La historia de una bebé de apenas 8 meses, procedente de Tarapoto, provincia de la región San Martín, que sobrevivió a una peligrosa lesión interna tras ingerir una batería de reloj, se convirtió en un testimonio de alerta y esperanza.
Un equipo multidisciplinario del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) de Breña logró realizar una intervención médica de alto riesgo para salvarle la vida, en una proeza que destaca tanto por su complejidad como por el llamado urgente a la prevención que deja entre los padres de familia.
El caso inició cuando la menor comenzó a presentar síntomas que preocuparon profundamente a su madre: irritabilidad, llanto inconsolable, dificultades para respirar y vómitos persistentes.
Según relató Luz Román, progenitora de la pequeña, “jamás hubiera imaginado que mi hija tenía todos esos problemas de salud que no la dejaban respirar, por haberse tragado una pila”.
Una alerta inesperada en Tarapoto
Ante el empeoramiento de los síntomas, la bebé fue llevada inicialmente a un médico particular y luego al Hospital de Tarapoto, donde fue atendida por emergencia. Aunque le administraron nebulizaciones, su condición no mejoraba. Finalmente, un examen de rayos X reveló el peligro oculto: una batería de 5 milímetros alojada en la tráquea.
Este objeto, pequeño pero altamente peligroso, había causado una grave lesión cáustica que comprometía tanto la tráquea como el esófago. El 9 de noviembre, la bebé fue trasladada al INSN de Breña, en Lima, debido a que la batería metálica había causado una fístula, una abertura anormal que conectaba la tráquea y el esófago. Esto le impedía respirar y tragar con normalidad.
Una intervención que marcó la diferencia
La gravedad del caso requirió la inmediata formación de un equipo médico multidisciplinario, compuesto por especialistas en Gastroenterología, Neumología, y Cirugía de Cabeza y Cuello. Bajo la dirección del cirujano pediatra Harry Suárez, los médicos lograron extraer la batería mediante una endoscopía de alta precisión.
El daño fue significativo. La pila había causado una lesión entre los anillos traqueales 3 y 4, generando una fístula que ponía en riesgo la vida de la niña. Se tuvo que realizar una cirugía para reparar definitivamente esta lesión, cuidando especialmente los nervios que controlan funciones críticas como la deglución y la ventilación.
La operación, llevada a cabo con precisión milimétrica, incluyó la participación de médicos de diversas especialidades y el personal de apoyo necesario para un procedimiento de esta magnitud. Entre los profesionales destacados se encontraban el doctor Luis Ticona, los residentes Petter Gómez y Josué Angulo, la anestesióloga Carolina Fujita, la doctora Valeria Quiroz y la instrumentista Indira Yupanqui.
Un mensaje para los padres
La bebé, aunque aún permanece bajo vigilancia médica en la Unidad de Cuidados Intensivos, se encuentra estable y en proceso de recuperación. Sin embargo, el caso ha servido como un recordatorio urgente para los padres sobre los riesgos asociados con ciertos juguetes.
Luz Román compartió un consejo basado en su experiencia: “Compré esa muñeca pequeña porque era barata y no pensé que mi hija tendría la fuerza para abrirla y sacar la pila. Les pido a los padres que no compren juguetes con piezas pequeñas o que puedan desmontarse fácilmente. Esto puede evitar tragedias como la que vivimos”.