El incendio que devastó Mesa Redonda el 29 de diciembre de 2001 quedó grabado en la memoria colectiva del Perú como una de las tragedias más impactantes de su historia reciente. En pleno centro de Lima, el caos se desató cuando un cohete lanzado como demostración comercial encendió un almacén repleto de pirotécnicos. En cuestión de minutos, las llamas se propagaron sin control, atrapando a miles de personas entre estrechos pasajes y comercios abarrotados de mercadería inflamable.
El saldo fue devastador: más de 400 víctimas fatales, cientos de heridos y un dolor imborrable para las familias afectadas. Las imágenes de personas clamando por ayuda y los esfuerzos heroicos de los bomberos y la Policía Nacional del Perú (PNP) se convirtieron en un recordatorio brutal de los peligros de la informalidad, la falta de medidas de seguridad y la venta indiscriminada de productos altamente peligrosos.
A 23 años de aquella tragedia, la PNP rememoró lo ocurrido para hacer un llamado a la reflexión. En un video difundido recientemente, la institución rindió homenaje a las víctimas y exhortó a la ciudadanía a evitar conductas de riesgo durante las fiestas de fin de año.
“No podemos permitir que una tragedia de esta magnitud vuelva a ocurrir. Es responsabilidad de todos actuar con prudencia y respetar las normas de seguridad”, señala el material audiovisual.
La campaña de la PNP busca sensibilizar sobre los riesgos asociados a los pirotécnicos y a las aglomeraciones en zonas comerciales, especialmente en una temporada caracterizada por la alta concurrencia de compradores. “Es fundamental aprender de las lecciones del pasado para proteger vidas en el presente”, destacó la institución en un comunicado.
Acciones concretas
Las acciones de la Policía no se limitan al recordatorio. Se han intensificado los operativos en los principales focos de riesgo, como Mesa Redonda y otros centros comerciales informales, con el objetivo de detectar y eliminar puntos de venta ilegal de pirotécnicos. Asimismo, se insta a los comerciantes a respetar las regulaciones vigentes y a los consumidores a optar por tiendas formales que cumplan con los protocolos de seguridad.
La tragedia de 2001 expuso también la falta de preparación de muchas zonas comerciales para enfrentar emergencias. Escenarios sin rutas de evacuación, la saturación de espacios y la ausencia de controles contra incendios fueron factores que agravaron las consecuencias de aquel fatídico día. Hoy, la PNP recalca la importancia de evitar lugares que no ofrezcan condiciones mínimas de seguridad y de priorizar la prevención como herramienta para salvar vidas.
El testimonio de sobrevivientes y familiares de las víctimas también forma parte de esta campaña. En el video difundido, una madre que perdió a su hijo en la tragedia expresa: “Cada fin de año revivimos el dolor de haber perdido a nuestros seres queridos. No queremos que nadie pase por lo que nosotros vivimos”. Estas voces buscan conmover y concienciar a la población sobre la importancia de evitar comportamientos negligentes.
Pese a los avances en regulación y fiscalización, cada fin de año las autoridades detectan nuevos puntos críticos en Lima y otras regiones. La PNP reafirma su compromiso de mantener la seguridad ciudadana a través de operativos constantes y acciones educativas.
“Es un trabajo conjunto; solo con la colaboración de todos podremos garantizar unas fiestas seguras”, puntualizó un vocero de la institución.