El litoral de Piura atraviesa días difíciles a causa del fuerte oleaje anómalo, popularmente llamado “maretazo”, que golpea las playas y puertos del norte del Perú desde el pasado 28 de diciembre. Una de las zonas más afectadas es el muelle artesanal de El Ñuro, en la provincia de Talara, conocido internacionalmente como hogar de numerosas tortugas marinas. Sus barandas, escaleras y la infraestructura que recibe a turistas de todo el mundo resultaron seriamente dañadas tras el paso de las imponentes olas que superan los tres metros de altura.
A simple vista, en el muelle de El Ñuro se observan barandas totalmente desprendidas, pisos con grietas e incluso un muro de concreto que fue arrastrado varios metros por la fuerza de las aguas. Esta situación no solo afecta a quienes viven del turismo, sino también a los pescadores artesanales que debieron suspender sus actividades para salvaguardar su seguridad.
El Ñuro no es el único lugar en Piura que sufre los estragos del fuerte oleaje. El Gobierno Regional de Piura ha reportado severas afectaciones en los Desembarcaderos Pesqueros Artesanales (DPA) de Máncora, Los Órganos y Cabo Blanco. En Máncora, por ejemplo, se han perdido 15 metros de baranda y la plataforma de embarque quedó inutilizable. A su vez, el muelle de Los Órganos registra escaleras de embarque desprendidas y daños estructurales. La situación se repite a lo largo de la costa, donde el turismo y la pesca artesanal convergen como dos actividades esenciales para la economía local.
Suspensión de actividades en el litoral
El contralmirante César del Álamo Carrillo, jefe del distrito de Capitanía de Talara N° 1, recalcó en declaraciones a RPP que se ha decretado la prohibición de toda actividad recreativa en el mar, al menos hasta el 4 de enero. La medida busca proteger tanto a los residentes como a los visitantes, quienes en estas fechas acostumbran ingresar a las playas o salir en embarcaciones para disfrutar de paseos y prácticas deportivas.
“Ninguna actividad se permite en el mar hasta -por lo menos- el día 4 (de enero), previa evaluación. El mar todavía se encuentra con movimiento más allá de lo normal. Los turistas son bienvenidos, se recomienda que no ingresen al mar, por el momento. Pueden disfrutar de los restaurantes locales, la vista y la zona, pero -por favor- no ingrese al mar”, indicó la autoridad naval, insistiendo en la importancia de acatar las restricciones y respetar las indicaciones de la Capitanía.
La Dirección de Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra del Perú informó que este fenómeno continuará por tiempo indeterminado, y que influyen factores como la fase de luna nueva y perturbaciones surgidas en el hemisferio norte. Por ello, las advertencias se emitieron desde el 22 de diciembre, buscando que las regiones costeras tomen las medidas necesarias para evitar mayores pérdidas materiales y humanas.
Pescadores y turistas en la incertidumbre
La pesca artesanal, fuente principal de ingresos para un gran número de familias en la región, se ha visto perjudicada ante la imposibilidad de zarpar con normalidad. Más de 100 pescadores continúan en altamar o han quedado varados, con escasos recursos de agua y combustible. Para quienes logran acercarse a tierra, la situación no mejora: sus embarcaciones están expuestas al rompiente de grandes olas, poniendo en riesgo la inversión de toda una vida.
El Gobierno Regional de Piura, a través de la Dirección de la Producción, también realiza inspecciones para evaluar daños, especialmente en aquellos muelles y desembarcaderos que proveen fuentes de trabajo para las comunidades costeras. Pese a los esfuerzos, la fuerza de la naturaleza dejó pérdidas económicas cuantiosas, tanto para pescadores artesanales como para operadores turísticos, quienes esperan una pronta mejora en las condiciones del mar para reactivar sus actividades y recuperar parte de lo perdido.