el deber de nuestra Fuerza Armada Nacional garantizar la soberanía y la voluntad popular”, afirmó.
González cuenta con el reconocimiento de varios países como presidente electo, incluido el Perú, cuyo canciller, Elmer Schialer, adelantó que considerarán a Maduro un “autócrata” si insiste en perpetuarse en el poder.
Movilización dentro y fuera de Venezuela
En vísperas del 10 de enero, la oposición venezolana convocó a una serie de protestas dentro del país y en diversas ciudades del mundo. María Corina Machado, destacada figura de la oposición, llamó a los ciudadanos a manifestarse el 9 de enero, destacando la importancia de no rendirse ante lo que considera un gobierno ilegítimo.
“La libertad no se mendiga. Este 9 de enero será el día en que Venezuela diga basta”, expresó en un mensaje dirigido a sus seguidores.
Machado, quien se encuentra en la clandestinidad, pidió a los manifestantes vestir los colores de la bandera venezolana como símbolo de unidad.
A su convocatoria se sumó González, que escribió en sus redes sociales: “Todos a las calles de nuestro amado país”. Los líderes opositores buscan que las movilizaciones envíen un mensaje contundente al régimen chavista y a la comunidad internacional sobre el descontento popular.
Mientras tanto, en el extranjero, los venezolanos exiliados, especialmente en Perú, siguen de cerca los acontecimientos. Según Luis Villasana, director de la organización Comando Con Venezuela, alrededor del 30 % de los venezolanos que residen en territorio peruano estarían dispuestos a regresar si González asume la presidencia.
“Muchos de nosotros dejamos a nuestras familias atrás. Si logramos la estabilidad, muchos decidirán volver y reconstruir lo que se perdió”, declaró Villasana a Exitosa.
La otra cara de la moneda
A pesar del optimismo que genera la posibilidad de un cambio político, expertos en migración y analistas políticos advierten que, si Maduro continúa en el poder, el país podría enfrentar una nueva ola migratoria.
De acuerdo al excanciller peruano Miguel Rodríguez Mackay, las condiciones de vida en Venezuela seguirán impulsando la salida de ciudadanos, incluso si se han registrado pequeñas mejoras económicas.
“Venezuela sigue siendo un país profundamente precario. Las aparentes mejoras son superficiales y no suficientes para detener el éxodo”, explicó.
Ramiro Escobar, especialista en política migratoria, coincidió en que el control político de Maduro genera una percepción de inestabilidad entre los venezolanos, lo que podría traducirse en un aumento de la emigración hacia países vecinos. Algunos gobiernos, como el de Perú, ya se están preparando para posibles contingencias. El exembajador Hugo de Zela ya afirmó que será necesario reforzar la seguridad en las fronteras si se produce un aumento del flujo migratorio.
La comunidad internacional
El posible impacto de la continuidad de Maduro o el ascenso de González como presidente no solo afecta a Venezuela, sino también a la región. Países como Brasil y Argentina han reiterado su interés en trabajar por una salida pacífica a la crisis venezolana. En tanto, Perú ya dejó clara su postura al desconocer los resultados de las elecciones de julio y reconocer a González como presidente legítimo.
La presidenta peruana Dina Boluarte sostuvo recientemente una reunión virtual con González y María Corina Machado, donde expresó su apoyo al liderazgo opositor y reiteró su compromiso con la democracia en Venezuela. Durante este encuentro, la mandataria invitó al líder oposición a visitar Perú para fortalecer los lazos con la comunidad venezolana residente en el país.
Mientras tanto, el canciller Schialer ha comenzado una gira internacional para coordinar estrategias con otros países de la región. En un próximo encuentro en Panamá, cancilleres de distintas naciones debatirán medidas conjuntas para respaldar la democracia en Venezuela y contener los efectos de la crisis migratoria.
El futuro político de Venezuela, así como el destino de millones de venezolanos en el extranjero, se mantiene en el centro de la atención regional e internacional. El 10 de enero marcará un nuevo capítulo en esta compleja historia.