En la tranquila calle de un barrio en Surquillo, Fernando Llanos ha transformado su hogar en un punto de partida para una nueva etapa en su carrera. Después de más de 15 años trabajando como reportero y presentador en América TV y Canal N, la noticia de su despido en marzo de 2024 fue un golpe inesperado. Sin embargo, lo que para muchos hubiera sido el final, para el hombre de prensa se convirtió en un nuevo comienzo. Hoy, su noticiero digital, ‘Las 5 pepas de Fernando Llanos’, que se emite tanto en la noche como en la mañana, es un fenómeno en redes sociales, con miles de seguidores que esperan religiosamente su contenido a diario.
El reloj marca las 9:00 p.m. en el hogar de los Llanos. En un ambiente distendido, lejos del traje y la corbata que definieron su imagen en la televisión, Fernando Llanos se sienta frente a sus tres celulares cuidadosamente montados en trípodes y rodeados de luces que iluminan su espacio de trabajo. La sala, aunque modesta, se transforma en un improvisado estudio. “Yo empiezo de noche, a la hora que hago ‘Las 5 pepas’. Eso me sirve como una pre pauta”, explica. Tras grabar su edición nocturna, cena con su esposa e hijos, y revisa los principales canales de televisión para identificar las noticias que considera relevantes para su audiencia.
Fernando Llanos, en entrevista exclusiva con Infobae Perú, nos cuenta que ha decidido evitar las noticias policiales, salvo casos de gran impacto como el de Sheyla Mayumi o accidentes graves, como el bus de viaje de promoción que cayó en un abismo en Tumbes. “La gente ya tiene mucho de eso en todos lados”, comenta. Su enfoque busca marcar la diferencia, informando sin saturar ni caer en el negativismo que domina otros espacios más tradicionales.
El verdadero reto comienza al amanecer. A las 5:00 a.m., Fernando Llanos se levanta para confirmar la información recolectada durante la noche. “Por ejemplo, pasan cosas como las capturas de la Policía porque los operativos son en la madrugada. Entonces, tengo que estar al tanto”, relata. Revisa medios digitales y las páginas oficiales de la Policía, la Fiscalía y el Poder Judicial. A las 6:00 a.m., mientras las portadas de los diarios llegan a su bandeja, ya tiene su contenido listo para grabar. Su hijo Thiago lo acompaña en esta rutina, entusiasmado por su rol de camarógrafo. “Él es muy organizado. Se levanta, tiende su cama y me ayuda. Apenas hay luz del día, grabamos. Necesito esa luz para evidenciar que la noticia es de hoy”.
Entre las 6:00 y las 6:15 a.m., Fernando Llanos se ubica en el centro de su sala, vistiendo una camiseta y jeans cómodos. “Justo ayer me fui a Gamarra a comprar ropa para la edición de verano porque paraba saliendo en manga larga. Trato de estar lo más sencillo posible y neutro, sin logos”, comenta. Bajo la atenta mirada de su perro Charly y la colaboración meticulosa de su hijo Thiago, el periodista recita con fluidez el guion que él mismo ha preparado. Lo hace sin teleprompter y sin margen para repetir tomas, demostrando la experiencia que ganó en televisión como presentador y en la calle como reportero.
Terminado el rodaje, su hijo de 16 años desayuna y se prepara para ir al colegio, mientras el periodista edita el material desde su celular, recordando los tips digitales que aprendió a la fuerza. Recorta videos, añade imágenes y textos, y redacta los “copys” que acompañarán cada publicación en sus diversas plataformas: TikTok, Instagram, Facebook, Twitter y LinkedIn. Todo debe estar listo antes de las 7:00 a.m. “Es una carrera contra el tiempo”, admite.
La presión de ser su propio “community manager” lo mantiene alerta. Cada titular es crucial para captar la atención de su audiencia. “Si le fallo al titular, no te ve nadie”, confiesa. Aunque Fernando Llanos reconoce con humildad que no siempre acierta y que ha cometido algunos errores, los mismos que lo han ayudado a aprender. “He patinado un par de veces. No soy un nativo digital y he subido contenido que pensé que era normal. TikTok no te lo censura, pero sí te limita el alcance”.
