Cuando un visitante llega por primera vez a la plaza Manco Cápac, en La Victoria, es posible que se sienta desorientado. Esta impresión puede ser notada por los transeúntes que se apresuran por los alrededores durante las primeras horas de la mañana. Con el transcurrir del tiempo, el turista podría recurrir a alguien para solicitar la ubicación que necesita.
El visitante podría solicitar una dirección a un comerciante. Mientras tanto, una estatua en el centro de la plaza señala con su brazo extendido lo que en el siglo XX fue el prostíbulo más conocido de Lima. Si bien esa no sería la ubicación que busca, el dedo índice derecho del inca Manco Cápac apunta hacia el antiguo jirón Huatica, una vía que abarcaba siete cuadras desde la Alameda Grau hasta Sebastián Barranca.
Entre 1928 y 1956, el jirón Huatica se convirtió en el centro de casas de citas por disposición de las autoridades municipales. Desde las ventanas de sus cuartos, las trabajadoras sexuales esperaban a los clientes que recorrían la zona en busca de placer fugaz.
Si bien los prostíbulos de La Victoria contaban con autorización municipal para operar, no estaban exentos de cumplir con ciertas restricciones. En enero de 1944, se emitió el Reglamento de Licencias y Multas Especiales de Policía, que determinaba que las casas de tolerancia o prostitución debían estar a más de 100 metros de colegios, iglesias, conventos, cuarteles y hospitales.
Conforme pasaron los años, Huatica dejó de estar en los márgenes de la ciudad y pasó a integrarse dentro de ella. Ante esta nueva realidad, algunos residentes de los alrededores comenzaron a expresar su malestar por la presencia de la prostitución en la zona.
Antes de las quejas vecinales, una embajada europea había expresado su protesta porque una frase asociada a un acontecimiento histórico se usaba como referencia para un conjunto de prostíbulos. Se trataba del “XX de Setiembre”, fecha importante en la historia de Italia.
El antiguo nombre del jirón Huatica llegó a preocupar a una embajada
Antes de llamarse jirón Huatica, la vía que abarcaba las siete cuadras repletas de prostíbulos era conocida como calle XX de Setiembre, una denominación importante para la comunidad italiana.
Como es sabido, el 20 de septiembre de 1870 marca la unificación italiana, cuando Roma, la última región bajo control papal, se integró finalmente al Reino de Italia. En esa fecha, la toma de Roma representó el cierre del proceso de unificación italiana, conocido como el Risorgimento.
Con este hecho, terminó el dominio de los Estados Pontificios, que había durado alrededor de 1116 años, desde el 754 hasta 1870. Hoy, este evento es ampliamente recordado en Italia, donde muchos pueblos han nombrado una calle como Via XX Settembre en su honor.
En cuanto al malestar expresado por una embajada europea, es importante aclarar que se trataba de la representación de Italia. Sobre este asunto, Roberto Prieto Sánchez escribió al respecto en su libro “Guía secreta: barrios rojos y casas de prostitución en la historia de Lima”.
“La zona urbana conocida como El Veinte, en la calle XX de Setiembre, que guareció por varios años y sin ningún sobresalto al oficio más antiguo del mundo, tuvo su primer revés al tener que variar de nombre debido a la queja de la embajada de Italia, que consideró que se manchaba el significado histórico de esa fecha al equipararlo con un oficio inmoral”, señaló el investigador.
La inmoralidad habría sido la principal preocupación de un sector de la población peruana, dado que la delincuencia no se manifestaba en toda su magnitud en la zona. Sobre esto escribió Marco Aurelio Denegri.
“(...) La delincuencia reinante en Huatica era supuesta. Lo comprobé repetidas veces recorriendo el jirón a las horas más peligrosas: a las dos de la mañana, a las tres, a las cuatro, o sea cuando no había el menor asomo de vigilancia policial. Nunca me pasó nada. No digo que la gente de por allí fuese celestial. Tal vez había hampones, uno que otro, tal vez; pero lo que no había era hampa organizada”, escribió Denegri en “Recuerdos Huatiqueros”.
El investigador Prieto Sánchez señaló que el nombre Huatica fue elegido en referencia al brazo del río que corría detrás de la vía y marcaba el límite de la ciudad, abarcando siete cuadras desde la Alameda Grau hasta Sebastián Barranca. Actualmente, el jirón Huatica ha sido renombrado como jirón Renovación.
Más información:
Mario Vargas Llosa regresa al prostíbulo inmortalizado en ‘La ciudad y los perros’
A casi 70 años de su cierre, Mario Vargas Llosa volvió al antiguo jirón Huatica, ahora conocido como jirón Renovación. No estuvo solo, sino acompañado de su hijo Álvaro, quien utilizó su cuenta en X, en enero de 2025, para compartir este acontecimiento con la opinión pública. “Paseo (y sonrisa pícara) por el legendario barrio rojo de Lima, el antiguo Jr. Huatica en La Victoria”, escribió.
Agregó que este lugar era frecuentado por los rijosos cadetes de ‘La ciudad y los perros’. En esta novela, se narra, entre otros episodios, cómo Alberto Fernández, conocido como ‘el Poeta’ y alter ego de Vargas Llosa, se sentía fascinado por una prostituta apodada ‘la Pies Dorados’, quien trabajaba en el jirón Huatica.