Oleajes anómalos en la costa peruana: se suspenden labores pesqueras en el Callao y las visitas turísticas

El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) informó que, debido a los intensos oleajes registrados este viernes, se ha ordenado el cierre del muelle Grau y de otros 80 puertos a lo largo del litoral peruano. Estas restricciones estarán vigentes hasta el 1 de enero de 2025 como medida preventiva. Cabe señalar que las autoridades también han dispuesto la suspensión temporal de las actividades marítimas en la zona, incluidas las de pesca y turismo.

Los fuertes oleajes, que han afectado gravemente el norte del país, han causado cuantiosos daños materiales, particularmente a pescadores artesanales cuyas embarcaciones resultaron destruidas. Este fenómeno, anunciado previamente por la Marina de Guerra del Perú y otros especialistas, se desplaza hacia las costas de Lima y el Callao, lo que ha llevado a la adopción de acciones preventivas en zonas vulnerables, como la Plaza Grau del Callao.

En este emblemático espacio de la Provincia Constitucional del Callao, se instaló un cerco de contención como medida de precaución. Durante la tarde, personal municipal colocó un cerco plástico para reducir el impacto de las olas y evitar daños mayores. La Defensoría del Pueblo verificó la presencia de agentes de serenazgo y personal de Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), quienes permanecerán en la zona hasta el 29 de diciembre para garantizar la seguridad de los visitantes.

A pesar de que el agua marina ingresó a la plaza, las autoridades informaron que el cierre del lugar aún no es necesario. Explicaron que el cerco de contención actúa como un refuerzo para el muro de concreto existente, ayudando a reducir la intensidad de las olas que golpean la infraestructura.

Larry Lynch, gerente de Defensa Civil de la Municipalidad del Callao, informó que desde el jueves se han venido realizando trabajos de prevención en respuesta a las advertencias de oleajes anómalos, los cuales podrían extenderse hasta inicios de 2025. Entre las medidas adoptadas, destacó la instalación de vallas plásticas en la Plaza Grau para evitar inundaciones y proteger a los vecinos y turistas de los impactos de las piedras que son desplazadas por las olas.

Detalló que las vallas colocadas tienen la capacidad de soportar hasta tres toneladas de empuje de agua, aunque su efectividad depende de la distancia con respecto al punto de impacto de las olas.

Estas acciones buscan mitigar los riesgos para la población y proteger una de las plazas más emblemáticas del Callao frente al embate de las olas.

El gerente de Defensa Civil de la Municipalidad del Callao señaló que, de agravarse la situación, se implementarán medidas más estrictas para garantizar la seguridad de la población. Entre las acciones previstas, destacó la posibilidad de restringir el acceso al malecón e incluso cerrar temporalmente la Plaza Grau.

Estas medidas buscan prevenir accidentes y minimizar los riesgos ante el incremento de los oleajes anómalos que afectan la zona.

Dolly Acosta, representante de Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil), informó que alrededor de 3.000 pescadores artesanales del puerto del Callao se encuentran imposibilitados de salir a realizar sus faenas debido a los fuertes oleajes que afectan la zona. Según precisó, esta situación persistirá hasta que el mar recupere su estado normal, lo cual no ocurriría hasta el 1 de enero de 2025.

“En coordinación con la Marina de Guerra del Perú, nos refieren que hasta el día 1 de enero del 2025, la costa aledaña al Callao es imposible para realizar esta actividad. De igual forma, en la zona turística de la Plaza Grau, hay 15 embarcaciones que dirigen a turistas hacia la isla San Lorenzo, las cuales también han paralizado sus operaciones”, declaró al medio televisivo.

Acosta lamentó las consecuencias económicas que esta situación genera para los pescadores y otros trabajadores que dependen de los ingresos diarios de sus labores marítimas. Sin embargo, subrayó que la prioridad debe ser la seguridad y salud de todas las personas involucradas.

La suspensión de actividades afecta tanto al sector pesquero como al turístico, en medio de los esfuerzos por proteger a los trabajadores y visitantes frente a los riesgos que representan los oleajes anómalos.