El fin de año en el norte del Perú se vive en medio de un panorama de contrastes. Por un lado, el Ente Gestor de Playas del Norte ha emitido un comunicado indicando que casi todos los servicios turísticos se encuentran en perfectas condiciones para recibir a los visitantes en esta temporada de Año Nuevo 2025 y de cara al verano. Por el otro, la Capitanía de Talara ha reiterado que, por seguridad, se prohíbe cualquier actividad en el mar hasta, por lo menos, el 4 de enero. Esto, debido a los fuertes oleajes anómalos que han azotado la costa norte en los últimos días y cuyos efectos aún se perciben en la infraestructura de los balnearios.
En su comunicado que fue republicado en las redes sociales de las municipalidades de Talara y Máncora, el Ente Gestor de Playas del Norte, una plataforma de gestión integrada por el sector público y privado de los distritos que conforman este destino turístico, destacó la resiliencia de la comunidad ante los llamados “maretazos”. Aun reconociendo que algunos hoteles y zonas específicas sufrieron daños, la organización aseguró que solo cuatro establecimientos han sido afectados directamente. El resto de la infraestructura turística, restaurantes, hostales y servicios, afirman, está en óptimas condiciones para operar y dar la bienvenida a los visitantes.
“Sabemos que los recientes oleajes han sido noticia, y sí, nos han retado como comunidad. Pero en el Norte somos resilientes por naturaleza (…) Queremos aclarar que, de todos nuestros alojamientos disponibles, únicamente 4 hoteles se han visto afectados (lamentamos mucho)”, indica el comunicado, firmado por Aldo Durand Illescas, presidente del Ente Gestor Playas del Norte.
“No dejes que el miedo te haga perder la oportunidad de celebrar en el mejor destino de playas del Perú. (...) ¡No canceles, confía en el Norte! Te esperamos para darle la bienvenida al 2025 como solo aquí sabemos hacerlo: con alma, playa y sol”, concluye el documento.
Posición de la Capitanía: alerta y prohibición de actividades en el mar
En contraste con el llamado optimista del Ente Gestor, las autoridades marítimas mantienen una postura de cautela. El contralmirante César del Álamo Carrillo, jefe del distrito de Capitanía de Talara N.º 1, informó a RPP Noticias el día 30 de diciembre que el mar “todavía se encuentra con movimiento más allá de lo normal” y se ha establecido la prohibición de actividades económicas y recreativas en el agua, al menos, hasta el 4 de enero.
“Ninguna actividad se permite en el mar hasta -por lo menos- el día 4 (de enero), previa evaluación. (…) Los turistas son bienvenidos, se recomienda que no ingresen al mar por el momento. Pueden disfrutar de los restaurantes locales, la vista y la zona, pero -por favor- no ingresen al mar”, subrayó Del Álamo.
La Dirección de Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra del Perú había advertido desde el 22 de diciembre sobre la posibilidad de oleajes anómalos. Según precisó el contralmirante, estas recomendaciones se hicieron con suficiente anticipación para que las autoridades locales y la población puedan tomar medidas preventivas.
Efectos de los maretazos en las playas
Los denominados “maretazos” del 28 de diciembre dejaron huellas notorias en el litoral piurano. Un reporte de RPP Noticias reveló que, en el muelle El Ñuro, en Talara, varias estructuras quedaron seriamente dañadas por el fuerte oleaje anómalo: barandas desprendidas, pisos rajados e incluso parte del techo removido por la fuerza de las olas. Los pescadores artesanales también se vieron afectados al no poder realizar sus faenas con normalidad, lo que se traduce en pérdidas económicas para ellos y sus familias.
Asimismo, el malecón turístico de Máncora, uno de los principales atractivos de la zona, ha quedado completamente destruido, mientras que la tradicional playa de arena ha desaparecido, transformándose en una de piedras tras el impacto de las olas. Otros medios locales agregaron que en algunos tramos costeros de la provincia se observaron restos de construcciones, palos y desechos en la orilla, evidencia de la fuerza con la que el mar ingresó a la zona. Pese a ello, las autoridades municipales se han movilizado para mantener limpias las áreas turísticas y asegurar los accesos a hoteles y restaurantes.