El cierre de los puertos en el litoral peruano, que podría extenderse más allá del 1 de enero de 2025 por los fuertes oleajes, ha comenzado a generar estragos en la descarga de Gas Licuado de Petróleo (GLP) en Lima. Aunque se han tomado medidas para mitigar el impacto, como el uso del terminal de Pluspetrol, en Pisco, ubicado a unos 230 kilómetros (143 millas) de la capital peruana, la emergencia climática anticipa un nuevo capítulo de escasez de este combustible debido a las cercanías de las fiestas de fin de año.
De acuerdo con Abel Camasca, presidente de la Asociación de Empresas Envasadoras (Aseeg), la coordinación entre el Departamento de Hidrografía y los operadores portuarios ha permitido cierta estabilidad temporal, pero la incertidumbre persiste.
Algunos buques lograron descargar antes del cierre, como el caso de un barco que descargó 5.000 toneladas de GLP en el terminal de Solgás el 24 de diciembre. Sin embargo, otros buques que llegan desde Pisco enfrentan restricciones para operar en las condiciones actuales.
El impacto en los inventarios ya comienza a sentirse. Según Camasca, terminales como el antes mencionado han reducido sus niveles de almacenamiento, lo que los ha llevado a implementar racionamientos. Por otro lado, el terminal de Zeta Gas aún cuenta con inventarios suficientes para atender a su clientela, aunque esta situación podría cambiar si el cierre de puertos se prolonga.
“Los inventarios están a tope. Se está coordinando para tener una ventana que permita realizar descargas por estos días, porque el GLP en las esferas de almacenamiento de Lima no alcanzará hasta el próximo 4 de enero”, declaró para Infobae Perú.
Aunque la capital ha tenido importantes avances en la masificación del gas natural de Camisea -otro tipo de combustible-, la ampliación del terminal de GLP de Pluspetrol, en Pisco, ha sido clave para evitar un desabastecimiento mayor. Este terminal permite que las cisternas de todo el país se abastezcan en un plazo de 24 horas, lo que ha aliviado parcialmente la presión sobre el mercado.
Sin embargo, el traslado de cisternas desde Pisco hacia Lima y otras regiones incrementa el tráfico en las carreteras y prolonga los tiempos de logística, especialmente en una temporada de alto flujo vehicular debido a las fiestas de fin de año. Largas colas de cisternas de GLP se mezclarían con los viajeros rumbo al sur del país.
Si bien el terminal ha demostrado ser eficiente en la atención virtual del mercado, un aumento en la demanda podría saturar su capacidad operativa. Esto, a su vez, podría generar retrasos adicionales y complicar aún más el abastecimiento de GLP en el país. Esto significaría un alza también de los costos de transporte del GLP hacia regiones del sur, como Arequipa, Cusco y Moquegua.
“Urge que se cumpla con los inventarios de 15 días de almacenamiento. Actualmente, los han bajado a 3 haciendo juegos de palabras. Pero la situación ya no da para más. Estos oleajes son, cada vez, más frecuentes, y si no somos conscientes del cambio climático y no tomamos acción, la situación no tendrá marcha atrás”, remarcó para Infobae Perú.
Oleajes generan desabastecimiento de GLP en Lima: ¿Qué hacer?
Según el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), las condiciones marítimas adversas, previstas en el Aviso Especial Nº 82, se mantendrán desde el 29 de diciembre de 2024 hasta el 4 de enero de 2025, afectando las operaciones portuarias en gran parte del país.
Hasta el momento, el número de puertos cerrados ha ascendido a 101, lo que ha complicado la descarga de GLP y ha puesto en evidencia las limitaciones estructurales del sistema de almacenamiento y distribución en el Perú.
Para Erick García, exdirector de la Dirección de Hidrocarburos (DGH) del Ministerio de Energía y Minas (Minem), los proyectos de poliductos de GLP entre Lima y Pisco, o la construcción de nuevas esferas en la capital peruana con capital 100% privado, son, actualmente, insostenibles.
