Los moteles de Lima en la década del 50: parejas de clases media y alta no podían alquilar habitaciones por muchas horas

El precio del alquiler era bastante elevado, y, además, era necesario disponer de vehículo propio para poder acceder al lugar y retirarse de él

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Existe una estrecha relación entre
Existe una estrecha relación entre los hostales actuales y los moteles de la década del 50. (Composición Infobae: El Peruano)

El amor necesita espacios donde pueda florecer sin interrupciones, donde las miradas y los gestos encuentren su lugar lejos del ruido cotidiano. Para muchas parejas, los hostales ofrecen ese refugio, un entorno diseñado para el encuentro íntimo.

Al llegar al umbral de la puerta del edificio, una pareja entra con la intención de compartir unas horas de intimidad, tiempo suficiente para reconectar, fortalecer su vínculo y disfrutar de la compañía mutua lejos de distracciones.

Por otro lado, hay quienes prefieren los hoteles, espacios donde pueden prolongar ese encuentro y disfrutar de una experiencia más completa que incluye descanso, servicios adicionales y la posibilidad de convivir en un ambiente más relajado.

Hostal ubicado en Puno, Perú.
Hostal ubicado en Puno, Perú. (www.booking.com)

En la década del 50, estas opciones no estaban disponibles, ya que los hostales, tal como los conocemos hoy, no existían. Lo que predominaba era el motel, un lugar destinado a encuentros breves, donde las parejas contaban con un espacio privado para compartir momentos de intimidad.

Habiendo mencionado esto, resulta pertinente conocer dónde solían ubicarse los moteles, quiénes eran los principales usuarios de estos espacios y si sus servicios resultaban costosos. Comprender estos aspectos ayudará a entender la evolución de estos lugares y cómo, en la actualidad, se relacionan con los hostales.

Los primeros moteles de Lima

Existe una estrecha relación entre los hostales actuales y los moteles de la década del 50. Ambos, aunque surgieron en épocas distintas, compartían la práctica de alquilar sus habitaciones por horas. Sin embargo, surge la pregunta: ¿cuál de los dos apareció primero? Para responder a esta duda y a otras inquietudes sobre la evolución de estos espacios, es pertinente citar a Pedro Pablo Ccopa, quien escribió el libro “Eros liberado. Hostales y Sexualidad en la Lima de los Noventa”.

El material impreso señala que los moteles de Lima, así como cierto tipo de hoteles de décadas anteriores (antes del 2000), son los antecedentes más cercanos de los hostales.

Así lucía un hostal de
Así lucía un hostal de Lima antes del nuevo milenio. (Difusión)

“Antes, los espacios o establecimientos utilizados por las parejas para el amor voluptuoso tenían la característica de ser casi asolapados para la mayoría del gentío. (...) Unos, como los moteles, espacios eróticos de los 50-60, de uso público aunque no masivo, estaban ubicados en la periferia de la ciudad, o bien en la cercanía pero discretamente instalados”, escribió Ccopa.

Uno de los moteles más conocidos para parejas es el conocido como “5 ½” (“Cinco y medio”), un complejo que combina habitaciones, salón de baile y un espacio para el comercio carnal. Su nombre proviene de su ubicación, en el kilómetro correspondiente de la Carretera Central.

De acuerdo con el investigador, el costo de alquiler era relativamente alto, y además, era indispensable contar con transporte propio para poder ingresar y salir del lugar. El pago cubría únicamente el uso o permanencia durante un período de dos horas.

Libro “Eros liberado. Hostales y
Libro “Eros liberado. Hostales y Sexualidad en la Lima de los Noventa”.

“Una de las mayores ventajas de los moteles es la discreción. Las parejas no necesitan registrarse para usar sus habitaciones. (...) Recordemos que en su época de apogeo, eran lugares preferidos por parejas de sectores sociales medios y altos”, señaló el investigador.

En la década de los 50, los hoteles “clandestinos” competían con los moteles de la capital al alquilar discretamente sus habitaciones, orientadas más hacia el sexo que al alojamiento, debido a la creciente demanda de estos espacios por parte de las parejas.

Finalmente, alrededor de 1993, los hostales comenzaron a ofrecer alojamiento temporal. Sin embargo, con la llegada del nuevo milenio, su uso se orientó más hacia la intimidad de las parejas, similar a los moteles de los años 50, aunque ahora el tiempo de permanencia se extendió a cuatro horas en lugar de dos.

Más información:

¿Cuántos hostales había en Lima hasta el año 1999?

En las últimas décadas, el crecimiento de los hostales en diversas ciudades del Perú ha sido considerable, con una demanda que responde a las necesidades de quienes buscan opciones de alojamiento más accesibles y cercanas. Los peruanos han sabido aprovechar esta tendencia, viendo en los hostales una oportunidad de negocio rentable, especialmente en fechas especiales como el Día del Amor, cuando la demanda por hospedaje se incrementa.

En ese sentido, es menester dar a conocer cuántos hostales había en 1999. El sociólogo Pedro Pablo Ccopa señaló que en Lima Metropolitana existían 1.848 posadas, aproximadamente.

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