Un reciente reportaje publicado por el semanario Hildebrandt en sus trece ha puesto en entredicho la situación del exfuncionario público Jorge Torres Saravia, a quien se señala como supuesto líder de una red de prostitución dentro del Congreso de la República.
Según el semanario, que recabó testimonios de varios trabajadores que colaboraron con Torres en la Oficina Legal y Constitucional del Congreso, estos empleados habrían revelado chats y documentos que demostrarían la estrecha relación de Torres con algunas de las trabajadoras, entre ellas, Andrea Vidal. Cabe mencionar que los testigos temerían por su vida, por lo que solicitaron que Hildebrandt en sus trece no revelara sus identidades.
Los chats difundidos involucrarían a Jorge Torres y a José Rubio Preciado, quien asumió la jefatura de la Oficina Legal y Constitucional entre febrero y marzo, tras la renuncia de Torres para postularse al cargo de procurador del Congreso. En una de las conversaciones, Torres habría escrito a Rubio Preciado para informarle que “la ‘China’ no irá, apóyame con eso, por favor”, a lo que Rubio respondió: “Ok, no la maltrates mucho”. Torres, entre risas, habría contestado: “Ya tú sa”.
En otra conversación, Torres le habría pedido a José Rubio que evitara que enviaran a la ‘China’ a una actividad que duraría varios días. “Disculpe que esté llamando por estos temas domésticos, hay una actividad para ver un tema de local, miércoles, jueves y viernes, y la están mandando a mi China”, se lee en el chat.
En respuesta, Rubio Preciado habría aceptado la petición y solicitado a Torres para que hable con la ‘China’ para que sea más ‘obediente’. “Hermano, está bien, pero dile por favor que también debe ir obedeciendo porque contesta mal ante todos”.
Reuniones en departamentos privados
Según informó Hildebrandt en sus trece (H13), los testimonios de varios trabajadores coinciden en señalar que Jorge Torres Saravia organizaba reuniones a las que asistían altos funcionarios del Congreso. Estas reuniones se realizaban en departamentos alquilados a través de Airbnb, ubicados en Barranco y San Isidro. Uno de los inmuebles estaba en el piso 16 del edificio The Modern, ubicado en la calle El Sol Oeste 385, en Barranco. Además, un gerente del Congreso mostró al semanario un mensaje de WhatsApp recibido de Torres a inicios de este año, en el que se compartía la ubicación exacta de uno de estos lugares.
En otro mensaje, Torres habría dado instrucciones detalladas sobre cómo acceder a los departamentos. “Para ingresar al departamento no se necesita llave. La puerta tiene una cerradura digital con clave”, indicaba el texto. Testigos consultados por H13 señalaron que Torres también instruía a los participantes para que evitaran mostrar documentos de identidad al ingresar a los edificios. Un alto funcionario anónimo relató: “Pese a que en la recepción del edificio se pedía mostrar el DNI, ‘Coqui’ nos decía que no mostrásemos ninguna identificación”.
Además del departamento en Barranco, otro de los lugares utilizados por Torres para sus encuentros estaba ubicado en el cuarto piso de un edificio en la calle Dean Valdivia 207, en San Isidro.
Los testigos también señalaron que Jorge Torres tendría la costumbre de fotografiar y grabar a los asistentes a sus reuniones. Luego compartía algunas de esas imágenes con su ‘círculo cercano’. De acuerdo con las fuentes del semanario, en una ocasión Torres difundió a través de un mensaje temporal de WhatsApp una imagen de un alto funcionario del Congreso en una situación de paños menores, lo que enfureció al protagonista de la imagen que posteriormente intentó “purgar” la Oficina Legal Constitucional.
¿Quién es Isabel Cajo Salvador y qué vínculo tendría con Torres?
El reportaje también menciona a Isabel Cajo Salvador, quien habría participado en las reuniones organizadas por Torres Saravia antes de ingresar al Congreso. Según Hildebrandt en sus trece, Cajo Salvador trabajaba desde 2020 en la plataforma OnlyFans, donde vendía contenido audiovisual, actividad que dejó en febrero de este año.
Tras un corto período, ingresó al área de Administración de Bienes del Congreso y, posteriormente, pasó a trabajar directamente con Torres Saravia. Actualmente, Cajo Salvador, quien no tiene grado de Bachiller, ocupa un puesto en el despacho del congresista Edwin Martínez, con un salario que supera los S/7.000.
El congresista Martínez se defendió de las críticas relacionadas con esta contratación y declaró al semanario: “Yo no vivo de cuentos ni de habladurías. Algunos periodistas se olvidan de que son hijos de una mujer o que tienen hermanas mujeres. Para el cargo que yo necesito no se requiere siquiera ser bachiller”.