Prueba de ello es que la empresa de servicios logísticos Monte Azul propuso, en septiembre, cambiar su proyecto de cuatro esferas de GLP en Lima por tres tanques de almacenamiento de diésel y uno de gasolina, según el informe técnico sustentatorio (ITS) que presentó an Senace.
García señaló que es imperativo que el Estado impulse la construcción de esferas de almacenamiento mediante asociaciones público-privadas (APP) o a través de la identificación de terrenos disponibles por parte de Bienes Nacionales, con el objetivo de atraer inversión privada. “Si no se toman estas medidas, estamos perdidos”, advirtió el experto.
Además, el cambio climático ha sido identificado como un factor que podría agravar estas dificultades en el futuro. Según el especialista, los fenómenos climáticos extremos podrían intensificar los cierres de puertos y otros problemas logísticos, lo que subraya la importancia de adoptar medidas preventivas a largo plazo.
Pero esto depende de un mayor protagonismo del Ministerio de Energía y Minas (Minem) y su regulador en el sector, el Osinergmin, que tardan hasta 5 años, según García, en sacar adelante proyectos para nuevas plantas.
En el caso de Lima, además, se tiene la masiva llegada del gas natural, energético que obliga al GLP a ser una fuente solo complementaria. Por ello, el exdirector de la DGH recomienda impulsar el uso de este segundo combustible en las regiones donde se sabe, de plano, que no llegará la masificación del gas natural, en lugar de impulsar subsidios cruzados en estratos socioeconómicos A y B de Lima.
“Lo mejor es que el GLP se fomente en las regiones donde ya sabemos que no llegará nunca el gas natural por razones técnicas y económicas, sobre todo en el interior del país”, destacó para Infobae Perú.
¿Y los inventarios mínimos de GLP?
Originalmente, existía un reglamento de comercialización que exigía a las plantas de almacenamiento de combustibles, que entregan el GLP a los grifos y envasadoras, tener un inventario mínimo de entre 5 y 15 días para ser usado en caso de emergencia. Sin embargo, hoy solo se llega solo a 3, lo que provoca los desabastecimientos debido a los cada vez más continuos oleajes anómalos en el litoral peruano.
García explica que esta reducción -cuando él llega al Minem, el inventario de emergencia requerido era incluso de cero- obedece a que la demanda nunca estuvo calzada con las inversiones cuando se exigía tener este mínimo de entre 5 y 15 días de inventario de emergencia.
Así, cuando el operador cumplía con este nivel de abastecimiento mínimo congelado, debía dejar desprovisto al mercado local. No existía la suficiente capacidad instalada en su momento, y ahora la situación es peor, debido a las desinversiones cada vez más frecuentes en el sector.
Otra característica que se debe tomar en cuenta es que los precios referenciales de los combustibles que se publican para el mercado peruano -justamente por parte del Osinergmin- no incluyen un componente para la recuperación de las inversiones. Es decir, podría exigirse un precio más alto al consumidor peruano, a fin de que existan recursos para dotar de la infraestructura necesaria al mercado.
Para poner el polvo bajo la alfombra, Minem optó simplemente por suspender la exigencia de inventarios mínimos en las esferas. Y, aunque la demanda de GLP en el Perú no ha dejado de crecer desde entonces, lo cierto que ya no justifica realizar mayores inversiones.
“Ahora, ya no se puede hacer nada. Si entras a supervisar le será imposible cumplir con el requerimiento de entre 5 y 15 días de inventarios mínimos. Le sería físicamente imposible, y hay un principio legal que impide pedir algo inviable a los inversionistas”, dijo el experto
Además, también está el tema de cuántas multas colocó el Osinergmin mientras todavía no se suspendía la norma de entre 5 y 15 días. Para García, una actuación más severa del regulador habría obligado a los empresarios a sentarse en una mesa con el Estado peruano.
“No hay ni una sola multa a los comercializadores por no cumplir con los inventarios mínimos de GLP. Si el Osinergmin les hubiera clavado las multas que debía en su momento, empresas y Estado se hubieran sincerado para buscar alternativas. Hoy ya no es posible”, sentenció.