En la mayoría de los hogares, el recalentado de la cena navideña se convierte en una tradición tan esperada como la celebración misma. Platos como el pavo horneado, las ensaladas y las guarniciones vuelven a la mesa, ofreciendo una oportunidad para disfrutar los sabores de la noche anterior. Sin embargo, especialistas advierten sobre los riesgos asociados al manejo y consumo de estos alimentos.
Uno de los principales factores a considerar es la conservación de los alimentos. Según las recomendaciones del Instituto Nacional de Salud (INS), los alimentos deben ser manipulados con estrictas medidas de higiene. Esto incluye lavar las manos con agua y jabón antes y después de manipular alimentos y utilizar utensilios desinfectados. Las tablas de cortar y cuchillos, por ejemplo, deben ser tratados con una solución de lejía diluida en agua durante al menos 15 minutos antes de su uso.
Deben estar atentos a las recomendaciones
- El pavo y otros platos principales: El pavo horneado, una de las estrellas de la cena navideña, puede ser reutilizado hasta por 48 horas si se almacena en refrigeración adecuada. Si se congela, su tiempo de conservación se extiende hasta 30 días, según explican especialistas en seguridad alimentaria. Sin embargo, recalentar esta ave requiere alcanzar una temperatura de al menos 80 °C para garantizar la eliminación de bacterias. Este proceso puede realizarse en el microondas o mediante fritura.
En cuanto a los pescados y mariscos, su consumo es preferible el mismo día de su preparación o, como máximo, al día siguiente. Su rápida descomposición los convierte en uno de los alimentos de mayor riesgo si no se almacenan correctamente.
- Verduras y ensaladas: Las ensaladas frescas, especialmente las que contienen vegetales de hoja verde, deben ser desinfectadas rigurosamente antes de su consumo. El INS recomienda sumergir las verduras en una solución de lejía diluida durante 15 minutos y luego enjuagarlas con abundante agua. Además, los alimentos que incluyen mayonesa casera o cremas a base de huevo deben evitarse, ya que representan un riesgo considerable de contaminación si no se almacenan adecuadamente.
- Productos envasados y alimentos procesados: Los alimentos envasados que forman parte de las cenas navideñas deben revisarse cuidadosamente antes de ser consumidos. Las etiquetas deben mostrar claramente la fecha de vencimiento y el número de registro sanitario. En el caso de conservas enlatadas, estas no deben presentar signos de abolladuras, oxidación, hinchazón o humedad. Para los envases de vidrio, es importante que el cierre esté intacto y hermético.
Los riesgos del recalentado
Recalentar alimentos puede ser peligroso si no se toman las medidas adecuadas. El almacenamiento a temperaturas inseguras, superior a 4 °C, y el enfriamiento lento de los alimentos son factores que favorecen el crecimiento de bacterias. Además, el microondas, uno de los métodos más comunes para calentar alimentos, puede generar zonas de calor desigual, dejando partes del alimento por debajo de la temperatura necesaria para eliminar bacterias como Salmonella o Listeria.
Ciertas bacterias, como el Staphylococcus aureus, pueden producir toxinas resistentes al calor, lo que las convierte en una amenaza para la salud incluso después de recalentar los alimentos. Por esta razón, los expertos recomiendan no recalentar más de una vez el mismo alimento y consumir las sobras en un periodo corto.
No todos los alimentos son aptos para ser recalentados. Las verduras de hoja verde pierden textura y nutrientes al calentarse nuevamente, además de que pueden representar un riesgo si no fueron almacenadas correctamente. Los platos que incluyen cremas o mayonesa son especialmente delicados, ya que pueden favorecer el crecimiento bacteriano si permanecen fuera de refrigeración por largos periodos.
El arroz, aunque común en muchas cenas, también representa un riesgo si no se guarda apropiadamente. Este cereal puede contener esporas de Bacillus cereus, una bacteria que sobrevive a la cocción y puede multiplicarse si el arroz cocido permanece a temperatura ambiente.
Por qué el recalentado puede parecer más sabroso
Desde un punto de vista químico, los sabores de los alimentos pueden intensificarse tras un periodo de reposo. Esto se debe a que las especias y condimentos se mezclan de manera más uniforme, y procesos como la caramelización de azúcares y la descomposición de proteínas continúan ocurriendo durante el enfriamiento y posterior calentamiento. Esta percepción, combinada con la comodidad de comer sin la presión de una celebración, puede explicar la preferencia por el recalentado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sugieren consumir un mínimo de 400 gramos de frutas y verduras al día como parte de una dieta equilibrada. Durante las fiestas, estas recomendaciones pueden combinarse con prácticas seguras en la manipulación y almacenamiento de alimentos para evitar enfermedades.