Wanda del Valle Bermúdez, conocida como ‘La Bebecita del Crimen’, pasó de ser una de las figuras más temidas del crimen organizado en Perú a enfrentar la justicia. Su extradición desde Colombia el pasado 30 de diciembre marca un hito en las investigaciones que la señalan como la mente detrás de un escalofriante plan para asesinar al coronel de la Policía Nacional del Perú (PNP) Víctor Revoredo.
Según las autoridades, Wanda habría ofrecido 50 mil soles, además de una casa, vehículos y un arsenal de armas, para garantizar la muerte del jefe policial, quien encabezó la lucha contra la criminalidad extranjera en el país.
El traslado de Wanda al Perú, producto de una operación internacional en la que participaron la Interpol, la Policía Nacional de Colombia y el FBI, encierra la historia de una joven de 27 años que supo escalar dentro de las redes delictivas hasta convertirse en pieza clave del Tren de Aragua, una de las organizaciones criminales más peligrosas de Sudamérica.
Ahora, se encuentra tras las rejas, enfrentando una orden de prisión preventiva de 18 meses mientras las autoridades peruanas buscan desentrañar la verdadera magnitud de sus actividades ilícitas.
Un plan que estremeció
El caso que involucra a Wanda del Valle tomó fuerza tras la captura de Deyvis Leandro Godoy Rodríguez, un sicario venezolano que reveló detalles espeluznantes sobre el supuesto complot contra el coronel Revoredo.
De acuerdo al testimonio, la ‘Bebecita del crimen’ no escatimó en promesas para eliminar al oficial y ofreció además de los 50 mil soles, un salario mensual, propiedades y control de una plaza de extorsión.
“Me mostró la foto del coronel en su celular y explicó todo lo que ofrecía por el trabajo”, relató Godoy durante su declaración.
La intención de Wanda era formar un equipo de gatilleros traídos desde Venezuela, varios de ellos presuntamente ligados al Tren de Aragua. Entre los nombres mencionados figuran sicarios conocidos como “Morocoto” y “Pirueta”, quienes, según las investigaciones, operaban desde Chimbote, al norte de Lima.
La magnitud del plan dejó claro que Wanda buscaba eliminar a uno de los principales responsables de las operaciones policiales contra el crimen organizado. Según las autoridades, la joven llegó a ofrecer el control de armas y recursos almacenados en tres búnkeres ubicados en San Juan de Lurigancho, La Victoria y el Callao, desde donde manejaba extorsiones, tráfico de drogas y provisiones para sus redes criminales.
Encuentros y propuestas siniestras
Godoy también detalló cómo Wanda intentó reclutarlo personalmente. Según su declaración, ella lo citó en el Parque Universitario, en pleno centro de Lima, donde no solo le mostró imágenes del coronel, sino que además le ofreció un pago de 7 mil soles por asesinato y un salario mensual de 10 mil soles para supervisar sus operaciones de extorsión.
“Quería que asumiera el frente de su organización. Me ofreció dinero, pero le dije que no estaba de acuerdo”, narró Godoy. A pesar de haber rechazado la propuesta, el testimonio del sicario dejó en evidencia el nivel de organización y recursos con los que Wanda operaba dentro del país.
El coronel PNP Fernando Guzmán Ávalos describió a Godoy como un delincuente meticuloso, cuya confesión permitió a las autoridades profundizar en las operaciones de Wanda y sus nexos con redes criminales internacionales.
La caída de la ‘Bebecita’
El 6 de diciembre de 2023, tras semanas de seguimiento, Wanda fue capturada en Usme, una localidad al sur de Bogotá, Colombia. La operación, ejecutada por la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijín), con el apoyo de organismos internacionales, marcó el inicio de su traslado al Perú. La notificación roja de Interpol, que alertaba sobre su búsqueda con fines de extradición, facilitó su detención.
Su llegada a Lima el pasado 30 de diciembre fue gestionada por la Oficina de Cooperación Judicial Internacional y Extradiciones, en coordinación con el Ministerio Público y Migraciones. Apenas aterrizó, fue puesta a disposición del Séptimo Juzgado de Investigación Preparatoria Permanente de San Juan de Lurigancho, donde se determinará su responsabilidad en los delitos de conspiración para sicariato y otros crímenes graves.
Del ascenso al abismo
Nacida en Venezuela, Wanda del Valle Bermúdez comenzó a llamar la atención de las autoridades peruanas en agosto de 2022, cuando fue intervenida junto a su pareja, Christopher Fuentes González, alias “Maldito Cris”, en una discoteca de San Juan de Lurigancho. A pesar de haber quedado en libertad en esa ocasión, su vínculo con el Tren de Aragua pronto salió a la luz.
La organización criminal, originaria de Venezuela, opera en varios países y es responsable de delitos que van desde el tráfico de drogas hasta asesinatos por encargo. Según la Policía Nacional, Wanda desempeñaba un rol central en las operaciones de esta red, liderando actividades como extorsiones y planificaciones de asesinatos.
El caso de Wanda no solo expone la expansión del Tren de Aragua en territorio peruano, sino también los desafíos que enfrentan las autoridades para combatir a estas organizaciones transnacionales.