Este 24 de diciembre, el congresista Segundo Quiroz ha emitido un comunicado oficial para exigir al Poder Ejecutivo que declare el estado de emergencia en Lobitos, señalando que el derrame de petróleo no solo afecta a las playas, sino también a la vida marina y al futuro económico de miles de peruanos.
El balneario de Lobitos, conocido por sus olas perfectas para el surf y su importancia para la pesca artesanal en la región Piura, está enfrentando una crisis ambiental que amenaza su economía y biodiversidad. La madrugada del 21 de diciembre, un derrame de petróleo en el terminal multiboyas de la refinería de Talara dejó una marca negra en las aguas que dan sustento a miles de familias y son la atracción principal para turistas nacionales e internacionales.
El incidente, descrito por Petroperú como una “fuga menor” de 0,9 barriles de petróleo, ha generado un choque de versiones entre la empresa estatal y las comunidades afectadas. Mientras Petroperú asegura que las labores de limpieza han concluido y que las playas están “listas para retomar la normalidad”, pescadores, operadores turísticos y habitantes de Lobitos denuncian que el daño persiste, con graves consecuencias para el turismo y la pesca, pilares económicos de la zona.
El reclamo del congresista Quiroz
El congresista Segundo Quiroz ha solicitado al Poder Ejecutivo declarar estado de emergencia en Lobitos, argumentando que el daño ambiental y social es profundo. En el comunicado oficial, destacó la muerte de fauna marina, incluyendo delfines, pulpos, cangrejos y aves, como evidencia de la magnitud del desastre. Asimismo, el parlamentario remarcó que más de 2500 familias de pescadores artesanales han visto comprometidos sus medios de vida debido a la contaminación.
“Desde este despacho, hemos requerido a las instituciones competentes información detallada sobre las medidas adoptadas para contener y remediar esta emergencia ambiental. Sin embargo, dada la magnitud del desastre, instamos al Poder Ejecutivo a declarar de inmediato el ESTADO DE EMERGENCIA en el distrito de Lobitos, provincia de Talara, departamento de Piura. Esta medida es esencial para movilizar recursos y coordinar acciones urgentes que detengan la propagación de la contaminación y mitiguen sus efectos en el medio ambiente y la economía local. La situación en Lobitos es crítica y requiere una respuesta inmediata y coordinada. La protección de nuestro litoral y el bienestar de las comunidades afectadas deben ser prioridades en la agenda nacional”, se lee en el comunicado.
Petroperú defiende su gestión
En un comunicado emitido el mismo 24 de diciembre, Petroperú afirmó que las labores de limpieza ya concluyeron y que han contratado a empresas especializadas para realizar evaluaciones finales. “Desde el primer día, desplegamos un plan de mitigación para minimizar el impacto en la zona afectada”, señala el documento. Además, la empresa calificó a la cobertura mediática del incidente como no correspondiente a la realidad:
“En ese sentido, Petroperú reafirma su compromiso con la transparencia, la protección del ambiente y el bienestar de la sociedad en su conjunto, como lo ha venido haciendo en su más de 50 años de operaciones a nivel nacional. Finalmente, la empresa exhorta a los medios de comunicación y a la opinión pública, en general, a no publicar imágenes o información que no corresponda a la realidad. Para ello, se les invita a informarse adecuadamente, y de manera objetiva.”
El gerente general de Petroperú, Óscar Vera Gargurevich, sostuvo en declaraciones a la prensa que “las playas ya están limpias al 100 % y sus aguas se encuentran cristalinas”.
Crisis ambiental en Lobitos
El derrame de petróleo ocurrió la madrugada del 21 de diciembre en el terminal multiboyas de la refinería de Talara, operada por Petroperú, durante maniobras de carga hacia el buque Polyaigos. Según la empresa, el incidente involucró apenas 0,9 barriles (37,8 galones) de crudo. Sin embargo, reportes del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (Oefa) y testimonios ciudadanos indican que la afectación podría ser mucho mayor, abarcando hasta 18,000 m² de litoral.
Entre las playas más afectadas están Las Capullanas, La Bola, Yapato, El Anchón, La Palizada, Punta Lobitos y Peña Negra. Además, pescadores locales han reportado que la contaminación alcanzó la reserva marina de Cabo Blanco – El Ñuro, una zona protegida de gran valor ecológico.
El Oefa y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) continúan en la zona monitoreando la expansión de la mancha oleosa y su impacto en áreas protegidas. Mientras tanto, la Fiscalía del Medio Ambiente de Sullana ha iniciado una investigación preliminar contra Petroperú por contaminación ambiental.