El pasado 25 de diciembre, Nilo Burga, presidente del directorio de Frigoinca, fue hallado sin vida en la habitación de un hotel en Magdalena del Mar. La noticia conmocionó tanto al sector empresarial como al ámbito político, no solo por las circunstancias de su muerte, sino también por el contexto de las investigaciones en su contra.
A sus 65 años, Burga enfrentaba serias acusaciones por presuntamente liderar una red criminal que habría pagado sobornos a funcionarios de Qali Warma para asegurarse contratos millonarios con el Estado.
El caso Frigoinca estalló meses atrás, cuando una extrabajadora, identificada como Noemí Alvarado, denunció que la empresa distribuía conservas de la marca “Don Simón” que contenían carne de caballo y habrían provocado intoxicaciones en escolares de Puno y Cajamarca.
La revelación desató un escándalo que alcanzó a figuras prominentes del gobierno, como el ministro de Desarrollo e Inclusión Social, Julio Demartini, y el vocero presidencial, Freddy Hinojosa.
¿Suicidio o asesinato?
En los primeros días tras el hallazgo del cuerpo, el abogado de Burga, César Eucástegui, insinuó que podría tratarse de un suicidio. Según explicó, en el vehículo del empresario se encontró una carta de despedida que aparentemente llevaba su firma. “Lo ha hecho una tercera persona, pero lleva su firma”, señaló el letrado sobre el documento.
Eucástegui explicó que su cliente estaba bajo tratamiento psicológico, tras enfrentar allanamientos y una detención preliminar que habrían afectado gravemente su salud mental. Estas circunstancias, sumadas a la presión mediática y legal, podrían haber llevado a Burga a tomar una decisión extrema.
Sin embargo, con el pasar de los días, y más investigaciones realizadas por las autoridades, su opinión cambió. Ante la necropsia realizada por el Ministerio Público, en el que concluye que Burga murió por un shock hipovolémico, resultado de múltiples heridas de arma blanca en la nuca, el pecho y el abdomen, Eucástegui declaró a RPP que considera posible la hipótesis de que se tratase de un asesinato.
“Ahora estoy convencido de que se ha cometido un crimen”, manifestó. Según él, los detalles revelados por la Policía Nacional del Perú (PNP) y los resultados forenses evidencian que no se trató de un acto autoinfligido.
El abogado también señaló un posible móvil detrás de la muerte de su cliente: amenazas recibidas días antes de su fallecimiento. Según relató, Burga le mostró a su pareja un mensaje que decía: “El siguiente eres tú”.
“A la altura de la investigación, para mí, sí se habría cometido un delito, porque el supuesto manuscrito que él dejaba, entre comillas, despidiéndose, no es tan una despedida, al contrario, es un documento que iba a ser entregado al abogado para que este mismo [lo] ingrese a la Fiscalía. ¿Por qué digo esto? Uno, si yo quiero dejar un documento despidiéndome lo llevo a la habitación, no lo tengo guardado en mi vehículo; y uno de los extractos de este documento dice: yo, Nilo Burga, me dirijo a usted […], representante de la Fiscalía, manifestando que la señora Noemí [Alvarado] y su esposo habrían confabulado contra la empresa [Frigoinca]”, refirió.
“Hay dos documentos: uno, del cual él hace un borrador, y este borrador después es transcrito con la letra de la pareja del señor Nilo Burga; pero, en el borrador que él hace de puño y letra, manifiesta que la señora Noemí [Alvarado] estaría detrás de todo esto en compañía con las empresas de competencia. Él manifiesta, en un extracto de este documento, que la señora Alvarado y su esposo estarían detrás de todo esto, ayudados con la competencia de la empresa Frigoinca”, aseveró.