El enigma sobre el fin de semana que la presidenta Dina Boluarte pasó en una casa de verano en el condominio Asia del Sur sigue generando interrogantes. Este episodio, que involucra figuras del ámbito político y empresarial, ha suscitado una serie de revelaciones y declaraciones que entrelazan relaciones personales con vínculos gubernamentales.
El 12 de diciembre, la mandataria aseguró en un mensaje a la nación: “Fui a una reunión familiar, pernocté en la casa, en el hogar de esa familia, al día siguiente regresé. No hay nada irregular, antiético o ilegal en mi actuación”. Según el suboficial de la Policía Félix Montalvo, quien fungió como chofer de la mandataria en ese viaje, el domicilio en cuestión corresponde a la casa donde Boluarte decidió quedarse sin compañía de su equipo de seguridad, como solicitó expresamente.
La mandataria también negó cualquier relación con el condominio Mikonos, un lugar que es foco de investigaciones previas. “Nunca fui a Mikonos, no conozco ese condominio. Fui a otro lugar por invitación y acompañada por una amiga”, afirmó. Esa amiga, de acuerdo con el programa Punto Final, es Ena Ocaña Araníbar, regidora de Magdalena por Alianza para el Progreso y pareja de Sajdi Olazábal Amao, empresario y exregidor de San Miguel.
Vínculos familiares y políticos
La relación entre la familia Olazábal y la presidenta Boluarte no es fortuita. Sajdi Olazábal es hijo de Juan Olazábal Segovia, expresidente del Club Departamental Apurímac, institución donde la mandataria también integró la directiva. Ambas familias comparten raíces en la provincia apurimeña de Aymares y un historial de migración a Lima, donde incursionaron en la política municipal.
Los Olazábal han ocupado cargos en distritos clave de la capital. Juan Olazábal Segovia fue alcalde de La Victoria y regidor provincial de Lima. Por su parte, Javier Olazábal Raya, otro miembro de la familia, desempeñó funciones como teniente alcalde de Magdalena, donde su nombre sigue presente en el ámbito comercial a través de negocios familiares.
Los testimonios de vecinos del condominio en Asia del Sur indican que la casa donde estuvo Boluarte es frecuentada por la pareja Olazábal-Ocaña. Según documentos verificados por Punto Final, los Olazábal utilizaban un vehículo Toyota de placa BXW033, registrado a nombre de la empresa inmobiliaria Grupo Ola SAC, dirigida por Santos Olazábal Segovia, tío de Sajdi. Este mismo auto fue visto en Mikonos, condominio relacionado con operaciones policiales recientes.
En cuanto a la regidora Ena Ocaña, el abogado de la presidenta, Juan Carlos Portugal, sostuvo: “No he conversado con la presidenta sobre ese nombre, Ena Ocaña. Seguramente lo haré en los próximos días, pero dado que tienen ese nombre, lo que interesaría es si Ena Ocaña tiene algún vínculo con el Estado”.
Contratos y cargos en el Estado
Las conexiones de los Olazábal con el aparato estatal incluyen contratos y designaciones recientes. Noemí Olazábal Román, prima de Sajdi, fue nombrada en abril como jefa de la Oficina de Relaciones Interinstitucionales del Ministerio de Educación, con un salario superior a los 15 mil soles. Antes de ello, trabajó mediante órdenes de servicio en diversas instituciones gubernamentales, incluyendo el Ministerio de Salud, el Patronato del Parque de las Leyendas y el Programa Nacional de Investigación Científica.
Su pareja, Jorge Toledo Zatta, ocupa desde diciembre un cargo directivo en el Ministerio de Vivienda. Según documentos de transparencia, su patrimonio personal creció significativamente en el último año, reflejado en la adquisición de un departamento en San Isidro por más de medio millón de soles.
Otros familiares, como Juan Olazábal Najarro y David Olazábal Román, también aparecen vinculados a contratos con entidades estatales, desde el Ministerio de Salud hasta Provías Descentralizado.
A pesar de las declaraciones oficiales, persisten las preguntas sobre la cercanía de Boluarte con figuras que mantienen vínculos contractuales con el Estado. Desde el silencio inicial de Palacio de Gobierno hasta la confirmación del viaje, los detalles revelados han generado dudas sobre la ética de dichas interacciones.