Elita Farro Medina, pareja del fallecido empresario Nilo Burga, reveló a los agentes de la División de Investigación de Homicidios de la Policía Nacional (PNP) que su expareja recibió una amenaza directa antes de ser hallado muerto. La declaración, difundida este sábado por La República, aviva la teoría de que el empresario fue víctima de un crimen con el propósito de silenciarlo.
Burga, propietario de Frigoinca, fue localizado sin vida el 25 de diciembre en la habitación 301 del Hotel Sauna Luz y Luna, en Magdalena del Mar. Los efectivos sospechan que fue asesinado a puñaladas y que sus atacantes simularon un suicidio.
Farro explicó que Burga estaba enfocado en organizar su defensa ante la Fiscalía, que investiga a Frigoinca por presuntamente suministrar toneladas de conservas en mal estado al programa Qali Warma. Además, se les atribuye posibles sobornos a funcionarios del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social y del Ministerio de Salud para pasar por alto intoxicaciones masivas de escolares causadas por los productos de la marca “Don Simón”.
“La última vez que lo vi fue a las 2 de la tarde (del 25 de diciembre). Salió de la casa para encontrarse con su abogado, ya que quería entregar unos escritos que ese mismo día, en horas de la mañana, yo le ayudé a pasar en limpio, relacionados con los problemas que viene teniendo con la fiscalía por su empresa Frigoinca”, narró a los efectivos.
Siempre según el informe, la viuda agregó que no existió señal alguna de que Burga estuviera considerando acabar con su vida. “En la mañana (del 25 de diciembre), Nilo se encontraba sentado en la mesa donde almorzamos. Se encontraba escribiendo en varias hojas y me pedía que lo ayude. (…) Me comienza a decir que estaba escribiendo una carta para dársela a su abogado y a su vez la entregara a la fiscalía por el caso de su empresa Frigoinca. Quería que el borrador que había hecho, lo pasara yo a limpio, porque él ya no podía escribir más. Fue el caso que yo con mi puño y letra con lapicero azul transcribía, y él me dictaba algunas cosas que agregaba”, señaló.
Desde octubre, Frigoinca había quedado bajo la lupa tras una investigación periodística que revelaba problemas graves con los productos de “Don Simón”. La difusión del caso llevó al programa Qali Warma a retirar las conservas de los colegios, perjudicando no solo a la empresa, sino también a numerosos proveedores afectados por el escándalo.
Burga se mostró determinado a defender su compañía. El 4 de diciembre, según el diario, organizó una reunión con varios proveedores en una oficina en Miraflores. Nervioso, y visiblemente emocionado, aseguró haber solicitado pruebas de laboratorio a las conservas para certificar su calidad. Testigos de la reunión afirmaron que no daba señales de desesperación o miedo, sino de firmeza en esclarecer las acusaciones.
“(Él) mencionaba que la fiscalía debía verificar bien los productos y lo hiciera con un buen laboratorio certificado. Además, mencionaba a una señora de nombre Noemí (Alvarado Llanos), que era como una vendedora de su empresa. Y que ella había hecho todo un círculo para poder vender más”, declaró Farro en referencia a la exempleada a la que Burga acusaba de traición.
Tras aparecer públicamente en un programa dominical, Alvarado había confirmado presuntos pagos de sobornos para favorecer a Frigoinca, lo cual complicó aún más la posición del empresario.
“Tú eres el siguiente”
Cuando las autoridades preguntaron a Farro si Burga había recibido amenazas de muerte antes de su fallecimiento, ella relató: “Una vez mostró un mensaje que él había recibido que decía: ‘Tú eres el siguiente y no te vas a escapar’, el cual me imagino que debe estar en su teléfono”.
Según Farro, el empresario frecuentaba desde hace años el Hotel Sauna Luz y Luna, particularmente la habitación 301, donde fue hallado muerto. Señaló que utilizaba el establecimiento para reuniones de trabajo, sauna y como cochera durante compras en Magdalena, lo que sugiere que los autores del presunto crimen pudieron conocer sus hábitos.
La viuda también declaró que Burga le comentó que Alvarado “había sido pagada para hacerle daño”. En la camioneta del empresario, la PNP encontró manuscritos relacionados con su defensa ante la Fiscalía y en los que acusaba a su exempleada de conspirar con competidores para perjudicar a su compañía.
Acusaba conspiración
De acuerdo con los papeles, Alvarado habría entregado un celular asignado por Frigoinca, que contenía evidencia sobre sobornos y prácticas ilegales de la compañía. Burga alegaba que Alvarado, a quien trataba “como una hija”, gestionaba los sobornos a funcionarios públicos y aprobaba pagos tras coordinar con su hijo.
Siempre según el diario, el empresario asumió en sus escritos responsabilidad por algunos pagos y decisiones, pero mantenía la teoría de un complot organizado por competidores para destruir su empresa.