A las 7:50 a.m., con los videos publicados y el contenido verificado, mientras sus hijos están de camino al colegio, Fernando Llanos inicia su transmisión en vivo. “Tengo una comunidad con la que interactúo todos los días. No tengo pauta fija; salto de una noticia a otra según el interés de la gente”, explica. Su esposa Rocío, quien renunció a su trabajo como productora en agencias de publicidad para apoyar al periodista, le pasa sigilosamente una taza de café mientras él contesta preguntas y amplía información, saludando a seguidores de todas partes del mundo.
Tras finalizar su vivo, Fernando Llanos evalúa si debe salir a la calle para generar contenido propio. “Me he ido al Metropolitano, al Metro, al Centro de Lima, a Gamarra. También he cubierto temas de fútbol y eventos como la muerte de Fujimori. Mi pauta es diametralmente opuesta a la del noticiero común. Acá se habla de lo que la gente quiere hablar”, afirma. En los días sin comisiones, aprovecha para colaborar con marcas o pasar tiempo en familia. A las 3:00 p.m., recoge a sus hijos del colegio, disfrutando de una independencia que no tuvo durante dos décadas de trabajo en oficina.
“El poder está en el dedo. Las empresas tradicionales no han entendido que la gente tiene el poder en la mano, en el celular. Y ahí apunto yo”, reflexiona. “Hoy soy absolutamente feliz desde que me despierto hasta que me acuesto. Cansado, pero feliz porque hago, con mi propio esfuerzo, lo que la gente quiere”.
Un inesperado despido
En marzo de 2024, después de más de 15 años como reportero y presentador en América TV y Canal N, Fernando Llanos fue despedido. Para un hombre que nunca había faltado a una comisión, ni siquiera el día que perdió a su madre, este desenlace fue tan inesperado como doloroso. Sin embargo, lo que pudo ser el fin de su carrera se convirtió en el inicio de una nueva etapa.
“Yo sabía que no me botaron por ser un mal trabajador, porque no lo soy”, reflexiona Fernando Llanos. Pero el impacto no se limitó a él; su familia también sintió el golpe, especialmente su hijo Thiago, quien desde pequeño había acompañado a su padre al canal los domingos. Para amortiguar el impacto emocional, el periodista llevó a su familia a unas vacaciones en la playa. En ese oasis temporal, entre olas y arena, comenzó a germinar la idea de un nuevo proyecto: ‘Las 5 pepas de Fernando Llanos’, que originalmente nació bajo el nombre de ‘Las 5 Noticias’.
Con el respaldo de su audiencia, que expresó su apoyo en redes sociales tras su despido, Fernando Llanos decidió aventurarse en el mundo digital. Pero no fue fácil. “No tenía idea de cómo hacer contenido”, admite. Al principio, los videos que subía a Instagram se cortaban porque desconocía los límites de tiempo. Poco a poco, gracias a los consejos de su hija Arantza, aprendió a dominar las plataformas digitales y encontró su estilo. Pero la transición no fue sencilla. “No tenía luces, todo era opaco. Poco a poco fuimos comprando una mesa, una silla, un trípode. Finalmente, descubrimos que la ventana era la mejor escenografía”.
Desde sus primeras transmisiones, Llanos recibió el respaldo del público. “La gente me cuida, incluso cuando salgo con mis celulares a la calle”, dice con gratitud. Las donaciones en plataformas como TikTok también le ayudaron a sortear los primeros meses tras su despido, cuando la liquidación comenzaba a agotarse. “Si me preguntas si sabía qué era un ‘león’ en Tiktok, no tenía ni idea. Alguien me lo regaló una vez, nada más. Yo cuando lo recibí, lo vi pasar (por la pantalla) y dije: qué bonito. No entendía cuánto valía hasta que alguien en TikTok dijo: ‘¡Fernando Llanos se vuelve millonario!’”, recuerda entre risas.
