Las lluvias registradas en varios distritos de Lima la madrugada del 3 de enero, sumado a las precipitaciones que se registran en la zona andina, causaron que las aguas del río Rímac aumentaran su caudal alcanzando los 92 metros cúbicos por segundo y superando el umbral naranja . Debido a ello, el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) estableció una alerta roja por las altas probabilidades de activación de quebradas.
Imágenes compartidas por Canal N evidenciaron la preocupación tanto en las zonas urbanas como rurales. A la altura del Puente Trujillo, en el distrito del Rímac, el nivel del agua captó la atención de numerosos curiosos que se detuvieron para observar el flujo intenso del río. También en Huampaní, Lurigancho-Chosica, la situación también generó pánico entre los vecinos, quienes manifestaron su temor ante un posible desborde que podría afectar al menos 20 viviendas.
Ante el riesgo de lluvias continuas en la sierra y selva del país, según lo advertido por el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), muchas familias se preparan para buscar refugio en zonas más seguras. Oswaldo Vargas, alcalde de Lurigancho-Chosica expresó su preocupación este 4 de enero y comparó la situación con los desbordes e inundaciones ocurridos en el 2017 con el Fenómeno de El Niño Costero.
“Lo que pasa es que el río Rímac no ha tenido un tratamiento ni la construcción de muros de contención. Se ha trabajado en lo que es defensa ribereña. En su momento, la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios contrató maquinaria para descolmatar el río Rímac, limpiar el cauce y botar todo el material a la margen derecha e izquierda. Sin embargo, cuando el río crece caudalosamente, se lleva todo ese material que ha sido colmatado y, entonces, el trabajo se pierde justamente en el agua”, declaró la autoridad edil en una entrevista con Exitosa Noticias.
El burgomaestre criticó la falta de previsión de las autoridades nacionales. “Lo que se ha debido hacer, en el mes de mayo que estaba exigiendo de mayo a diciembre, es construir muros de contención y reforzar los puentes para poder estar preparados, por lo menos, ante cualquier caída de huaicos. Mire lo que está pasando en Chosica, el río Santa Eulalia se une en la parte alta con el río Rímac y le hace más caudaloso a todo el río Rímac, desde Chosica hasta la Gran Lima”, mencionó.
También detalló que las brigadas de emergencia han sido activadas en varias quebradas de la zona, pero enfatizó que el río Rímac representa un desafío mayor. “Actualmente no es posible ingresar maquinaria. La Maquinaria pesada ingresa cuando estamos a 40 metros cúbicos por segundo. Ahora, en este momento se encuentra a casi 80 metros cúbicos”, sostuvo.
Pedido de estado de emergencia
El alcalde hizo un llamado urgente al gobierno central para priorizar las obras de infraestructura en el río. Cabe mencionar que Gustavo Mayor Bolívar, subgerente de Defensa Civil, Prevención, Reducción y Reconstrucción de la Municipalidad de Lurigancho-Chosica, subrayó la necesidad de declarar el estado de emergencia para agilizar la atención y protección de la población.
“Estamos insistiendo en que se evalúe esta solicitud. Chosica ha enfrentado eventos similares incluso sin la presencia de fenómenos como El Niño, lo que evidencia las condiciones vulnerables de la zona”, manifestó.
Recuento del Niño Costero en 2017
El fenómeno de El Niño Costero de 2017 dejó una profunda huella en Lima Metropolitana, con huaicos, inundaciones y desbordes que afectaron múltiples distritos. Entre los más golpeados, San Juan de Lurigancho enfrentó el colapso del puente Huaycoloro, la inundación de Zárate, Campoy y Huachipa, y el desborde de quebradas como Media Luna.
En Lurigancho-Chosica, intensas lluvias activaron quebradas que destruyeron viviendas, vías y cultivos, mientras que en Punta Hermosa un huaico interrumpió la Panamericana Sur y destacó la icónica imagen de Evangelina Chamorro emergiendo del lodo.
Otros distritos como Rímac, Comas, Pachacamac, y Ancón sufrieron severos daños por desbordes de ríos y huaicos, afectando tanto infraestructura como viviendas. En paralelo, la planta de tratamiento de agua de Sedapal en La Atarjea quedó comprometida, llevando a una racionalización masiva del servicio en 27 distritos de Lima y Callao.
Según cifras de Defensa Civil, los estragos en la región Lima dejaron 16,000 damnificados, 41,000 afectados, 17 fallecidos, 139 puentes destruidos y 962 kilómetros de carreteras inhabilitadas. La magnitud de la tragedia evidencia la necesidad de medidas preventivas para evitar que esta historia se repita.