La región Piura enfrenta una crisis hídrica severa que amenaza con dejar a miles de familias y agricultores sin acceso al recurso más vital: el agua. El Proyecto Especial Chira Piura ha confirmado que el suministro de agua potable para la población está garantizado únicamente hasta febrero de 2025, lo que refleja la gravedad de una situación que no presenta soluciones inmediatas por parte de las autoridades.
El reservorio de Poechos, una de las principales fuentes de agua en la región, actualmente cuenta con 34,6 millones de metros cúbicos. De esta cantidad, 24 millones están destinados al consumo humano, dejando una reserva mínima para actividades agrícolas. Víctor Garrido Lecca, representante del proyecto, indicó que, a partir de esta semana, se liberará agua para tres juntas de usuarios dedicadas al cultivo, aunque insistió en que la prioridad será siempre el abastecimiento de agua potable para la población.
La falta de lluvias en la región ha agravado la crisis. Jorge Carranza, director zonal del Senamhi, explicó que la escasez de agua se mantendrá al menos hasta fines de diciembre, ya que las proyecciones meteorológicas no prevén precipitaciones significativas. Aunque durante las primeras semanas de diciembre se registraron lluvias ligeras que permitieron un ingreso temporal de entre 20 y 60 metros cúbicos por segundo al reservorio de Poechos, estos eventos fueron insuficientes para mejorar la situación.
“El pronóstico indica que el clima seco continuará y que, pese a algunas lluvias puntuales, no hemos superado la crisis hídrica”, afirmó Carranza en diálogo con RPP. Las condiciones actuales representan una amenaza no solo para el abastecimiento doméstico, sino también para la economía agrícola, principal sustento de miles de familias en la región.
El impacto en el sistema de salud
La escasez de agua ha golpeado también al sector salud. En el centro de salud Nueva Esperanza, ubicado en el distrito de Veintiséis de Octubre, la falta de acceso continuo al agua ha obligado a suspender parcialmente la atención médica a más de 30 mil personas.
Según revelan los propios médicos y pacientes del centro, la falta de agua no permite brindar atención adecuada a los pacientes que puedan presentarse en el establecimiento. Si bien en las primeras horas de la mañana pueden lavar y limpiar ciertos instrumentos, con el tiempo el acceso al agua limita aún más su capacidad de atender a enfermos y heridos porque se hace imposible asegurar la limpieza del ambiente.
Nosotros podemos venir temprano, podemos limpiar consultorios y pasadizos, pero si viene una persona vomitando o sangrando, no va a haber alguien que pueda limpiar. Una enfermera que está colocando una vacuna no se va a poder lavar las manos. Al inicio podemos limpiar, pero luego ya no podemos mantener la bioseguridad para dar una atención mínimamente segura”, expresó a Exitosa una de las representantesdel centro de salud.
El agua que llega no es apta para el consumo
Otro problema alarmante es la calidad del agua distribuida en la región. Un informe de la Contraloría General de la República reveló que el agua proveniente de los pozos gestionados por EPS Grau y repartida a los hogares de Piura no cumple con los estándares establecidos en el Reglamento de Calidad de Agua para Consumo Humano.
El estudio encontró que las muestras tomadas registran niveles insuficientes de cloro residual, por debajo del mínimo requerido de 0,5 miligramos por litro, lo que compromete la desinfección del agua y la expone a contaminación con bacterias, virus y protozoos, que pueden causar enfermedades graves como la diarrea, el cólera y la hepatitis. Este hallazgo incrementa aún más la preocupación de los piuranos, quienes no solo enfrentan la escasez del recurso, sino también la imposibilidad de consumir agua segura.