El derrame de petróleo en las playas del distrito de Lobitos, en la región Piura, no solo ha ocasionado una crisis ambiental que impactó en el ecosistema marino, sino también en las vidas y en la economía de los pescadores artesanales de la zona, quienes ya no pueden realizar sus trabajos habituales debido a la contaminación de las aguas en la playa Las Capullanas y en otras cinco que fueron afectadas por la presencia de hidrocarburos.
Infobae Perú se comunicó con Elsa Vega, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesca Artesanal del Perú (Sonapescal) y pudo conocer que al menos 2.500 familias fueron afectadas por el desastre ambiental en Piura y que han visto perjudicados sus ingresos en días previos a las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
“Nosotros estamos preocupados. Ha impactado en los pescadores artesanales, si no también en la población. Se han afectado entre cinco y seis playas. Me he comunicado con pescadores de la zona y la situación es crítica”, afirmó Vega a Infobae Perú, quien además criticó que se haya intentado minimizar el derrame de Petroperú. “No se puede justificar lo que esta ocurriendo”, indicó.
OEFA y PCM son las responsables
La presidenta de Sonapescal recordó la experiencia de hace unos años, cuando la empresa petrolera Repsol fue la responsable de un derrame de petróleo que hasta ahora, más de dos años después, sigue afectando a la vida de pescadores y vecinos de Ventanilla. “Son más de 500 pescadores solo en la zona de Lobitos, pero también es la población. Son 2.500 familias en su conjunto. Los pescadores artesanales son los primeros en quedarse sin trabajo y esperamos que no ocurra más al norte. Viven del día a día y se quedan sin ingresos”, afirmó Vega a Infobae Perú.
La representante de los pescadores artesanales sentenció que las autoridades son las responsables por encontrar una solución a la contaminación en Las Capullanas y señaló directamente a la OEFA y a la PCM como entidades que deberían tener una respuesta adecuada en medio de una situación perjudicial para los pescadores artesanales.
“Todo el ecosistema fue afectado. No solo son cangrejos o delfines. Aquí hay merluza, cabrilla, mero, congrio, tramboyo. Hay pulpos, almejas, choros, langostas, etc., son productos que van a las cevicherías y otros restaurantes. Todo esto no los pescadores no lo van a poder sacar. Los pescadores artesanales ¿Cómo van a sustentar a sus familias?”, dijo Vega a este medio.
Aparecieron delfines muertos en la playa
El derrame de petróleo ocurrido en la refinería de Talara ha marcado un antes y un después en la biodiversidad marina de Lobitos. Menos de 24 horas después del incidente, los residentes locales alertaron sobre la aparición de dos delfines muertos en la playa Las Capullanas, junto con otras especies afectadas, como tortugas y cangrejos. Las escenas de contaminación en el agua y la arena no solo han evidenciado el alcance del daño ambiental, sino también la ausencia de una respuesta inmediata de las autoridades y la empresa responsable, lo que ha intensificado el descontento entre la población.
“Ahora está con puro petróleo el agua. Hay animales muertos. Dijeron que iban a recibir gente para limpieza, pero hasta ahora no llega nadie. Ya se encuentra un delfín cerca y hay otro más al fondo. Hay otros animalitos más muertos. Hasta ahora no (he visto autoridades o trabajos de limpieza)”, indicó un pescador que se acercó a la zona para apoyar en labores de limpieza que hasta el momento no habrían iniciado.
Además del impacto directo en la fauna marina, la crisis ambiental se extiende a los ecosistemas costeros y las actividades económicas de la zona. Pescadores y habitantes señalan que la contaminación del agua y las playas amenaza la pesca y el turismo, pilares fundamentales para la economía local. Mientras tanto, los residuos de crudo adheridos a la arena y los plásticos flotantes complican las posibilidades de una pronta recuperación, generando un panorama desolador que ha llevado a la Municipalidad Distrital de Lobitos a emitir un comunicado alertando sobre las graves consecuencias.