Un pasado marcado por la calle y el sacrificio
El trabajo de Fernando Llanos está anclado en su experiencia como reportero de calle. Desde cubrir el desalojo de La Parada hasta inhalar gas lacrimógeno en protestas, su trayectoria lo ha dotado de una comprensión única de la realidad, lo que lo diferencia de otros creadores de contenido en TikTok.
“No puedes hablar de lo que no has vivido. El periodismo de oficina no tiene ese contacto. Si no hiciste calle, no tienes nada (...) Una cosa es coger los cinco titulares de un medio, copiar, pegar y leer la información. Pero si no lo entiendes, ¿cómo se lo explicas a la gente? El ser periodista te permite explicar y comprender el trasfondo de las las noticias, por eso hago los lives”, señala.
Pero su compromiso también lo llevó al límite. En septiembre de 2019, apenas dos días después de cremar a su madre, fue enviado a cubrir una marcha tras el cierre del Congreso por parte de Martín Vizcarra. “Estaba destruido”, recuerda con pesar. Esa falta de humanidad de sus superiores marcó un antes y un después en su perspectiva laboral.
“Era medianoche, estaba en la marcha, no entendía lo que estaba haciendo. No podía entender la poca humanidad. Al menos, me hubieran dejado sentado (en el set). Mi mamá era el pedazo de mi vida. Yo no falté ni un solo día, por eso esperaba un poco de humanidad. Yo jamás le haría eso a un trabajador mío, jamás expondría a alguien que está con las emociones tan impactadas a que se enfrente a una marcha. Me acuerdo que mis músculos no se movían. No he vuelto a sentir un hueco en ese pecho como sentí aquella vez”, señala.
Por eso mismo, cuando le comunicaron que no iba más en el canal después de tanto sacrificio, Fernando Llanos primero se indignó, pero luego lo entendió: su camino en televisión había terminado. “No me importó (cuando lo despidieron). Me dieron tres explicaciones, yo las cuestioné. La tele no me hizo daño, me hizo más fuerte. ¿Por qué? Porque yo no hice nada en contra de los valores de mi profesión. Yo sé por qué me botaron, no lo puedo decir por temas legales. Pero yo sé por qué lo hicieron, y la gente también lo sabe”.
Su futuro en redes
Tras su inesperado despido, Fernando Llanos optó por explorar el mundo digital y dar vida a su propio proyecto informativo: “Las 5 Pepas de Fernando Llanos”. En un principio, diversas plataformas como No Somos TV y colegas como Carlos Orozco le ofrecieron colaboraciones e incluso unirse a sus proyectos, pero el periodista tenía claro que quería construir algo propio desde cero. “Quise aprender, equivocarme y empezar desde la nada”, comenta.
El éxito no tardó en llegar. Hoy, su programa digital se emite diariamente, ganándose la fidelidad de miles de seguidores que valoran su estilo cercano y directo. “No tengo que leer algo que no me gusta. Eso no lo cambio”, asegura Fernando Llanos, quien ha rechazado ofertas para regresar a la televisión tradicional, afirmando que su felicidad radica en su independencia. “Ahora soy feliz aquí. Tengo control editorial y puedo construir algo propio. No necesito sentarme en un estudio de TV otra vez”.
De cara a 2025, Fernando Llanos planea diversificar su contenido y ampliar su alcance. Entre sus objetivos están incorporar nuevos formatos en plataformas como YouTube y explorar temáticas distintas a las noticias, incluyendo gastronomía y podcasts. “Quiero hacer más contenidos diversos, pero voy a ir trabajándolo poco a poco. Quiero cerrar el año bien”, explica. “No necesariamente quiero hacer un canal de streaming, sino un canal artesanal”.
El periodista también ha consolidado un modelo de negocio independiente, colaborando con marcas bajo estrictos criterios. “Me han llamado para hacer cosas con el Estado o para trabajar directamente con ministerios. La plata que me proponían no era malo. ¿Pero qué hago trabajando con aves de paso, que muchas veces terminan este procesados enjuiciados? ¿Para qué?”, concluye, seguro de su contenido y de los planes que tiene para el 2025.