En las últimas tres semanas se han registrado cinco fallecimientos por COVID-19 en Perú, informó César Munayco, director del Centro de Epidemiología del Ministerio de Salud (Minsa). Según el especialista, las víctimas corresponden mayoritariamente a adultos mayores de 70 años, considerados de alto riesgo por su vulnerabilidad frente al virus. Aunque el número de fallecidos refleja un impacto mucho menor en comparación con años anteriores, Munayco instó a no bajar la guardia y reforzar las medidas de prevención.
A nivel nacional, los contagios de COVID-19 se han estabilizado en 200 a 300 casos por semana, de los cuales solo un 5% requieren hospitalización, principalmente en personas de edad avanzada. Estas cifras son considerablemente más bajas que las registradas en los años críticos de la pandemia.
“En estas fechas, vemos incrementos en los casos, pero la magnitud es significativamente menor comparada con los picos registrados en los primeros años de la pandemia”, señaló Munayco en declaraciones para Canal N.
El COVID-19 ha adquirido un comportamiento estacional, similar al de la influenza. Según Munayco, se espera un aumento de casos de COVID-19 durante el invierno y también hacia finales de año, debido a las reuniones sociales típicas de estas épocas. Este patrón ya se ha observado en los últimos dos años, con repuntes hacia finales de diciembre y principios del siguiente año. El epidemiólogo explicó que “el COVID-19 ya muestra un comportamiento endémico y se ha integrado a los virus estacionales que enfrentamos cada año”. Sin embargo, destacó que persiste el riesgo para los grupos más vulnerables, como adultos mayores y personas con condiciones preexistentes.
Munayco también enfatizó que la vacunación contra el COVID-19 sigue siendo la herramienta más eficaz para prevenir casos graves y fallecimientos. Señaló que, aunque el virus continúa mutando con la aparición de nuevos sublinajes derivados de Ómicron, la mayoría de estas variantes provocan cuadros leves o moderados. No obstante, los adultos mayores de 70 u 80 años siguen siendo el grupo más propenso a desarrollar complicaciones severas.
“Es importante recordar que estos virus respiratorios continuarán circulando, y la mejor manera de prevenirlos es mediante la vacunación”, subrayó Munayco, destacando la importancia de proteger a los sectores más vulnerables de la población.
El COVID-19 ha evolucionado hacia un virus estacional, pero Munayco insistió en que la vigilancia epidemiológica y las estrategias de prevención deben mantenerse activas. “El COVID-19 se ha convertido en un virus estacional, como la influenza, pero sigue siendo fundamental que la población tome medidas de protección”, concluyó.
Diferencia entre el COVID-19 y la gripe
Los síntomas del COVID-19 pueden variar ampliamente, pero los más comunes incluyen fiebre, tos, dolor de garganta, dificultad para respirar, fatiga, dolores musculares y pérdida del gusto o el olfato. Otros síntomas menos frecuentes, pero importantes, son diarrea, dolor de cabeza intenso y erupciones cutáneas. En algunos casos, las personas infectadas pueden presentar síntomas leves o incluso ser asintomáticas, lo que facilita la transmisión sin ser detectada.
Es crucial estar atentos a los signos de alerta del COVID-19, que pueden indicar complicaciones graves y la necesidad de atención médica inmediata. Estos incluyen dificultad persistente para respirar, dolor o presión en el pecho, confusión, dificultad para mantenerse despierto y coloración azulada en labios o rostro. Si se presentan estos síntomas, se recomienda buscar asistencia médica de emergencia para evitar complicaciones mayores, especialmente en grupos vulnerables como adultos mayores y personas con condiciones preexistentes.
Aunque el COVID-19 y la gripe comparten ciertos síntomas, existen diferencias clave entre ambos. En el caso del COVID-19, la pérdida del gusto o el olfato es un síntoma distintivo, mientras que en la gripe es poco frecuente. Además, el COVID-19 tiende a presentar una mayor probabilidad de causar cuadros graves en los pulmones, como neumonía, en comparación con la gripe. Por otro lado, los síntomas de la gripe suelen aparecer de manera más repentina, mientras que los del COVID-19 pueden desarrollarse de forma más gradual. Identificar estas diferencias es esencial para un diagnóstico adecuado y el manejo oportuno de cada enfermedad.