En el Perú, la tradición de regalar y usar flores amarillas durante las celebraciones de Año Nuevo se ha consolidado como una de las costumbres más emblemáticas. Este color, lleno de simbolismo y energía positiva, inunda mercados, hogares y corazones, marcando el inicio de un nuevo ciclo con esperanza y optimismo. Sin embargo, para esta despedida del 2024, los peruanos se han volcado a los mercados y florerías para adquirir flores secas y artificiales convirtiéndolo en la nueva moda de este año, ya que también en el Mercado Central, diversos negocios ofrecen estos productos.
En un recorrido que hizo Infobae Perú por Mesa Redonda y Mercado Central, son varios los negocios que optan por ofrecer flores amarillas artificales, ya que varios compradores manifestaron que prefieren de esta calidad debido a que duran más en el tiempo y no se marchitan. Además, que muchos llevan a provincias y temen que con las flores naturales sea un llamativo para el mosquito transmisor del dengue.
“Muchos compran para llevar a provincia, porque allá pasarán Año Nuevo y no quieren adquirir las naturales por temor al dengue, ya que muchos de sus familiares enfermaron, sobre todo en zonas del norte del país”, dijo una de las vendedoras.
Otra también agregó que las artificiales duran en el tiempo y adornan bien la casa con mucho color.
Precio de las flores amarillas artificiales
En el recorrido que hicimos por Mesa Redonda y Mercado Central, la venta de flores amarillas artificiales está de viento en popa, ya que se encuentran de todos los precios.
Un ramo pequeño de girasoles se puede adquirir desde 10 soles, mientras que los gladiolos se venden a 15 soles. Las margaritas lo podemos encontrar a 12 soles. También se pueden encontrar ramos dorados cuyos precios van desde los S/10.00. Las rosas amarillas están desde 12 soles.
Sobre las flores secas, el ramo se pueden encontrar desde los 15 soles.
Venta de flores amarillas en provincias
La tradición de las flores amarillas también es parte de las celebraciones de Año Nuevo en las regiones del Perú. En Cusco, a Puertas del Año Nuevo vemos bastante fluencia de público en comprar flores amarillas desde el mercado de Huancaro.
Cusco ha sido reconocida como uno de los mejores destinos del mundo para celebrar el Año Nuevo 2025, según la revista Condé Nast Traveler. Durante estas festividades, la ciudad se destaca por su arquitectura colonial y el espectáculo de fuegos artificiales a la medianoche. Sin embargo, las uvas y las flores amarillas invaden las calles y negocios de la ciudad imperial.
En Chiclayo, la venta de flores amarillas también están en todo su apogeo, pero a comparación de años anteriores, este 2024 los precios no se han incrementado como se tenía pensado, ya que se encuentran ramos desde los 15 soles.
El origen de la tradición de las flores amarillas
La costumbre de regalar flores amarillas en Año Nuevo en el Perú no tiene un origen único o definido, pero se encuentra ligada a creencias ancestrales y adaptaciones modernas. En muchas culturas, el amarillo simboliza el sol, la prosperidad y la abundancia. En el contexto andino, el sol ha sido históricamente una deidad central, representando la vida, el crecimiento y la renovación. Esta conexión con lo espiritual y lo natural podría ser una de las razones por las que el amarillo tiene un significado tan especial.
Con el tiempo, estas creencias se fusionaron con influencias occidentales y modernas que asociaron el color amarillo con la riqueza, la felicidad y la buena fortuna. Esta tradición, que se popularizó en la década de 1980 en ciudades como Lima y Cusco, ha ido ganando terreno hasta convertirse en un elemento esencial de las celebraciones de fin de año.
El simbolismo del amarillo en Año Nuevo
El amarillo es un color que evoca alegría, vitalidad y optimismo. Se cree que su presencia en las celebraciones de Año Nuevo atrae prosperidad y éxito para el ciclo que comienza. Además, en la psicología del color, el amarillo está asociado con la creatividad, la claridad mental y el entusiasmo, características que muchos buscan fomentar al iniciar un nuevo año.
En el caso específico de las flores amarillas, estas no solo representan deseos de buena fortuna, sino también la intención de llenar el entorno de energía positiva. Por ello, regalar un ramo de flores amarillas es visto como un gesto cargado de buenos deseos, ideal para compartir entre amigos y familiares.
Hoy en día, las flores amarillas son protagonistas en los mercados y florerías del Perú durante las últimas semanas de diciembre. Entre las especies más populares destacan los girasoles, las margaritas y las rosas amarillas, cada una con su propio simbolismo, pero todas con el mismo propósito: transmitir optimismo y prosperidad.
El uso de las flores no se limita a la decoración o los regalos. Muchas personas también las incorporan en rituales para atraer abundancia. Por ejemplo, colocarlas en el centro de la mesa durante la cena de Año Nuevo, combinarlas con velas amarillas o incluso incluir pétalos en baños rituales son prácticas comunes para comenzar el año con energía renovada.
La tradición de las flores amarillas ha trascendido el ámbito espiritual para convertirse también en un fenómeno cultural y comercial. En los días previos al Año Nuevo, los vendedores de flores reportan un aumento significativo en las ventas, mientras que las redes sociales se llenan de fotografías y mensajes relacionados con esta práctica.
Además, esta costumbre refleja la capacidad de los peruanos de mantener vivas sus tradiciones y adaptarlas a los tiempos modernos. En un mundo cada vez más globalizado, las flores amarillas no solo son un símbolo de esperanza y alegría, sino también un recordatorio del valor de nuestras raíces culturales.